martes, 26 de marzo de 2024

Serial Crossdresser 33


Diario de mi sufrimiento en castidad 02

 

AUTORA: Cyf

 

Día 20: Anoche creo que me enamoré. Estaba en un local con mis amigos y se nos acercó un grupo de chicas a bailar con nosotros. Poco a poco fui tonteando con una morena que venía con un vestido negro muy corto y bastante apretado. Estuvimos bailando y se notaba que ella estaba muy cariñosa. Nos empezamos a liar y ella me llevaba las manos por su cuerpo, podía sentir su figura de reloj de arena. Mi polla quiere romper la jaula, sobre todo cuando se puso a bailar de espaldas a mí rozando su culo por mi entrepierna. Ahí es cuando sentí miedo de que notara la jaula.

Aunque no es lo que realmente quería, la fui rechazando porque sabía que desgraciadamente no podía tener sexo con ella y me fui a sentarme a la barra con otro amigo. Desde allí vi como esa diosa empezó a liarse con el imbécil de Manu. Sus sobeteos fueron subiendo de tono y al final se fueron cogidos de la mano.

Cuando volví a casa estuve llorando en la almohada hasta que logré dormir por puro cansancio. No podía dejar de imaginarme como hubiese sido follarme a esa chica.

Esta mañana Manu ha estado contando en el grupo de whatsapp de los amigos que se llevó a la chica a casa y ha detallando algunas cosas más sobre su divertida noche, pero no he querido leer nada.

Tengo algo de resaca, así que hoy voy a descansar, dormir y sufrir.

Sissy Captions 20


domingo, 24 de marzo de 2024

Sara, Paula y Víctor

 

AUTORA: Sary CD

 

Hola :”)) Espero que estén todos bien!

     Siento llevar tanto tiempo sin escribir nada pero espero que este relatos les compense ;”)

    La situación estaba fea.

     Acababan de cortarnos las clases y parecía que iba a ser necesario guardar confinamiento un tiempo.

     Cuando volví a casa de las clases, encontré a Pedro ya allí, haciendo una lista de cosas que tendríamos que comprar antes de que empezase el confinamiento y pudiésemos salir menos, para que a la hora de la verdad no tuviésemos que salir tanto.

-          Échame una mano porfa.- Me pidió.- Que no nos dejemos nada.

     Se le veía bastante nervioso y bastante preocupado, así que, dejé mis cosas en mi habitación y me puse junto a él.

     En esas estábamos cuando su móvil empezó a sonar.

-¿Si?- Contestó.- Ah buenas Víctor dime.

     Victor era un amigo nuestro de la universidad, más de Pedro que mío la verdad, aunque me caía bastante bien.

     Déjenme que les hable un poco de Víctor. Tenía nuestra edad (22 años), era alto, musculoso, rubio y con unos impresionantes ojos del mismo verde que los primeros brotes de la primavera. Tenía una voz grave y pausada que transmitía confianza y siempre estaba sonriendo. En resumidas cuentas, era un pivón.

     Víctor era huérfano. Sus padres habían muerto un par de años antes junto con hermana pequeña en un accidente de tráfico, y no se llevaba demasiado bien con la familia que le quedaba, por lo que solía pasar todo el tiempo que podía, incluso las vacaciones, en Granada, viviendo con la pensión de orfandad que le había quedado, el dinero que había heredado, y la beca.

     Había llamado a Pedro porque sabía que teníamos un cuarto libre y nos pedía el favor de quedarse con nosotros a pasar el confinamiento porque no aguantaba a sus compañeras de piso. Aseguró que el colaboraría con el mantenimiento del piso y pagaría los gastos y demás.

 

viernes, 22 de marzo de 2024

Sissy Captions 19


 

Mi primera experiencia Lésbica

 

AUTORA: Sary CD

 

 

Pedro y yo llevábamos casi cuatro meses saliendo. 

     Habíamos pasado el verano juntos como una pareja normal. Yo ya era casi siempre Sara cuando estábamos juntos. Muchas veces, le esperaba vestida y preparada a que llegase de la facultad solo para estar con él, preguntarle cómo le había ido el día, poder besarle tiernamente en los labios cuando llegase y disfrutar de sus abrazos y sus besos en mi cuello repentinos, o de que cocinase para mi (A Pedro le encanta cocinar y se le da de escándalo, de hecho él siempre cocinaba y yo luego fregaba los platos para repartirnos las tareas) y cenar juntos, hablando de cosas sin importancia, simplemente disfrutando de la mutua compañia.

     Llevábamos la vida de dos jóvenes enamorados que nunca tienen lo suficiente el uno del otro. Cuando no estaba yo sentía un hambre inconmensurable de él en mis entrañas, un tirón en el alma y un frio en los huesos que no era capaz de calentar con nada, solo sus brazos en torno a mi, abrazándome eran capaces de calmarme y de darme consuelo. Y en sus ojos, cuando él volvía a casa y me veía, podía ver el mismo hambre, el mismo frío y la misma necesidad de mi.

     Aquel día fue un día especial. Era viernes y era fiesta, por lo que no teníamos clase ninguno de los dos, además el fin de semana venía justo detrás y nuestros amigos en general se habían ido, por lo que íbamos a pasar el fin de semana solitos.

     Ese día nos despertamos tarde y estuvimos jugando un rato en la cama a darnos caricias y la cosa poco a poco fue calentándose. Yo aún llevaba puesta la peluca morena (Me estaba dejando el pelo largo desde que había empezado a salir con Pedro, pero aún no había crecido demasiado.), el sujetador de encaje que me había puesto como parte del conjunto de la noche anterior, y seguía maquillada tenuemente, como me había maquillado la noche anterior, con una sombra de ojos rosa claro, base de mi tono de piel, un colorete de tono rosa pastel y labios rosa nude a juego.

Sandalias Vol 12


domingo, 10 de marzo de 2024

Consolidando la relación

 

AUTORA: Sary CD

 

La vida era un sueño.

     Estaba siendo la mejor época de mi joven vida. Por primera vez me estaban yendo bien los estudios, tenía buenos amigos que me apoyaban siempre, y por encima de todo tenía a Pedro.

     Lo que había empezado con una mamada para subirle el ánimo cuando lo había dejado su novia había pasado a convertirse en algo mucho más especial.

     Había sexo, por supuesto, pero también había algo a lo cual no me atrevía a ponerle nombre porque no quería reconocer que me había enamorado con mayúsculas. Y no me hacía ilusiones tampoco. Pedro y yo podíamos parecer una pareja en la intimidad cuando era Sara pero sabía que nunca sería algo real. Jamás me sacaría a cenar, a bailara a algún sitio, o simplemente me llevaría a un mirador para pasar la tarde juntos viendo el atardecer porque él quería a Sara, no quería al chico sino a la chica que había en su interior y que muchas veces salía.