Me desperté sobre las 19 h, me di cuenta que Ricardo ya no
estaba a mis espaldas, se oí como estaba hablando por teléfono en el salón,
pero no pude entender de que estaba hablando. Al cabo de un rato entró en la
habitación y después de un cariñoso beso me dijo "Hola cielo, estaba
hablando con José Luis, el vecino de la casa de al lado, el y su esposa Dolores
nos han invitado esta noche a cenar en el restaurante del Hotel La Gavina de
S´Agaró, está a unos 30 km, nos pasarán a buscar a las 21 h". Yo me desperté
de golpe, estaba asustada, tenia un ataque de pánico, una cosa era salir con
Ricardo y una cosa muy distinta era salir a cenar con gente desconocida. ¿ Que
pensarían de mi? ¿Me tomarían por una mujer de verdad?. Solo pude balbucear
" Pero Ricardo..... yo no se.... que van a pensar de mi ....", pero
no pude continuar porque Ricardo me dijo "Maria, lo único que van a pensar
es de que eres una mujer encantadora, no podrían sospechar nada, eres mas
femenina que muchas mujeres biológicas, tu ponte bien guapa y elegante.
El hotel donde teníamos que ir a cenar es uno de los mejores
de la costa norte de Barcelona, seguramente el mejor, con un poco de miedo le
dije a Ricardo que de acuerdo, pero que necesitaba un par de horas para estar
lista. Me besó y su fue dejándome la habitación y el lavabo para mi sola,
Empecé por ponerme un enema, quería que mis intestinos
estuviesen limpios para cuando volviéramos de la cena, después me tomé un baño
caliente con sales perfumadas para relajar y perfumar mi cuerpo, seguí luego
con una larga sesión de maquillaje, crema base, maquillaje con un poco de
color, un poco de colorete en los pómulos, mascara en las pestañas, perfilado
de cejas, sombra de ojos. Era una salida de noche y esto permite el maquillaje
sofistificado. Finalmente me aplique la pintura de unas en las manos y en los
pies y también pintura en los labios del mismo color rojo intenso que la laca
de uñas. Peiné mi propio pelo en una semiondulada melena larga hasta un poco
mas debajo de la nuca.
Antes de empezar a vestirme iba a permitirme un frivolidad,
busque en una de mis maletas y encontré el accesorio que necesitaba, unas
maravillosas bolas chinas de 3,5 cm de diámetro, con un poco de crema entraron
perfectamente en mi orificio anal, las llevaría puestas toda la velada, además
de causarme placer, ayudarían a ir relajando y dilatando mi esfínter anal, así
estaría preparado para la esperada fiesta de sexo cuando volviésemos a casa.
Ahora ya era el momento para empezar a vestirme, empecé por
la ropa interior. Primero un corselette negro muy, muy apretado ( casi no podía
respirar, me perece que esta noche iba a poder comer poco ) que mejoraba mi
silueta femenina, es del tipo con cierres en la entrepiernas, lo que hacia que
mis " atributos masculinos", quedaran fuertemente aprisionados hacia
atrás, después vinieron una medias negras muy finas abrochadas a los ligueros
del corselette, mis piernas perfectamente depiladas lucias espléndidas. Luego
le toco el turno al vestido, me puse el negro de DKNY que Ricardo me había
regalado por la mañana, es un vestido de gasa muy pegado al cuerpo, largo hasta
unos 10 cm por encima de las rodillas, así podría lucir de piernas,
Ya estaba casi, casi lista, solo faltaban los zapatos, saque
de la caja el par que me había regalado Ricardo junto con el vestido, son de
raso negro, con la puntera un poco puntiaguda y tacón de aguja, ahora me daba
cuenta de lo alto que era el tacón, media 12 cm ( 5" ), nunca había salido
a la calle con unos tacones tan altos, esperaba no tener que andar mucho, pues,
aunque hace muchos años que usos zapatos con tacones altos, no es fácil andar
suspendida por unos tacones de 12 cm por la calle. A pesar de la altura de los
tacones los zapatos eran cómodos. Como la falda del vestido es de tipo tubo,
estrecha, me hacia andar con unos pasos cortos, tenia un aire muy femenino, me
miré en el gran espejo de la habitación y realmente lucia espléndida.
Salí de la habitación en busca de Ricardo, lo encontré en el
salón tomando una copa, ya estaba vestido con un elegante traje oscuro, camisa
clara y una corbata Hermes muy bonita. Creo que quedo alucinado, me miraba sin
dar crédito a lo que veía, me dijo " Estas guapísima, espléndida, Maria,
no se de que tienes miedo, eres una mujer fantástica, espectacular". Me
ofreció una copa que acepte encantada, necesitaba energías para mi presentación
en sociedad.
