jueves, 28 de noviembre de 2013

Como Comer Una Polla







Por mujer anónima y experta en mamadas


Comerle la polla a un hombre es uno de los mejores placeres de la vida. Es triste pensar que muchas mujeres no aprecian lo divertido que puede ser. La principal razón es que no saben cómo hacerlo correctamente y por ello no termina de gustarles. Si no lo haces correctamente, no conseguirás tu premio. La polla no se endurecerá, el hombre no pasará un buen rato y la mujer sentirá el fallo como propio. Pero no hay que tener miedo, es muy fácil aprender a ser una fabulosa chupadora de pollas, y yo voy a deciros cómo.

No tiene importancia el lugar que escojas, puede ser en casa, en la cama o en los probadores de El Corte Inglés, pero necesitas sentirte relajada y cachonda a la vez para hacerlo bien. Para el propósito de este artículo, digamos que estás en un sofá, con un hombre que te gusta y sabes que a él le apetecería una buena mamada en este momento (siempre les apetece).

lunes, 18 de noviembre de 2013

Encerrada en Saga Falabella Parte 1




AUTORA: MARY SANDOVAL



Mi hermana le puso llave a su dormitorio y esa noche no pude entrar a probarme su ropa. Como siempre sucede, cuando una no puede hacer algo es cuando más ganas una tiene de hacerlo. La puerta cerrada de mi hermanita me dejó más deseosa de vestirme, y para satisfacer en algo mis deseos femeninos, me fui a Saga Falabella a mirar vestidos, lencería, zapatos… Mientras paseaba por la tienda, me imaginaba probándome esa ropa en los vestidores. Tocaba la suavidad de la tela de los vestidos y me moría de ganas de sentir esa suavidad en mis piernas y en mis nalgas. Una vendedora bien alta se me acercó para ofrecerme su ayuda. Le dije que buscaba un vestido para regalarle a mi chica. Me preguntó qué talla y le respondí que era de mi misma altura y contextura, small. “Entonces puedes probarte tú el vestido y si te queda también le quedará a ella”, me dijo. Me puse roja de la emoción y de la vergüenza.

¿Se había dado cuenta que yo deseaba ponerme el vestido?

--Estoy bromeando, jajaja… No puedes entrar al vestidor de mujeres y en el de hombres no te van a dejar entrar con el vestido… Pero, creo que podemos hacer algo. Mírate en el espejo con el vestido en tu delante.

Y me llevó a un espejo medio escondido donde casi no podían vernos. Se puso detrás de mí y me colocó el vestido por adelante. Yo me vi reflejada en el espejo como siempre había soñado. En el fondo se veía mucha gente que no me prestaba atención, exactamente como yo quería que suceda, ser una mujer normal en medio de todos. De pronto la vendedora me agarró por la cintura y me susurró al oído:

--¿Tú crees que eres la primera travesti de closet que viene por aquí? Yo reconozco a las nenas como tú apenas las veo. Todas agarran la ropa, miran extasiadas la lencería como si se imaginaran con vestidas así. Se te nota en la cara que estás feliz con ese vestido en el espejo. Dime, ¿quisieras ponértelo en el probador? ¿Cuál es tu nombre de chica?

--Mary, le dije. Y me muero de ganas de ponerme el vestido. Gracias. Me ha gustado la forma en que me has hablado. ¿Cómo te llamas?

--Mi nombre es Sandra. Y vas a hacer lo que te digo: esperaremos a que no haya nadie en el probador de chicas. Entonces tú entras, te encierras en un cuarto y me esperas, que yo te llevo toda la ropa. Eres bien linda. He palpado tu trasero y está bien formadito. Te aseguro que te verás como una reina. Dame 100 soles, que ese es el precio de mis servicios. Que no te vea nadie, quédate en el cuartito, calladita, no hagas ruido.

