AUTORA: JIMENA CD |
Hola a tod@s. Continuo con la saga Jimena
CD con esta tercera parte. Los que no hayáis leído las dos partes anteriores os
recomiendo que lo hagáis ya que os servirá como punto de partida para conocerme
y saber cómo soy. Tengo 32 años, mido 167 cm y peso 75 k. Tengo ojos azules, el
pelo rubio (aunque voy rapado casi al cero) y estoy muy guapa cuando me visto
de putita...
CONTINUACION
Pasaron las semanas desde el último
encuentro con Roberto en el sex shop y seguía obsesionado con lo que allí había
pasado. Pensándolo fríamente, había cometido una barbaridad, pero sin embargo
pensándolo en caliente, me ponía mas cachonda que una mona. Quería repetir
aquello. Quería tener un rabo en mi boca otra vez y sentir ese cacho caliente
de carne creciendo dentro de mi garganta.
Una tarde de sábado estaba en casa
viendo la tele cuando volvió a brotar de mi interior esa necesidad de polla.
Apague el televisor y empecé a masturbarme viendo una película porno en el
ordenador. La peli porno era solo una escena de una rubia cachonda que la ponía
fina entre tres tíos. Mientras me masturbaba me imaginaba ser ella, y volver a
recibir polla como recibía aquella actriz. Me imaginaba el aspecto que tenía el
viejo del sex-shop y mi mente sucia comenzaba a funcionar. Aquella polla, con
aquel pellejo que deslizaba con facilidad, aquel olor tan fuerte... Me estaba
poniendo malísima pensando en aquel viejo asqueroso. Embestía como una burra y
eso le dio gusto a mi culito. La cara de viejo verde que ponía mientras me
humillaba, mientras me taladraban mi culo, mientras se corría en mi boca...
Definitivamente tenía que buscar polla.
Encendí el ordenador y entre en el
chat de chueca y empecé a chatear. Se abrían muchos privados y poco a poco fui
seleccionando para encontrar lo que buscaba. Había demasiada gente joven y yo
buscaba más bien algo entrado en años. Estuve hablando mucho tiempo con un
chico que se llamaba Joaquín, vivía en Madrid y estaba buscando a alguna
nenita. Tenía 45 años, media 170 y pesaba 83 kilos. No sabía mucho más de aquel
tío. Me mando también a mi email una foto de su rabo. Así me iba haciendo una
idea de lo que me esperaba. Me encanta que los tíos me manden fotos al email se
sus rabos. No me interesa su cuerpo, no me interesa su cara, solamente me
interesa meterme un rabo en la boca. Cuando me mandan una foto de un rabo me
pongo supercachonda y superperra y hace que me entren más ganas aun de metérmelo
a la boca.
El hombre que acababa de conocer en
el chat, Joaquín, propuso quedarme un día completo en su casa,
vestida de puta, humillada y violada. Estaba demasiado salida como para decirle
que no. Obviamente, accedí de inmediato. Pero había un problema, el es de Madrid
y yo de Oviedo. El vivía solo, así que después de mandarme un par de fotos de
su rabo tieso, me propuso darme leche un día entero en su casa de Madrid
vestida de puta. Yo le dije que si, y de inmediato fui a la estación a sacarme
un billete de autobús desde Oviedo a Madrid.
Joaquín dijo que iba a esperarme en
la estación de autobuses de Madrid, delante del estanco, y desde allí íbamos
caminando a su casa que está a dos calles de la estación. Iba a ir vestido con
una chaqueta verde y unos playeros blancos. También me dijo que iba a llevar
gafas de sol.
Durante el viaje fui escuchando música
y pensando en Joaquín y la nueva locura que iba a cometer. El viaje se me paso
volando y antes de darme cuenta ya empezábamos a pasar por los alrededores de
Madrid.