Le estaba contando a Ricardo mi travesura de llevar las
bolas chinas puestas para que fueran preparando mi ano ,el en un tono de broma
me dijo que me estaba convirtiendo en su viciosilla predilecta y que esperaría
al final de la noche para sacármelas personalmente. Se oyó la bocina del coche
de nuestros vecinos y salimos de la casa a través del jardín, el camino de
pequeñas piedras fue una prueba de fuego para mi habilidad con los altísimos
tacones, pero cogida de la mano de Ricardo, superé la prueba.
Ricardo me presentó a sus vecinos y amigos José Luis y
Dolores, deben de tener alrededor de 40 años, eran gente guapa, bien vestidos,
el con traje y ella en un vestido estrechísimo de color rojo bastante corto.
Nos subimos a su coche, un flamante BMW 735, Ricardo se acomodó delante con
José Luis y yo detrás con Dolores,
El trayecto de media hora transcurrió sin problemas,
Dolores, tenia un poco de curiosidad por la amiga de Ricardo, hacia preguntas
un poco insistentes, pero con la ayuda de Ricardo, no hubo problemas, seguro
que no sospecho que yo era una mujer un poco "especial".
Desde la entrada del restaurante, donde dejamos el vehículo
al aparcacoches, fuimos Ricardo y yo andando cogidos de las mano, el suelo de
mármol hacia que el ruido de mis tacones de aguja sonara de una forma especial,
clic, clak, clik, clak..., solo esto ya me estaba poniendo caliente, vi en la
cara de Ricardo que a el también le gustaba. Al caminar, notaba como las bolas
chinas se movían dentro de mi y hasta percibía como se golpeaban suavemente
entre ellas, era feliz.
La cena fue fantástica, el restaurante de mucho lujo,
comimos pescado y bebimos champan Möet, fue todo muy agradable, durante toda la
cena notaba las bolas chinas dentro de mi, era una sensación especial, solo
Ricardo y yo sabíamos que las llevaba y esto me daba un morbo especial. Antes
de volver hacia Tossa, Dolores y yo fuimos al lavabo de mujeres, como 2 mujeres
¿Porqué las mujeres siempre van juntas al lavabo?. Dolores me hizo preguntas
acerca de mi relación con Ricardo, pero yo le conteste con evasivas. Me retoqué
la pintura de labios y salimos en busca de nuestros hombres.
En el viaje de vuelta, Ricardo se sentó detrás conmigo,
íbamos hablando con José Luis y Dolores, pero Ricardo no perdía ocasión de
tener las manos apoyada en mis piernas, percibía sus caricias a través del
sedoso tacto de las medias. Cada vez que me movía, por poco que fuera, notaba
como las bolas chinas también se movían, se lo comente al oído de Ricardo y
sonriendo me dijo también al oído " No te preocupes, después de las sacaré
personalmente con la boca, despacio, despacio "
Ricardo invitó a nuestros vecinos a una ultima copa de
champan en casa, estuvimos charlando como cuatro amigos hasta que sobre la 1h
de la madrugada, José Luis y Dolores decidieron irse. Ricardo puso música suave
y me lleno otra copa de champan, después me invito a bailar con el, bailamos en
el amplio salón, la música era una lenta balada Bailábamos juntos muy
apretados, yo mido 170 cm y a pesar de mis 12 cm de tacón aun soy mas baja que
los 187 cm de Ricardo. Bailaba con la cabeza apoyada en su hombro. Los pies me
empezaban a doler bastante, pero aun podía aguantar
Ricardo me besaba en mis labios rojos, me besaba en el
cuello, después, suavemente, me cogió de la mano y me condujo hasta nuestra
habitación. Empezamos a besarnos de una forma frenética, nuestras lenguas
jugaban a entrar y salir de la boca del otro. Empecé a desnudar a Ricardo,
primero la camisa, después los pantalones y finalmente los calzoncillos, su
miembro viril ya estába simierecto, iba a pedir guerra muy pronto. Suavemente y
sin dejar de besarme en la boca, me bajó la cremallera del vestido, como si de
una escena de una película se tratase, lo deje deslizar hasta los pies para
luego, de un suave empujón apartarlo con el pie. No deje que me sacara nada
mas, quedé así con el corselette, las medias y los zapatos de altísimo tacón.
