AUTORA: JIMENA CD |
Hola a tod@s. Continuo con la saga JimenaCD con
esta segunda parte. Los que no hayáis leído la primera parte os recomiendo que
lo hagáis ya que os servirá como punto de partida para conocerme y saber cómo
soy. Tengo 32 años, mido 167 cm y peso 75 k, tengo ojos azules, el pelo rubio
aunque voy rapado casi al 0 y estoy muy guapa cuando me visto de mujer.
CONTINUACION
Después de aquella cita con aquel hombre del chat,
llegue a casa a duras penas con el maquillaje mal limpiado, la boca con un
gusto extraño, con revoltura de tripas y con el culo muy dolorido. Costaba dar
cada paso. Cada vez que se apoyaba un pie en el suelo, un pinchazo salía de lo
más hondo de mi interior. Me habían roto el culo, había sido su puta.
Mientras regresaba no podía quitarme
de la cabeza la imagen que había visto 30 minutos antes. La imagen de ese
hombre bufando y soltando chorros de leche por mi cara. Sus ojos
marrones, su vientre peludo y sudado, su olor a sudor rancio. El
tacto de su polla inundada de semen en el interior de mi boca hacia
estremecerme. Mi estomago empezaba a contraerse, provocándome arcadas que
intentaba ahogar tapando la boca con la mano disimuladamente. Me arrepentía
tanto de haber hecho aquello... Me arrepentía de todo, pero a la vez tenía un
sentimiento de plenitud nuevo en mi vida. Me había puesto cachonda como nunca
antes. Está claro que aquella tarde habían ocurrido determinadas cosas que me
habían hecho sentir algo que nunca había sentido antes: un hombre me había
poseído.
Entre en el baño nada más llegar a
casa, me di una ducha bien caliente e intente tocar mi culito para
asearlo. Fue una tarea imposible debido al escozor y dolor que sentía con solo
tocar cerca con mi dedo. Salí de la ducha y después de lavarme los dientes y
hacer muchas gárgaras, busque en el armario del baño un tubo de hemoal que tenía
en casa, pero finalmente lo encontré en el botiquín con las gasas y el alcohol.
Me aplique el hemoal y el dolor era insoportable. Mi culo estaba muy escocido.
Después de mucho pensarlo, cogí una gran cantidad de pomada y me metí la
puntita del dedo en el culito, y lo saque rápidamente para limitar el dolor.
Aun así, mi cuerpo dio un respingo debido al simple hecho de haber tocado el
dolorido culo.