Y así ocurrió. En unos minutos yo estuve dentro de un cuartito, sentadita con las piernas cruzadas, esperando mi ropita. Mientras tanto, escuchaba las cosas que hablaban las mujeres en el probador y me daban ganas de salir vestida en medio de ellas, como si fuese una más.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Jimena CD Parte 3



AUTORA: JIMENA CD




Hola a tod@s. Continuo con la saga Jimena CD con esta tercera parte. Los que no hayáis leído las dos partes anteriores os recomiendo que lo hagáis ya que os servirá como punto de partida para conocerme y saber cómo soy. Tengo 32 años, mido 167 cm y peso 75 k. Tengo ojos azules, el pelo rubio (aunque voy rapado casi al cero) y estoy muy guapa cuando me visto de putita...

CONTINUACION

Pasaron las semanas desde el último encuentro con Roberto en el sex shop y seguía obsesionado con lo que allí había pasado. Pensándolo fríamente, había cometido una barbaridad, pero sin embargo pensándolo en caliente, me ponía mas cachonda que una mona. Quería repetir aquello. Quería tener un rabo en mi boca otra vez y sentir ese cacho caliente de  carne creciendo dentro de mi garganta. 

Una tarde de sábado estaba en casa viendo la tele cuando volvió a brotar de mi interior esa necesidad de polla. Apague el televisor y empecé a masturbarme viendo una película porno en el ordenador. La peli porno era solo una escena de una rubia cachonda que la ponía fina entre tres tíos. Mientras me masturbaba me imaginaba ser ella, y volver a recibir polla como recibía aquella actriz. Me imaginaba el aspecto que tenía el viejo del sex-shop y mi mente sucia comenzaba a funcionar. Aquella polla, con aquel pellejo que deslizaba con facilidad, aquel olor tan fuerte... Me estaba poniendo malísima pensando en aquel viejo asqueroso. Embestía como una burra y eso le dio gusto a mi culito. La cara de viejo verde que ponía mientras me humillaba, mientras me taladraban mi culo, mientras se corría en mi boca... Definitivamente tenía que buscar polla. 

Encendí el ordenador y entre en el chat de chueca y empecé a chatear. Se abrían muchos privados y poco a poco fui seleccionando para encontrar lo que buscaba. Había demasiada gente joven y yo buscaba más bien algo entrado en años. Estuve hablando mucho tiempo con un chico que se llamaba Joaquín, vivía en Madrid y estaba buscando a alguna nenita. Tenía 45 años, media 170 y pesaba 83 kilos. No sabía mucho más de aquel tío. Me mando también a mi email una foto de su rabo. Así me iba haciendo una idea de lo que me esperaba. Me encanta que los tíos me manden fotos al email se sus rabos. No me interesa su cuerpo, no me interesa su cara, solamente me interesa meterme un rabo en la boca. Cuando me mandan una foto de un rabo me pongo supercachonda y superperra y hace que me entren más ganas aun de metérmelo a la boca.

El hombre que acababa de conocer en el chat, Joaquín,  propuso quedarme un día completo en su casa, vestida de puta, humillada y violada. Estaba demasiado salida como para decirle que no. Obviamente, accedí de inmediato. Pero había un problema, el es de Madrid y yo de Oviedo. El vivía solo, así que después de mandarme un par de fotos de su rabo tieso, me propuso darme leche un día entero en su casa de Madrid vestida de puta. Yo le dije que si, y de inmediato fui a la estación a sacarme un billete de autobús desde Oviedo a Madrid. 

Joaquín dijo que iba a esperarme en la estación de autobuses de Madrid, delante del estanco, y desde allí íbamos caminando a su casa que está a dos calles de la estación. Iba a ir vestido con una chaqueta verde y unos playeros blancos. También me dijo que iba a llevar gafas de sol.

Durante el viaje fui escuchando música y pensando en Joaquín y la nueva locura que iba a cometer. El viaje se me paso volando y antes de darme cuenta ya empezábamos a pasar por los alrededores de Madrid.