sábado, 24 de febrero de 2018

Ciber Puta de internet

 
AUTORA: Saradulce



Hoy me siento putilla. Tengo irreprimibles ganas de sentirme una nenita fácil, a disposición de quien desee usar mi cuerpo para satisfacerse. Hoy voy a ser Sara de nuevo. Sara, mi alter ego, la ciberzorra, la calientapollas gratuita. La ninfa secreta y accesible que vive bajo mi piel de universitario joven.

Mi exnovia, en la cama, me trataba muchas veces como a una mujercita, penetrándome con sus dedos mientras mi polla palpitaba, tensa y quieta, en el fondo de su coño. Gracias a ella he descubierto poco a poco, en el transcurso de este año, el salvaje placer que me proporciona el cambio de roles, la feminización de mi cuerpo, el continuo e imparable multiorgasmo mental que acompañaba cada embestida de sus dedos, cada jadeo abandonado, cada palabra sucia susurrada en mi oído mientras me sodomizaba. Hay que follarse a las mentes, afirma el lúcido personaje Dante en la película Martín Hache.

Yo siento mi mente penetrada, anegada, rendida ante la evidencia de estar gozando como una perra... algo que no hubiera imaginado siquiera hace un año, cuando aún pensaba que existía una muralla infranqueable entre dos sexos, que sólo hay heteros u homos, sólo blancos o negros, sólo hombres o mujeres. Ahora comprendo que los modos de gozar son infinitos, que el único límite del placer es la frontera de la propia Imaginación, esa Venus veleidosa y mórbida que, en mi caso, me lanza a transformarme, a adoptar todas las máscaras, a jugar a todos los juegos, a descubrir regiones inexploradas de mi cuerpo y de los cuerpos que me rodean.

jueves, 8 de febrero de 2018

Historias corrientes de una Sissy



 
Autora: Alexandra



Y aquí estoy, en un banco en un parque sentada de lado ya que el culo todavía me duele, son las 5 de la mañana y empiezan a pasar "runners" que se me quedan mirando atónitos, vestida completamente de nena, aunque bastante desmejorada, tengo el maquillaje corrido, las medias rotas, pelos de loca y una blusa manchada... Es la primera vez que estoy vestida en la calle, pero ni me importa, mi mente se pierde todavía en los recuerdos de una gran noche y como falta una hora para que abran el Metro os contare mi historia.



Os ahorrare la historia de cómo llegue a convertirme en una travesti e iré directamente a la noche de los sucesos, era el viernes noche del orgullo gay que se celebra en Madrid en Chueca, este año es el internacional por lo que hay más gente que nunca, yo siempre he ocultado mis tendencias homosexuales, era un hetero macho de puertas para afuera, aunque toda una nena en la intimidad , y aprovechando el orgullo algunos amig@s y yo decidimos disfrazarnos del sexo opuesto, lo típico, y yo feliz ya que podría aprovechar la ocasión para salir de nena a la calle y cumplir una fantasía .Decidimos que las chicas vestirían a los chicos y los chicos a las chicas para que fuese más divertido y real.