De esta forma tan sensualmente vestida, me arrodille delante
de Ricardo, me puse rápida su miembro en la boca, al cabo de unos pocos besos y
succiones ya estaba totalmente erecto. Ricardo me indicó que me pusiera de
rodillas en el borde de la cama, yo, sumisamente obedecí. Ya instalada en esta
posición y con el tronco echado hacia delante con las manos apoyadas en la
cama, noté como me abría los cierres del corselette, quedando así mi ano a
merced de lo que el quisiera.
Ricardo se arrodilló en el suelo detrás de mi y mordiendo el
fino cordel de las bolas chinas y muy suavemente, muy despacio, bola a bola,
iba estirando y sacando las bolas, hasta completar las cinco que tenia
introducidas. Mi agujero anal estaba completamente abierto, al sacar las bolas
no se cerró como es habitual, las mas de cuatro horas con las bolas en mi
interior habían superdilatado mi esfínter anal. Se incorporó y de una sola y
fácil embestida me introdujo hasta el fondo sus 25 cm de carne tensa y dura, en
esta posición empecé a realizar una pequeñas contracciones de mi esfínter, para
apretar, para acaricias su sexo, por sus gemidos parecía que realmente le
estaba dando mucho placer. A mi también me hacia gozar de una forma especial.
Después moviendo su caderas, empezó un lento movimiento
hacia delante y hacia atrás, que combinado con mi contracciones anales nos
estaba haciendo casi delirar a los dos. El movimiento se fue haciendo cada vez
mas rápido y mas profundo, al igual que mis contracciones, hasta que sentí como
empezaban una eyaculación con gran cantidad de liquido caliente, fueron unos
chorros de leche largos, profundo, intensos, yo también había tenido un intenso
orgasmo anal, acompañado de una pequeña eyaculación de mi diminuto pene. Creo
que a partir de ahora lo voy a considerar como mi especial clítoris.
En la ultima embestida de Ricardo nos dejamos ir hacia
delante sobre la cama, quedando Ricardo encima de mi, con una parte de su
miembro aun semierecto en mi interior. Al cabo de unos minutos me levante para
desvestirme y desmaquillarme, me puse un camisón negro semitransparente muy
sexy, volví a la cama y quedamos dormidos hasta la mañana siguiente.
Ya era domingo del largo fin de semana que Maria estaba
pasando con Ricardo en su casa de la playa.
Después de la cena con Ricardo y sus amigos José Luis y
Dolores que supuso mi presentación de sociedad, nos despertamos un poco tarde,
sobre las 10 h, el sol brillaba, entraba en la habitación, desde la cama se
podía ver el mar. Yo iba con el camisón de seda negra bastante corto y casi
trasparente, Ricardo estaba desnudo a mis espaldas, note como una mano
acariciaba mis nalgas, respondí con un ligero movimiento de caderas, en
silencio. La mano cada vez me acariciaba con mas intensidad, hasta que un dedo
empezó a intentar abrirse pasa en mi cerrado agujerito, lo consiguió
fácilmente.
Ricardo me susurró cariñosamente al oído " Ponte de
cuatro patas, a lo perrita, con las rodillas cerca del borde de la cama ".
Se preparaba un dulce despertar. Obedecí rápida, sumisa. Se arrodilló en el suelo
detrás de mi, me bajó las braguitas tipo tanga que llevaba puestas, me levanto
el camisón, dejando todo mi trasero al descubierto., con las manos me superaba
las nalgas, dejando mi agujero anal a la vista, entonces sentí un calor húmedo
en la entrada de mi sexo, era la lengua de mi amante, de forma decidida empezó
a ensalivar mi orificio, después siguió introduciendo la lengua en mi interior,
que delicia, que forma mas placentera de despertarme, su lengua vigorosa
entraba y salía de mi ano como si de un húmedo pequeño pene se tratara, yo
estaba gozando profundamente.
De pronto dejó de penetrarme con la lengua y percibí su
grande rozando la entrada de mi ano, de una vigorosa embestida, me penetró
hasta mas de la mitad de su imponentes 25 cm. Yo chille, un poco de dolor y un
mucho de placer, después fue introduciendo lo que faltaba de su largo miembro
hasta el fondo, puede percibir como sus testículos golpeaban mis nalgas,
estábamos los dos cerca del orgasmo. Cuatro o cinco embestidas mas bastaron
para que no corriéramos al unísono, se estaba convirtiendo en adicta al sexo,
noté su leche en mi interior, es una experiencia de la que no me candaba de
disfrutar. Ricardo salió de dentro de mi, cayendo los dos en la cama en su
apasionado y profundo beso, con esa lengua que tantas maravillas había hecho en
mi ano.
