sábado, 15 de abril de 2023

Aventura en Cocoyoc 2

 

AUTORA: Sandra Lizaldi


Mientras buscaba a Paty caminaba por la casa, adentro había poca gente pero todos charlaban de manera ruidosa, ya sabrán eran grupos de gente hablando de diversas cosas generando un ruido como un enjambre de abejas. Mientras caminaba por aquel piso de parqué pude ver al fondo de un pasillo un cuarto iluminado con una luz neón morada; la entrada estaba cubierta únicamente con una cortina blanca semi transparente, lo que permitía ver que dentro había movimiento aunque solo se veían siluetas.

Después de aquel recorrido por el jardín la curiosidad me devoraba así que sin pensarlo decidí entrar a dicho lugar y ver que había y que pasaba. Dentro del lugar había una pasarela en forma de T con un piso de acrílico lo suficientemente grande como para que sirviera de pista de baile o escenario, en cada uno de los extremos había unos tubos empotrados en de piso a techo y la luz del lugar provenía de debajo de la plataforma y era en verdad perfecta.


Mientras en los brazos de la plataforma un par de chicas bailaban provocativamente en cada tubo, sobre el cuerpo de la plataforma varias chicas de todo tipo sentadas con las piernas abiertas mamaban alguna verga o un coño mientras alguien les comía el coño, el culo o la verga, dependiendo de los gustos de cada quien. 

En las mesas algunos chicos y chicas se masturbaban, otros bebían y charlaban mientras alguien por debajo les practicaba sexo oral y otros más follaban sobre la mesa o directamente en el piso, calculo que había unas quince o veinte personas dentro de aquel cuarto.

Al fondo estaba la barra así que me acerqué por una cerveza, quería ver un poco del espectáculo ya que no se si a causa de los poppers estaba bastante caliente y mi culito muy hambriento entonces eso me mantendría en buen mood y me recargué en un pilar para beber mi trago cuando sentí que alguien me abrazaba por detrás al tiempo que me decía al oído.

– ¡Hola Sandy! – Te me habías perdido pero mira, te encontré – y sin más comenzó a besarme el cuello y a tocarme el abdomen, subió hasta el pecho y luego descendió hasta meter su mano en mi biquini y agarrar mi caramelo, lo masturbó un poco y volvió a subir la mano hasta el pecho, si decirme nada me quitó la cerveza de la mano y me reclinó de manera violenta sobre una mesa, me abrió las piernas y haciendo a un lado el biquini hundió su lengua entre mis nalgas para lubricarme el culito y me penetró de un solo golpe, el sentir como ese caramelo de carne se abría paso dentro de mi provocó que una descarga eléctrica recorriera mi espalda y comencé a mover el culo en círculos lo que mi acompañante entendió a la perfección y comenzó a entrar y salir, primero despacio y poco a poco fue incrementando la velocidad hasta volverse frenética, los orgasmos me caían en cascada mientras las embestidas se hacían más duras, de repente se salió y me puso el caramelo en los labios mismo que de inmediato comencé a mamar y mientras lo hacía sentí como era penetrada por un gran trozo de verga; el chico que me estaba penetrando tenía un caramelo grande pero se sentía delicioso dentro de mi, después de unas cuantas embestidas se salió y camino hasta ponerlo en mis labios y comencé a mamarlo mientras otro chico tomaba su lugar en mi culito y así hasta que uno a uno fueron llenándome la cara de leche tibia mientras mi culito permanecía lleno de deliciosas vergas mismas que terminaron corriéndose sobre mi rostro, ¿Cuántos chicos fueron? No lo sé realmente; estaba pasándola tan delicioso y los orgasmos fluían de manera tan continua que no me importaba, en ese momento recibiría a todos los chicos y chicas de la reunión sin ningún problema.