El autobús llegaba puntual a la
terminal, estacionaba en su plataforma, la gente ordenadamente iba bajando y
recogiendo su equipaje. Yo solo había llevado una mochila con mi ropita y mi
móvil con los auriculares con los que escuché música durante el viaje.
Avancé por la estación hasta que me
adentre en el hall donde hay unas pantallas donde ponen los horarios de los
autobuses que llegan y salen de la estación. Atravesé una zona de bares y
cafeterías y llegue a una zona más comercial y menos concurrida de gente donde
encontré el estanco. Había un hombre leyendo un diario gratuito enfrente del
estanco. La descripción de la ropa coincidía. Parecía más alto de lo que me
dijo (170 cm) y más gordo también de lo que me dijo. Unos 90 kg y
desde luego tenia más de 45 años como me dijo. Por lo menos 50 y siendo
generoso. Tenía poco pelo, rizado y una nariz gruesa. Tenía aspecto poco
cuidado y la verdad que la ropa que llevaba pasaba totalmente desapercibida.
Escondía sus ojos con unas gafas de sol tipo aviador con los cristales
ligeramente ahumados. Llevaba bigote (eso no me lo había dicho) y masticaba un
chicle discretamente. Colgaba de su hombro un maletín en el que seguramente
había un ordenador portátil.
- hola! , ¿Joaquín? - le pregunté
cuando me puse delante de él.
Aquel hombre aparto la mirada del
periódico y me miro tras las gafas.
- Hola! ¿Borja verdad? - Me contesto
con una seria sonrisa.
- Si, encantado de conocerte - le
dije yo estrechándole la mano. Él la aceptó y la estrechó fuertemente.
- ¿Te parece que nos tomemos un
café? - me ofreció el.
- claro, tenemos muchas cosas de que
hablar ¿no? - conteste yo sonriendo le tímidamente.
Estaba muy asustada, pero el hecho
de estar en Madrid y no encontrarme con nadie conocido hacía sentirme más
segura. Subimos al piso superior de la estación sin dirigirnos la palabra hasta
que Joaquín se desvió y entramos en una cafetería con poca gente. Nos sentamos
en una mesa y pedí un café con leche. El pidió un cubata de ron y cola y pago a
la camarera en el acto. Me miro y se quito las gafas. Sus ojos eran pequeños.
Sus pómulos eran rechonchos y una barba morena con alguna zona canosa de 5 días
asomaba en su cara. No era un tío feo la verdad, pero estaba más gordo de lo
que me había dicho.
Estuvimos hablando un buen rato. Me
contó que estaba en el paro, se acababa de divorciar, y vivía en un piso
alquilado cercano a la estación. Su voz era muy ronca. Parecía muy serio
incluso cuando sonreía. Me contó que había estado con tres nenitas más y que
con dos fue muy bien y otra lo pasó mal porque lloraba y tuvieron que
dejarlo.
Yo le conté que hacía y un poco mi
vida en general y le conté que apenas un mes y medio antes había estado con mi
primer tío y también le conté la historia del sex-shop. Se intereso en lo
sucedido en el sex-shop y respondió con un sencillo - ¡vaya! - cuando le
relataba lo sucedido.
Entonces él me propuso preparar una
"fiestecita" en su casa con más gente. Yo me negué rotundamente.
Trato de convencerme pero volví a decir que no.
- Venga tonta, no has venido a Madrid
sólo a por un rabo - dijo Joaquín muy serio.
- no es eso - conteste yo - me da
mucha vergüenza y miedo quedar con desconocidos - continué diciéndole.
- ¡pero no seas boba! buscamos ahora
a alguno en el chat y seguro que te lo pasas bien. Además me dijiste que te
gustaba la leche ¡y leche te vamos a dar! - dijo con una mirada sucia en sus
ojos.
- ¡no quiero! La última vez en el sex-shop
¡aquello parecía una violación!
Joaquín me puso su mano encima de mi
muslo y empezó a acariciarlo, y claro Jimena apareció...