Ricardo se levantó y me dijo "Ahora vuelvo cariño"
y salió de la habitación, a cabo de unos volvió con una gran bandeja con todo
lo necesario para un buen desayuno que tomamos en la cama.
Después me dijo que me vistiera, que teníamos que ir a Tossa
de Mar a ver a un anticuario amigo suyo y a comer. Empezaba a disfrutar de esta
forma que tiene Ricardo de organizar mi vida, me sentía sumisa con mi hombre.
Yo disfrutaba en mi papel de dulce y obediente mujer. El me esperaría en el
jardín.
Visto el buen resultado de la noche anterior, me volví a
aplicar un enema, para estar bien limpia por dentro, después volví a usar mis
querida bolas chinas introduciéndolas suavemente una a una en mi interior. Dan
una sensación especial, es como si tuvieras un pequeño pene introducido en el
ano. Pero con la ventaja de que estas vestida haciendo vida normal, andando,
comiendo en un restaurante, es una gran experiencia. De momento no se lo dije a
Ricardo.
Me puse un conjunto de braguita, sostén y ligueros de encaje
blanco, medias de color marfil y unas mules de unos 7 cm de tacón. Mis pies aún
me dolían un poco de los zapatos de 12 cm de tacón de la noche anterior.
Siempre uso medias con ligueros, nunca pantymedias. Las medias son mucho mas
femeninas y a los hombres siempre les gustan mucho mas y además te permiten
hacer el amor con un hombre con el ligueros, las medias y los zapatos de tacón
puestos y esto gusta mucho a los hombre, es mas sexy.
Encima me puse una falda blanca bastante estrecha tipo tubo
hasta las rodillas y un top también de color blanco. Las prótesis de silicona
insertadas dentro del sostén hacían que el perfil y el movimiento de mi busto
fuera muy real. Me maquille de forma suave, un poco de colorete, mascara en las
pestañas y un pintalabios de color rosa oscuro con un tono brillante. Mi melena
libre, unos aros en las orejas ( hace años que las tengo perforadas) y un
collar de perlas, quedaba muy juvenil y veraniega
Para subir al coche, Ricardo me abrió galantemente la
puerta, yo entre de las forma mas femenina posible, primero sentándome y luego
recogiendo las piernas con las rodillas juntas y entrándolas dentro, como hacen
las mujeres
Fuimos a la tienda del anticuario amigo desde hace años de
Ricardo, casi me desmayo cuando me presento como su novia, estuvimos
curioseando cogidos de la mano o con el brazo de Ricardo en mi cintura, al
final decidió comprar un jarrón antiguo para su casa de Barcelona y un pulsera
antigua de plata para mi.
En el paseo marítimo, cerca de la playa cominos en un
restaurante, del cual Ricardo también era conocido del dueño, me volvió a
presentar como su novia, cuando de fue, entusiasmada le agradecí esta forma de
presentarme a sus amigos y le dije en su susurro y con un sonrisa picara "
Cuando volvamos a casa y antes de volver a Barcelona, te voy a agradecer este
cumplido de una forma muy especial ".
Después tomamos un café en la terraza de un bar instalado
sobre la misma playa, entonces le dije flojito al oído " Cariño, hoy
también me he puesto las bolas chinas ¿Quieres sacármelas antes de volver a
Barcelona? ", con una sonrisa me contestó "Con muchísimo gusto".
Volvimos al coche y nos dirigimos hacia "nuestra casa", llegamos sobre
las 4h de la tarde. Ahora iba a ser el momento que yo esperaba para agradecer
de una forma especial a Ricardo todo lo que estaba haciendo conmigo. Eso de su
novia, sonaba divino.
Estábamos en el gran salón comedor, empecé a desnudar a
Ricardo, nos besábamos casi de forma furiosa, el también empezó a desnudarme,
de momento solo le permití que me sacara el top y la falda, quería estar muy
sexy, con mi sostén relleno, mis medias y mis mules de tacón. Me condujo hasta
la gran mesa de comedor, me ayudo a tumbarme de espaldas encima de ella y a
colocar mi culo cerca del borde, delicadamente me levantó las piernas, sin
dejar de acariciar mis pechos y de besarme, luego fue tirando del cordel d las
bolas chinas, me las saco despacio, una a una, las había llevado mas de cinco
horas.