Una vez que terminaron de correrse se marcharon y me quedé sola sobre la mesa con el rostro escurriendo de leche y el culo húmedo y abierto con el biquini en un tobillo y bañada en sudor sin poder moverme pues las piernas me temblaban y me sentía agotada pero estaba satisfecha de todo lo que había pasado hasta ese momento.

Instantes después me incorporé, recogí el biquini y así camine al baño para asearme, primero el rostro y después el resto, me urgía un baño porque el aroma que desprendía era bastante fuerte pues olía a sexo y a semen así que salí del baño ya recompuesta y regresé al salón, sobre la plataforma había una orgía de más o menos veinte personas, los gemidos y gritos rezumbaban por todo el lugar y el aroma a sexo lo invadía todo lo que me provocó un ligero mareo y decidí salir a tomar un poco de aire por lo que me dirigí al jardín.

Cuando salí el cielo ya comenzaba a clarear lo que me indicaba que estaba amaneciendo, en la casa aún había gente pero ya muchísimo menos que cuando entré al salón, al lado de la fogata estaba Paty platicando con una chica por lo que me acerqué a ella, cuando me vio comenzó a reír y me dijo:

– ¡Amiga! Se ve que la has pasado de maravilla, mírate, ni una gota de maquillaje y el cabello hecho un desastre, pero de igual modo te ves hermosa.
– Necesito bañarme y dormir un poco amiga, ¿Qué hacemos?
– Pues si quieres sube a la habitación, es la de puerta azul al fondo del pasillo ahí podrás bañarte y descansar que por la cara que traes te urge.
– Gracias amiga, te veo en unas horas.
– Si amiga, descansa.

Nos dimos un beso y me subía a la habitación, al entrar vi cuatro camas matrimoniales, en una estaban durmiendo A y L, en la otra había dos personas más y las otras dos estaban vacías, sobre una estaba mi maleta por lo que entendí que esa era la mía así que la tomé y la puse sobre la silla que estaba al lado del buroe, tomé el neceser y me dirigí al baño para darme una larga ducha y salir a dormir un poco.

Cuando me estaba bañando escuché que alguien entraba al baño pero como no estaba sola en la habitación no le di importancia y seguí enjabonándome el cuerpo, cuando me di vuelta para enjuagarme y abrí los ojos me encontré con L parado frente a mi con una erección deliciosa, yo lo miré, primero al caramelo y de ahí subí la mirada hasta verle el rostro.

– ¿Te gusta lo que ves? – me dijo de golpe.
– Si, tienes un caramelo muy apetitoso – respondí mientras caminaba hacia él con la mano extendida para tocarlo. ¿Me dejarías chuparlo?
– Para eso vine, para que la chupes un rato, te vi allá abajo en el salón pero estabas muy ocupada y me quedé con ganas de sentir tus labios, y tu culito si se puede claro.

Sin responder nada lo senté en el borde de la bañera, me arrodillé y comencé a lamer su caramelo, empezando con los huevos y terminando con el glande antes de metérmelo en la boca, tenía un sabor delicioso y una textura tan agradable que yo estaba extasiada mamando aquél caramelo y así estuve algunos minutos hasta que me dijo ¡Quiero follarte! Por lo que siguiendo sus deseos me incorporé, di la vuelta y me senté sobre él, su caramelo se sentía fantástico dentro de mi y mientras yo subía y bajaba él comenzó a masturbarme y si aceleraba mis movimientos él también lo hacía mejorando mucho las sensaciones. Unos minutos después nos corríamos ruidosamente al mismo tiempo, yo sobre el mosaico y él dentro de mi. Unos momentos después me levanté y regresé a la regadera, él se metió detrás de mi para limpiarse y terminando salió sin decir nada dejándome con mis pensamientos y disfrutando del agua caliente sobre mi cuerpo.

Cuando salí parecía que todos dormían, me puse una camiseta para dormir y me metí a la cama.

El siguiente día también sería bastante intenso e interesante pero eso se los cuento después por ahora es momento de dormir porque estoy agotada.

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