- Joder... Voy a arrepentirme de
esto - dije con voz resignada... Pero finalmente accedí a tener un encuentro
con varios machos a la vez. Por si quedaba alguna duda me relamí mirándole a la
cara. Por vergüenza, de reojo mire al camarero de la cafetería, que estaba ocupado,
así que seguí relamiendome discretamente mientras Joaquín me excitaba
acariciandome ahora por la parte interior de mi muslo... Y yo le dije al oído:
- soy tu zorra. Quiero que me dejes
el culo roto... - le susurré
Él aparto la mano de mi muslo y se
giro para coger el maletín que tenia colgado en la silla, lo puso en su regazo
y abrió su cremallera.
Saco el portátil de la funda y se
conectó al WiFi de la cafetería. Entro en el chat de chueca y escogió el salón
de chat "madrid". Puso un saludo en la zona principal y a
continuación allí escribió "busco machos para nenita con sitio en
madrid".
A continuación una lluvia de
privados se apareció en las pestañas superiores del chat y fuimos filtrando lo
que buscábamos. La verdad es que no soy nada escogida. Solamente quiero pollas,
y si el aspecto no es el mas saludable, casi que me da mas morbo. Le dije a
Joaquín que me iban maduros, aunque nunca diré que no a una buena polla...
Aunque sea un yogurin.
Comenzamos a filtrar candidatos hasta
quedarnos con 3. Todos subían de los 40 años y solamente uno parecía estar
físicamente muy bien. Al final acepte por cansancio, ya que como dije, me ponen
mas los tíos gordos, viejos y feos que los cachas. Joaquín intercambio con
ellos sus números de móvil y acabaron la conversación y se dieron las señas y
direccion a través de watsapp.
Yo ya había acabado el café hacia un
buen rato cuando Joaquín recogió el ordenador a su bolsa, apuro el cubata, y me
indico con un gesto con la cabeza que nos podíamos ir. Cogí mi mochila y salí a
su lado de la estación camino de su casa.
El camino hacia su piso fue mas
corto de lo esperado y nos adentramos en el portal. Subimos al primer piso y
entramos en la puerta de la izquierda. Me llevo hasta su habitación y me dejo
allí para prepararme. Le pregunte si le importaba que fumara en su habitación y
cuando me dijo que no había problema le pedí un cenicero. Me acerco uno hasta
la habitacion y me dijo que iba a esperar sentado en el salón viendo una porno
en la tele
La habitación era grande, con un
armario empotrado, una cómoda con un espejo, una cama de 90 y una puerta al
fondo de la habitación. Al abrirla, comprobé que era un baño pequeño con un
plato de ducha.
Puse mi mochila encima de la cama y
saque mi ropita. Estrenaba conjunto. Lo había comprado en un sex-shop online
contra reembolso. El pedido que hice fue un vestido de rayas horizontales
rosas, estilo palabra de honor y una talla menos que la mía para ir bien
apretada y sexy. También un tanga negro y un bote de lubricante.
Empezaba a volver a estar nerviosa y
encendí un porrito que traía ya liado. Esta vez quería colocarme bien, y por
eso el porro que me habia hecho llevaba solamente marihuana. Estaba depilada
enterita, brazos incluidos, y el culito limpio, depilado con crema y rasurado
al cero. Mi cuerpo estaba terso y suave. Aun así me aplique un poquito de crema
femenina perfumada. Saque el bote de vaselina en pomada y me puse una buena
cantidad en el culito. Introducí con dificultad un dedito y repartí bien la
vaselina. Me puse las medias blancas y el tanga con facilidad, pero me costo
mas embutirme en un vestido una talla menor. Finalmente lo conseguí y el
vestido me quedaba muy ceñido. Estaba que lo reventaba. Se notaba mi cuerpito
entrado en carnes (75 kg) apretado en aquel vestido. El tanguita negro me
apretaba el culito y las medias empezaban a proporcionarme una sensación muy
placentera. Fui al espejo de la habitación que estaba sobre una cómoda al lado
de la puerta y empecé a maquillarme como siempre. Tenia una fumada como un
piano. Estaba totalmente desinhibido.
Escuche el timbre del telefonillo
del portal y mas tarde pude también escuchar como Joaquín abría la puerta. Ya
habían empezado a llegar mis "machos". Unos segundos mas tarde
escuche el sonido de lo que parecían ser unos hielos en un vaso de cristal.
Debían de estar poniéndose una copa.
La base del maquillaje era muy
pálida, con sombra, contorno y pestañas postizas de color negro. Los labios
esta vez rosa color chicle y muy intenso.
Me coloque la peluca rubia cortita,
y me subí en mis zapatos de tacón. Me puse mucho perfume femenino pero muy
juvenil. Saque de mi mochila una piruleta y la empece a lamer. Mi aspecto no
podía ser mas infantil. Ya empezaba a estar cachonda y con ganas de leche.
Acabe el porro con dos caladas muy profundas que mantuve en los
pulmones. Al echar el humo,mi cuerpo se relajó por completo. Respiré bien hondo
y salí de aquella habitación camino del salón.
Mis tacones hacían ruido al avanzar
por el pasillo. Se percibían risas en el salón y al entrar en él las risas se
confirmaron. Pero cuando entré en aquella sala las risas acabaron y solamente
se escuchaban mis tacones y el silencio. Sus ojos se centraban en mi, y eso me
puso muy cachonda. Entré en aquel salón de forma sugerente y lamiendo la
piruleta y con mirada infantil e inocente.
- joder que buena estas hija de puta
- me dijo Joaquín.
- ¡vas a hartarte de polla! - me
dijo otro señor desconocido.
Joaquín estaba sentado en un sofa
junto con un señor. Los dos habian estado mirando el porno que se reproducía en
la pantalla del televisor. El señor era de unos 50 años (mas o menos como
Joaquín). Era gordo, moreno canoso, con barba de 5 dias y parecía muy alto
aunque estuviera sentado. Tenia ojos de viejo verde.
Alguien había apartado la mesa del
salón en una esquina dejando despejada la alfombra que estaba delante de los
sofás. Me puse delante de ellos a exhibirme y chupar la piruleta. Me di la
vuelta y les presente mi culito, aprisionado por aquel vestido de rayas rosas
que sugería un pompis pasado de kilos pero muy femenino. Yo les di la espalda y
giré mi cabeza para poder mirarles. Con una mano seguía metiendo la piruleta en
mi boca y con la otra me intentaba abrir una nalga sin éxito debido a lo
apretado que me quedaba el vestido. Solté mi nalga y me pegue dos azotes en el
culo mientras con otra mano seguía metiendo y sacando la piruleta de mi boca.
Me di la vuelta y frente a ellos empecé a sobarme las tetitas por fuera del
vestido. Aquel salón emanaba mucho calor y yo estaba en medio del volcán
totalmente a merced de dos machos.
De repente, sonó el timbre del
telefonillo del portal y Roberto se levanto del sofá y salió del salón.
A los pocos segundos oí como la puerta
de la calle se abría y tras unos saludos se volvía a cerrar. Roberto entro en
el salón acompañado de un tercer tío. Este tio era mas joven. Rondaria los 40
años de edad, y un poco mas alto que yo (mido 167 cm). Era muy feo, muy
delgado, con una nariz larga y con el pelo largo recogido en coleta. Llevaba
bastantes pulseras de cuero y en el cuello de la camiseta también llevaba algún
tipo de collar de artesanía Tenía un aspecto muy sucio. Ese señor no había
tomado una ducha durante días seguramente. Vestía un pantalón vaquero, una
camiseta muy usada y unos playeros bastante envejecidos. Su cara y
color de piel era muy pálido.
Al entrar Roberto con aquel tío y
pasar delante de mi, yo detuve al "coletas" y comencé a besarle. Olía
mucho a sudor rancio, y su boca sabia a tabaco. Roberto se sentó y comenzó a
observar como me comía la boca con aquel tío. Yo mientras nos besábamos, miraba
fijamente a los que estaban en el sofá. El "coletas" tenia un aliento
a alcohol y tabaco muy fuerte. Sus ojos denotaban una clara
embriaguez. Estaba borracho perdido. Seguramente se había hartado de
vino barato en cualquier parque del centro de Madrid. Los otros seguían
sentados con la copa casi acabada. Tenia a 3 pollas borrachas solo para mi...
- ¡menuda guarra estas hecha! - dijo
el tipo canoso.
- ¡voy a taladrarte el culo hasta
que dejes de chillar! - dijo el Joaquín.
- ¡pegale! ¡pegale! - animo Joaquín
al "coletas" - dale una ostia que le gusta - dijo.
El tio de coleta saco la lengua de
mi boca, armó hacia atrás su mano y me soltó una bofetada en la cara que me
hizo girar la cabeza. Al volver la cara, recibí otro bofetón que me dejó
colorada mi cara maquillada pálidamente.
- ¡que zorra eres! Hoy vas a llevar
palos como te portes mal - me dijo con tono agresivo.
El "coletas" puso sus
manos en mi culo y empezó a sobarme. El canoso se puso de pie y se coloco
detrás de mi y empezó a tocarme las tetitas. Me bajó el escote del vestido y
dejo mis pezones al aire. El tio de coleta dejó de besar mi boca para chupármelos
y mordérmelos. Yo gire la cara hacia atrás e hice coincidir mi delicada boquita
con los "morros" de aquel viejo que me aprisionaba por detrás.
Observe a Joaquín que nos miraba sentado en el sofá. Yo estaba en un salón de
una casa de Madrid magreándome con dos desconocidos mientras otro nos miraba
desde el sofá. La situación me puso super cachonda y empecé a dejarme llevar y
contornear mi cuerpo a causa de la excitación.
Yo ya había mordido la piruleta
debido a la excitación y había comido todo el caramelo. Tiré disimuladamente el
palito a un lado y comencé a sobarle el paquete al viejo que me metía mano por
mi espalda mientras el otro me comía las tetas. El olor a sudor y alcohol era
muy fuerte y empezaba a repugnarme.
El paquete del canoso iba creciendo
hasta que ya se podía notar la forma de toda la polla. Yo seguía sobando y el
borracho de coleta seguía mordiéndome los pezones y haciéndome daño en
ocasiones. Yo solamente podía contestar con algún leve gemido y
escalofrío.
Joaquín se levanto del sofá y me
agarró por detrás por la nuca provocándome dolor.
- ¡ven aquí puta! - y me lanzó al
suelo en la alfombra. El tío canoso me agarro la cabeza y la puso delante del
paquete del "coletas" y me dio una bofetada.
- ¿quien es la puta mas marrana? -
me decía.
- ¡plaaaaaffffff! - contesta puta -
y otro bofetón me cayo.
- ¡he sido una niña muy mala! - les
dije con tono inocente y excitado.
Yo mientras de rodillas le
desabrochaba el pantalón y le bajaba la bragueta hasta que los pantalones
cedieron y dejaron al aire un paquete dentro de un calzoncillo slip blanco.
Aquel borracho olía a sudor. A sudor de entrepierna. Luego se bajo el
calzoncillo y dejo al aire una polla semi erecta, inclinada hacia su izquierda
y con la piel echada. Me sentia cachonda y su olor era desagradable.
Debía haberse duchado hace muchos días.
La agarré con la mano y empecé a
masturbarla. La levanté hacia arriba sin dejar de pajearla y metí mi cara entre
aquellos dos huevos y empece a recorrerlos con la lengua. Las gotas de sudor de
sus cojones embadurnaban mi cara. No estaba depilado pero tenia poco
vello. Su tranca iba creciendo poco a poco y la puse frente a mi. Recorrí su
agujerito con la punta de la lengua recogiendo todo el liquido preseminal que
asomaba. Note como el tio sentía un pequeño escozor cada vez que arrastraba la
punta de la lengua por la punta de su rabo.
Empecé a acompañar el movimiento de
la cabeza con el de la mano durante unos buenos minutos. El "coletas"
empezó a sacudírsela. Abrí la boca y le ofrecí mi lengua. El se pajeó unos
segundos con la punta apoyada en mi boca y me disparó un buen chorro de semen
que note caer por mi garganta. Tuve que cerrar la boca y escupir para poder
respirar pero rápidamente volví a ofrecer la boca para recoger los restos. El
gusto salado inundaba mi boca. Yo seguía chupando aquella polla sintiendo la
viscosidad del semen en el paladar. Le mire a los ojos y el resoplaba con la
boca tratando reponerse de la excitación. Yo seguía pasando mi lengua repleta de
leche por aquel capullo.
- joder como la chupas de bien.
Menuda putita estas hecha.- dijo entre resoplidos el borracho
Yo notaba su rabo ponerse flojo
después de la corrida pero seguía metido en mi boca. Había ido desde Oviedo a
Madrid para recibir leche y ya había tenido mi primera ración.
Él me quitó la polla de la boca y
pude relamerme y tragarme el semen que me colgaba por la cara recogiéndolo con
la punta de mis dedos.
- ¿ahora me toca a mi? - preguntó el
canoso a Joaquín como si le tuviera que pedir permiso
El canoso me agarró del brazo con
violencia, me llevó en volandas hasta la habitación y allí echo el pestillo a
la puerta. En aquella habitación solamente estábamos un macho muy enfadado y
con malas pulgas y yo, una putita sumisa a la que le iban a romper el
culo. ¡Estaba siendo su puta y me iban a compartir un rato cada uno!
Ahora le tocaba al canoso. Estaba haciendo lo que una buena fulana haría en un
puticlub. Iban a "rularme"entre tres hombres usándome. El canoso era
alto, 190 cm por lo menos, y parecía tener bastante vello. Nada mas entrar en
la habitación me puso de rodillas delante del bulto de su entrepierna.
Cuando intenté con mis manos
desabrocharle el pantalón me llevé otro ostiazo en la cara con su mano.
- las manos a la espalda cerda -
dijo con desprecio
- soy tu putita, haz lo que quieras
conmigo -le contesté poniendo las manos hacia atrás y agarrándome los tobillos
Yo estaba relamiéndome mientras él
se desabrochaba el pantalón. Aunque me lo habia tragado todo, yo todavía tenia
el gusto a la leche que me había echado en la boca el borracho de coleta. Pero
yo ahora estaba ansiosa por ver que guardaba aquel tío viejo y canoso dentro
del paquete. Se bajo el pantalón y se quedo en slip. Yo le pase la lengua por
todo el rabo por fuera del pantalón. Yo seguía de rodillas con mis manos en los
tobillos y el restregando mi cara por su paquete. Me echó unos centímetros
hacia atrás para dejar libre su polla bajándose el slip.
Inmediatamente saltó como un resorte
un pollón de mas de 20 cm y bastante gruesa sobre todo en su base, con dos
huevazos peludos y negros. La polla era pálida acorde al color de piel y su
cuerpo estaba cubierto completamente de pelo. Desde su barba hasta los dedos de
los pies el vello continuaba. Tenia algunas zonas como el pecho y el vientre
donde sus abundantes pelos oscuros se mezclaban con gran cantidad de
canas. Su pollón se presentaba hacia arriba como una estaca. Su
capullo estaba cubierto de piel. La cogió con su mano y la levanto hacia arriba
pajeándola y me di cuenta que su polla llegaba mas arriba de su ombligo. La
puso frente a mi boca y acercándola, la soltó de su mano y la dejo en total
libertad. Yo seguía de rodillas y con las manos en los tobillos y abriendo
mucho mi boca conseguí enhebrarla y metérmela dentro. Noté cuando la introducía
que su pellejo se echaba para atrás dejando libre su capullo dentro de mi boca.
La saque inmediatamente y comencé a pajearla. Me di cuenta de que mientras la
masturbaba que al echar bien el pellejo para atrás el viejo tenia algún resto
de requexon, así que lo recogí gustosamente con la punta de la boca y me lo
tragué. Tenia un gusto ácido, como el gusto que tiene el suero liquido de los
yogures naturales. Le miré de nuevo a los ojos y comencé a mamar otra vez. Era
curioso ver como mi mano estaba muy lejos de mi boca. Era un buen falo. Largo,
gordo y venoso. Tenia un buen sabor. No podía meterme mas de la mitad dentro de
la boca. Al cabo de un momento me la sacó de la boca y me dijo:
- ponte a 4 patas que te voy a
reventar el ano - ¡plaaaaf! - otra ostia me cayo y cada vez eran mas
fuertes.
Me subí a la cama y me puse con el
culo en pompa ofreciendo mi culazo a ese macho. Esa polla me iba a taladrar por
dentro. Iba a destrozarme las tripas. Pero seguramente iba a recibir tanto
placer que me compensaba vencer el miedo.
- vaya culito mas cerradito que
tienes puta de mierda - y me soltó una serie de azotes que me dejaron la nalga
derecha roja como un tomate.
Debido a mi pálido color de piel, la
nalga colorada resaltaba mucho con el resto de mi espalda y cuerpo. El viejo
canoso se agacho y empezó a pasarme la lengua por mi ano. Poco a poco
introducía la lengüita por mi recto y cada vez la notaba mas profunda. Metió un
dedito, y entró con facilidad. El segundo dedo fue un poco mas costoso. Aquel
viejo comenzó a follarme el culo con dos dedos y con brutalidad. Con la otra
mano se pajeaba cada vez mas rápido. Miré hacia atrás y le vi con cara de
salido y pajeándose. Aquella polla era demasiado grande para mi. Me iba a
reventar. Miré hacia delante y suspire. El viejo cerdo saco los dedos y se bajo
de la cama poniéndose de pie en el parquet. Me agarró por la cintura y me giro
dejándome el culito al borde de la cama. El hacia ruido mientras se pajeaba.
Escuché como hacia con su boca una gárgara y y me echaba un japazo en el ano
abriéndome mis nalgas con las dos manos. Me metió un dedo repartiendo el
escupitajo y se pajeó hasta que la dejó dura como una piedra. Noté como algo
carnoso y caliente buscaba mi agujerito. Cuando lo encontró, empujó. Mi ano
cedió y dejo pasar aquel capullo gigante y comencé a chillar como una cerda.
- chilla puta de mierda, que sólo es
el capullo - te voy a partir en dos zorra hija de puta - y empezó a darme
azotes en las dos nalgas mientras comenzaba a empujar su capullo hacia en
interior.
La polla avanzo un par de
centímetros mas dentro de mi y empecé a gritar. Eche una mano hacia atrás para
separarle de mi pero me la apartó y me dio una ostia fuerte en el culo.
- ahhhhhhhhhh! - comencé a berrear.
Mis lágrimas empezaban a brotar en
mis ojos y mi rimmel empezó a correrse. Él, al darse cuenta, echó su cadera
hacia atrás para retroceder un poco pero sin sacarla. Sentí un pequeño alivio
cuando retrocedió.
Un segundo después con un violento
golpe de cadera hacia delante me taladró del todo y mi cuerpo sintió un
escalofrío que provoco que empezara a temblar.
- ¡toda dentro zorra! Te la voy a
sacar por la boca! - me decía.
A continuación empezó un ligero vaivén
para comenzar rápidamente a bombear como un loco. Giré la cara para observarle
y pedirle compasión. Cuando le miré a los ojos recibí otro escupitajo en la
cara.
- ¡eres la tía mas marrana del
mundo! - ¡Hoy no sales de aquí caminando! - gritaba mientras me follaba el
culo.
Me agarró la cintura muy fuerte y
empezó a embestir como una bestia. Notaba las idas y venidas de su
polla a causa del mucho pelo que tenia en la barriga tocando mis nalgas.
Empecé a sentir placer mezclado con
el dolor y el sufrimiento. Cada vez el placer era mas notable. El roce de su
capullo en cada embestida con mi esfínter aumentaba el placer hasta el punto en
el que empecé a temblar de forma mas aguda y empecé a mearme.
- ¡vaya nenita! - si se corre y todo
la marrana de mierda - y acompañó estas palabras con nuevos azotes que me
abrasaban la nalga derecha.
El escozor era tremendo y yo estaba
rendida. Mis piernas temblaron y cedieron y acabé tumbada en la cama con aquel
macho grande, alto, gordo, peludo y bien dotado encima de mi y con la polla
dentro. El siguió bombeando y metiéndome la lengua en la oreja.
- ¡ahora te vas a enterar zorra! -
vas a tragártelo todo - me susurro muy despacito al oído.
Entonces comenzó un bombeo que
comenzó a destrozarme y partirme el culo de nuevo. Sentía aquella verga
descomunal dentro de mi y el dolor era insoportable. Por un momento me rendí y
el cansancio hizo que me dejara hacer como una buena puta. Él empujaba con fuerza
y yo notaba la humedad de las sabanas que acababa de mear en mi barriga y
pecho.
El siguió embistiendo y bufándome al
oído mientras yo simplemente yacía en la cama atravesada por aquella polla
descomunal. Al rato ya casi no sentía nada. No había dolor. No había placer.
Definitivamente me había roto el culo. Su mete-saca cada vez era mas intenso
hasta que la saco, me la arrimo a la boca y empezó a correrse por mi boca y
cara. Yo no podía ni moverme y los latigazos de leche me habían inundado la
cara y la boca. Parte se me escapaba por la comisura de mi labio, puesto que
seguía boca abajo y con la cabeza acostada hacia un lado con la boca abierta y
repleta de leche que corría como una fuente.
El viejo estrujó bien su pollón para
sacar todo el semen y lo que pudo conseguir lo depositó en mi lengua. Se echó
un poco hacia atrás y reclinando su cabeza me volvió a escupir en la cara.
Escuché como se bajaba de la cama y cogía su ropa. Oí como desajustaba el
pestillo y salia con su ropa de la habitación dejando abierta la puerta.
La imagen era muy excitante. Yo
estaba allí con el culo palpitando, abierto de par en par y roto. Tenia medio
vestido arremangado, las medias y tacones puestos, boca abajo, con una nalga
casi en carne viva, con el rímmel completamente corrido y la cara y boca
repletos de un espeso semen caliente que cada vez estaba mas frió y liquido.
Estaba rendida. No tenia fuerzas para reponerme.
Desde la habitación pude oír como la
puerta de la calle se abrió y Joaquín se despedía del viejo canoso. Era un
alivio, no tenia muchas ganas de volver a ver aquella polla monstruosa cerca de
mi. La puerta de la calle se cerro, y giraron unas llaves en la cerradura.
Entonces escuché unos pasos entrando
en la habitación y Joaquín se dirigió hacia mi:
- Hola putita - ¿te habías olvidado
de mi?
CONTINUARÁ
Si te ha gustado el relato házmelo
saber y así continuar con una continuación. Deja tu opinión
Me ha gustado mucho... mmnnn
ResponderEliminarRealmente eres de oviedo?