Una vez fuera ni esfínter anal no se cerró, estaba
totalmente abierto y dilatado. Quedo con un apertura de un diámetro parecido al
de las bolas que hasta hace un momento había en su interior, Hasta Ricardo se
sorprendió un poco " Maria, tu ano es igual que una vagina esperando ser
penetrada". Se arrimó a la mesa y puso mis piernas por encima de sus
hombros, noté como su glande rozaba la entrada de mi sexo, unos escalofríos
eléctricos recorrieron todo mi cuerpo, me iba penetrando muy despacio,
centímetro a centímetro, me estaba dando placer y yo se lo daba a el, de corrió
de una forma casi furiosa, incontrolada, dentro de mi, en esta posición su
leche quedo toda en mi interior. Nos besamos, nos hacíamos caricias, nos
tocábamos, me ayudo a incorporarme y me condujo hasta la habitación, la ración
de sexo aún no había terminado.
Ya en la habitación, Ricardo me hizo tumbar de espaldas
sobre la cama, me levantó las piernas y yo las encogí hasta que mis muslos
tocaron en mi pechos, el me puso un pequeño cojín en la zona lumbar, mi aún
abierto ano quedaba hacia arriba, mirando al techo. Ricardo podía gozar aún de
la visión de mi sexy indumentaria, conservaba el liguero, el sostén, las medias
y las mules de tacón puestas.
Primero me introdujo un par de dedos, casi jugando, en mi
orificio anal, después se tumbó encima de mi, con sus brazo apoyados en la
cama, de una sola vez deslizó la totalidad de sus 25 cm hacia mi interior. De
todas las posiciones que habíamos usado desde el pasado Viernes por la noche,
esta era la que permitía una penetración mas y mas profunda, yo con mis brazos
recogía todo lo posible mis piernas hacia mis pechos, para ofrecerle mejor mi
agujerito, el sin dejar caer todo su peso sobre mi, flexionaba los brazo y las
caderas para que en un casi frenético mete y saca introducir todo su miembro
dentro de mi, lo notaba muy dentro, estaba gozando como una loca y el también.
Para aumentar mas aún nuestro clímax, empecé a practicar unas contracciones de
mi esfínter anal, así apretaba su miembro viril, era como si intentara ordeñar
a mi amante, pronto llegaría el momento del máximo placer.
Al final los dos al unísono disfrutamos de un gran orgasmo.
El mío anal y también con una eyaculación de mi pequeño pene semierecto, el
suyo fue una desbordante eyaculación en diversas contracciones que inundaban mi
dilatado y ya dolorido ano, noté como chorros de liquido caliente entraban
hasta el fundo de mi intestino, Sin duda fue el mejor de los diversos orgasmos
que habíamos disfrutado durante el fin de semana.
Permanecimos sin movernos un buen rato, después Ricardo se
tumbo mi lado, estaba exhausto, dirigí mi boca a su miembro que aún no había
perdido toda su erección y con mi boca y con mi lengua lo limpie a fondo,
mientras, notaba como un flujo de liquido caliente salía de forma espasmódica
de mi ano y corría por mis piernas.
Al cabo de media hora, me levanté, fui al lavabo a
limpiarme, me lavé en el bidet y como aún tenia el orificio anal bastante
dilatado y abierto puse un tampón en mi interior. En mi vida habitual siempre uso
tampones durante una semana de cada mes, es mi forma de tener la menstruación,
me hace sentir mas mujer. Volví a vestir la falda y el top blancos, me retoque
el maquillaje, nueva pintura de labios, recogimos nuestras cosas y volvimos en
coche a Barcelona.
Creo que me había enamorado de Ricardo, había encontrado al
hombre de mi vida. Me ayudó a entrar las maletas a mi casa, nos despedimos en
un larguísimo, intenso y apasionado beso. Me dijo que me llamaría al día
siguiente.
Después del largo fin de semana de sexo intenso, no sabía si
podría esperar su llamada, estaba ansiosa de estar junto a Ricardo todas las
horas del día y de la noche. De todas maneras mi castigado orificio se merecía
una tregua, después de estos dos días lo tenía bastante dolorido, pero pronto
estaría recuperado.
El Lunes a media mañana llamaron a lo puerta de casa, era un
repartidor de una floristería que llevaba un inmenso ramo de rosas rojas para
la Sra. Maria, al cabo de poco mas de una hora Ricardo me llamó, pero esto os
lo contaré en un nuevo capitulo de mi historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario