lunes, 11 de noviembre de 2013

Jimena CD Parte 3



AUTORA: JIMENA CD




Hola a tod@s. Continuo con la saga Jimena CD con esta tercera parte. Los que no hayáis leído las dos partes anteriores os recomiendo que lo hagáis ya que os servirá como punto de partida para conocerme y saber cómo soy. Tengo 32 años, mido 167 cm y peso 75 k. Tengo ojos azules, el pelo rubio (aunque voy rapado casi al cero) y estoy muy guapa cuando me visto de putita...

CONTINUACION

Pasaron las semanas desde el último encuentro con Roberto en el sex shop y seguía obsesionado con lo que allí había pasado. Pensándolo fríamente, había cometido una barbaridad, pero sin embargo pensándolo en caliente, me ponía mas cachonda que una mona. Quería repetir aquello. Quería tener un rabo en mi boca otra vez y sentir ese cacho caliente de  carne creciendo dentro de mi garganta. 

Una tarde de sábado estaba en casa viendo la tele cuando volvió a brotar de mi interior esa necesidad de polla. Apague el televisor y empecé a masturbarme viendo una película porno en el ordenador. La peli porno era solo una escena de una rubia cachonda que la ponía fina entre tres tíos. Mientras me masturbaba me imaginaba ser ella, y volver a recibir polla como recibía aquella actriz. Me imaginaba el aspecto que tenía el viejo del sex-shop y mi mente sucia comenzaba a funcionar. Aquella polla, con aquel pellejo que deslizaba con facilidad, aquel olor tan fuerte... Me estaba poniendo malísima pensando en aquel viejo asqueroso. Embestía como una burra y eso le dio gusto a mi culito. La cara de viejo verde que ponía mientras me humillaba, mientras me taladraban mi culo, mientras se corría en mi boca... Definitivamente tenía que buscar polla. 

Encendí el ordenador y entre en el chat de chueca y empecé a chatear. Se abrían muchos privados y poco a poco fui seleccionando para encontrar lo que buscaba. Había demasiada gente joven y yo buscaba más bien algo entrado en años. Estuve hablando mucho tiempo con un chico que se llamaba Joaquín, vivía en Madrid y estaba buscando a alguna nenita. Tenía 45 años, media 170 y pesaba 83 kilos. No sabía mucho más de aquel tío. Me mando también a mi email una foto de su rabo. Así me iba haciendo una idea de lo que me esperaba. Me encanta que los tíos me manden fotos al email se sus rabos. No me interesa su cuerpo, no me interesa su cara, solamente me interesa meterme un rabo en la boca. Cuando me mandan una foto de un rabo me pongo supercachonda y superperra y hace que me entren más ganas aun de metérmelo a la boca.

El hombre que acababa de conocer en el chat, Joaquín,  propuso quedarme un día completo en su casa, vestida de puta, humillada y violada. Estaba demasiado salida como para decirle que no. Obviamente, accedí de inmediato. Pero había un problema, el es de Madrid y yo de Oviedo. El vivía solo, así que después de mandarme un par de fotos de su rabo tieso, me propuso darme leche un día entero en su casa de Madrid vestida de puta. Yo le dije que si, y de inmediato fui a la estación a sacarme un billete de autobús desde Oviedo a Madrid. 

Joaquín dijo que iba a esperarme en la estación de autobuses de Madrid, delante del estanco, y desde allí íbamos caminando a su casa que está a dos calles de la estación. Iba a ir vestido con una chaqueta verde y unos playeros blancos. También me dijo que iba a llevar gafas de sol.

Durante el viaje fui escuchando música y pensando en Joaquín y la nueva locura que iba a cometer. El viaje se me paso volando y antes de darme cuenta ya empezábamos a pasar por los alrededores de Madrid.


El autobús llegaba puntual a la terminal, estacionaba en su plataforma, la gente ordenadamente iba bajando y recogiendo su equipaje. Yo solo había llevado una mochila con mi ropita y mi móvil con los auriculares con los que escuché música durante el viaje. 

Avancé por la estación hasta que me adentre en el hall donde hay unas pantallas donde ponen los horarios de los autobuses que llegan y salen de la estación. Atravesé una zona de bares y cafeterías y llegue a una zona más comercial y menos concurrida de gente donde encontré el estanco. Había un hombre leyendo un diario gratuito enfrente del estanco. La descripción de la ropa coincidía. Parecía más alto de lo que me dijo (170 cm) y más gordo también de lo que me dijo. Unos 90 kg  y desde luego tenia más de 45 años como me dijo. Por lo menos 50 y siendo generoso. Tenía poco pelo, rizado y una nariz gruesa. Tenía aspecto poco cuidado y la verdad que la ropa que llevaba pasaba totalmente desapercibida. Escondía sus ojos con unas gafas de sol tipo aviador con los cristales ligeramente ahumados. Llevaba bigote (eso no me lo había dicho) y masticaba un chicle discretamente. Colgaba de su hombro un maletín en el que seguramente había un ordenador portátil.

- hola! , ¿Joaquín? - le pregunté cuando me puse delante de él.

Aquel hombre aparto la mirada del periódico y me miro tras las gafas.

- Hola! ¿Borja verdad? - Me contesto con una seria sonrisa.

- Si, encantado de conocerte - le dije yo estrechándole la mano. Él la aceptó y la estrechó fuertemente. 

- ¿Te parece que nos tomemos un café? - me ofreció el.

- claro, tenemos muchas cosas de que hablar ¿no? - conteste yo sonriendo le tímidamente.

Estaba muy asustada, pero el hecho de estar en Madrid y no encontrarme con nadie conocido hacía sentirme más segura. Subimos al piso superior de la estación sin dirigirnos la palabra hasta que Joaquín se desvió y entramos en una cafetería con poca gente. Nos sentamos en una mesa y pedí un café con leche. El pidió un cubata de ron y cola y pago a la camarera en el acto. Me miro y se quito las gafas. Sus ojos eran pequeños. Sus pómulos eran rechonchos y una barba morena con alguna zona canosa de 5 días asomaba en su cara. No era un tío feo la verdad, pero estaba más gordo de lo que me había dicho.

Estuvimos hablando un buen rato. Me contó que estaba en el paro, se acababa de divorciar, y vivía en un piso alquilado cercano a la estación. Su voz era muy ronca. Parecía muy serio incluso cuando sonreía. Me contó que había estado con tres nenitas más y que con dos fue muy bien y otra lo pasó mal porque lloraba y tuvieron que dejarlo. 

Yo le conté que hacía y un poco mi vida en general y le conté que apenas un mes y medio antes había estado con mi primer tío y también le conté la historia del sex-shop. Se intereso en lo sucedido en el sex-shop y respondió con un sencillo - ¡vaya! - cuando le relataba lo sucedido.

Entonces él me propuso preparar una "fiestecita" en su casa con más gente. Yo me negué rotundamente. Trato de convencerme pero volví a decir que no. 

- Venga tonta, no has venido a Madrid sólo a por un rabo - dijo Joaquín muy serio.

- no es eso - conteste yo - me da mucha vergüenza y miedo quedar con desconocidos - continué diciéndole.

- ¡pero no seas boba! buscamos ahora a alguno en el chat y seguro que te lo pasas bien. Además me dijiste que te gustaba la leche ¡y leche te vamos a dar! - dijo con una mirada sucia en sus ojos.

- ¡no quiero! La última vez en el sex-shop ¡aquello parecía una violación!

Joaquín me puso su mano encima de mi muslo y empezó a acariciarlo, y claro Jimena apareció...

- Joder... Voy a arrepentirme de esto - dije con voz resignada... Pero finalmente accedí a tener un encuentro con varios machos a la vez. Por si quedaba alguna duda me relamí mirándole a la cara. Por vergüenza, de reojo mire al camarero de la cafetería, que estaba ocupado, así que seguí relamiendome discretamente mientras Joaquín me excitaba acariciandome ahora por la parte interior de mi muslo... Y yo le dije al oído:

- soy tu zorra. Quiero que me dejes el culo roto... - le susurré

Él aparto la mano de mi muslo y se giro para coger el maletín que tenia colgado en la silla, lo puso en su regazo y abrió su cremallera.

Saco el portátil de la funda y se conectó al WiFi de la cafetería. Entro en el chat de chueca y escogió el salón de chat "madrid". Puso un saludo en la zona principal y a continuación allí escribió "busco machos para nenita con sitio en madrid".

A continuación una lluvia de privados se apareció en las pestañas superiores del chat y fuimos filtrando lo que buscábamos. La verdad es que no soy nada escogida. Solamente quiero pollas, y si el aspecto no es el mas saludable, casi que me da mas morbo. Le dije a Joaquín que me iban maduros, aunque nunca diré que no a una buena polla... Aunque sea un yogurin.

Comenzamos a filtrar candidatos hasta quedarnos con 3. Todos subían de los 40 años y solamente uno parecía estar físicamente muy bien. Al final acepte por cansancio, ya que como dije, me ponen mas los tíos gordos, viejos y feos que los cachas. Joaquín intercambio con ellos sus números de móvil y acabaron la conversación y se dieron las señas y direccion a través de watsapp.

Yo ya había acabado el café hacia un buen rato cuando Joaquín recogió el ordenador a su bolsa, apuro el cubata, y me indico con un gesto con la cabeza que nos podíamos ir. Cogí mi mochila y salí a su lado de la estación camino de su casa.

El camino hacia su piso fue mas corto de lo esperado y nos adentramos en el portal. Subimos al primer piso y entramos en la puerta de la izquierda. Me llevo hasta su habitación y me dejo allí para prepararme. Le pregunte si le importaba que fumara en su habitación y cuando me dijo que no había problema le pedí un cenicero. Me acerco uno hasta la habitacion y me dijo que iba a esperar sentado en el salón viendo una porno en la tele

La habitación era grande, con un armario empotrado, una cómoda con un espejo, una cama de 90 y una puerta al fondo de la habitación. Al abrirla, comprobé que era un baño pequeño con un plato de ducha.

Puse mi mochila encima de la cama y saque mi ropita. Estrenaba conjunto. Lo había comprado en un sex-shop online contra reembolso. El pedido que hice fue un vestido de rayas horizontales rosas, estilo palabra de honor y una talla menos que la mía para ir bien apretada y sexy. También un tanga negro y un bote de lubricante.

Empezaba a volver a estar nerviosa y encendí un porrito que traía ya liado. Esta vez quería colocarme bien, y por eso el porro que me habia hecho llevaba solamente marihuana. Estaba depilada enterita, brazos incluidos, y el culito limpio, depilado con crema y rasurado al cero. Mi cuerpo estaba terso y suave. Aun así me aplique un poquito de crema femenina perfumada. Saque el bote de vaselina en pomada y me puse una buena cantidad en el culito. Introducí con dificultad un dedito y repartí bien la vaselina. Me puse las medias blancas y el tanga con facilidad, pero me costo mas embutirme en un vestido una talla menor. Finalmente lo conseguí y el vestido me quedaba muy ceñido. Estaba que lo reventaba. Se notaba mi cuerpito entrado en carnes (75 kg) apretado en aquel vestido. El tanguita negro me apretaba el culito y las medias empezaban a proporcionarme una sensación muy placentera. Fui al espejo de la habitación que estaba sobre una cómoda al lado de la puerta y empecé a maquillarme como siempre. Tenia una fumada como un piano. Estaba totalmente desinhibido.

Escuche el timbre del telefonillo del portal y mas tarde pude también escuchar como Joaquín abría la puerta. Ya habían empezado a llegar mis "machos". Unos segundos mas tarde escuche el sonido de lo que parecían ser unos hielos en un vaso de cristal. Debían de estar poniéndose una copa.

La base del maquillaje era muy pálida, con sombra, contorno y pestañas postizas de color negro. Los labios esta vez rosa color chicle y muy intenso.

Me coloque la peluca rubia cortita, y me subí en mis zapatos de tacón. Me puse mucho perfume femenino pero muy juvenil. Saque de mi mochila una piruleta y la empece a lamer. Mi aspecto no podía ser mas infantil. Ya empezaba a estar cachonda y con ganas de leche. Acabe el porro  con dos caladas muy profundas que mantuve en los pulmones. Al echar el humo,mi cuerpo se relajó por completo. Respiré bien hondo y salí de aquella habitación camino del salón.

Mis tacones hacían ruido al avanzar por el pasillo. Se percibían risas en el salón y al entrar en él las risas se confirmaron. Pero cuando entré en aquella sala las risas acabaron y solamente se escuchaban mis tacones y el silencio. Sus ojos se centraban en mi, y eso me puso muy cachonda. Entré en aquel salón de forma sugerente y lamiendo la piruleta y con mirada infantil e inocente.

- joder que buena estas hija de puta - me dijo Joaquín.

- ¡vas a hartarte de polla! - me dijo otro señor desconocido.

Joaquín estaba sentado en un sofa junto con un señor. Los dos habian estado mirando el porno que se reproducía en la pantalla del televisor. El señor era de unos 50 años (mas o menos como Joaquín). Era gordo, moreno canoso, con barba de 5 dias y parecía muy alto aunque estuviera sentado. Tenia ojos de viejo verde.

Alguien había apartado la mesa del salón en una esquina dejando despejada la alfombra que estaba delante de los sofás. Me puse delante de ellos a exhibirme y chupar la piruleta. Me di la vuelta y les presente mi culito, aprisionado por aquel vestido de rayas rosas que sugería un pompis pasado de kilos pero muy femenino. Yo les di la espalda y giré mi cabeza para poder mirarles. Con una mano seguía metiendo la piruleta en mi boca y con la otra me intentaba abrir una nalga sin éxito debido a lo apretado que me quedaba el vestido. Solté mi nalga y me pegue dos azotes en el culo mientras con otra mano seguía metiendo y sacando la piruleta de mi boca. Me di la vuelta y frente a ellos empecé a sobarme las tetitas por fuera del vestido. Aquel salón emanaba mucho calor y yo estaba en medio del volcán totalmente a merced de dos machos.

De repente, sonó el timbre del telefonillo del portal y Roberto se levanto del sofá y salió del salón.

A los pocos segundos oí como la puerta de la calle se abría y tras unos saludos se volvía a cerrar. Roberto entro en el salón acompañado de un tercer tío. Este tio era mas joven. Rondaria los 40 años de edad, y un poco mas alto que yo (mido 167 cm). Era muy feo, muy delgado, con una nariz larga y con el pelo largo recogido en coleta. Llevaba bastantes pulseras de cuero y en el cuello de la camiseta también llevaba algún tipo de collar de artesanía Tenía un aspecto muy sucio. Ese señor no había tomado una ducha durante días seguramente. Vestía un pantalón vaquero, una camiseta muy usada y  unos playeros bastante envejecidos. Su cara y color de piel era muy pálido. 

Al entrar Roberto con aquel tío y pasar delante de mi, yo detuve al "coletas" y comencé a besarle. Olía mucho a sudor rancio, y su boca sabia a tabaco. Roberto se sentó y comenzó a observar como me comía la boca con aquel tío. Yo mientras nos besábamos, miraba fijamente a los que estaban en el sofá. El "coletas" tenia un aliento a alcohol y tabaco muy fuerte. Sus ojos denotaban una clara embriaguez.  Estaba borracho perdido. Seguramente se había hartado de vino barato en cualquier parque del centro de Madrid. Los otros seguían sentados con la copa casi acabada. Tenia a 3 pollas borrachas solo para mi...

- ¡menuda guarra estas hecha! - dijo el tipo canoso.

- ¡voy a taladrarte el culo hasta que dejes de chillar! - dijo el Joaquín.

- ¡pegale! ¡pegale! - animo Joaquín al "coletas" - dale una ostia que le gusta - dijo.

El tio de coleta saco la lengua de mi boca, armó hacia atrás su mano y me soltó una bofetada en la cara que me hizo girar la cabeza. Al volver la cara, recibí otro bofetón que me dejó colorada mi cara maquillada pálidamente.

- ¡que zorra eres! Hoy vas a llevar palos como te portes mal - me dijo con tono agresivo.

El "coletas" puso sus manos en mi culo y empezó a sobarme. El canoso se puso de pie y se coloco detrás de mi y empezó a tocarme las tetitas. Me bajó el escote del vestido y dejo mis pezones al aire. El tio de coleta dejó de besar mi boca para chupármelos y mordérmelos. Yo gire la cara hacia atrás e hice coincidir mi delicada boquita con los "morros" de aquel viejo que me aprisionaba por detrás. Observe a Joaquín que nos miraba sentado en el sofá. Yo estaba en un salón de una casa de Madrid magreándome con dos desconocidos mientras otro nos miraba desde el sofá. La situación me puso super cachonda y empecé a dejarme llevar y contornear mi cuerpo a causa de la excitación. 

Yo ya había mordido la piruleta debido a la excitación y había comido todo el caramelo. Tiré disimuladamente el palito a un lado y comencé a sobarle el paquete al viejo que me metía mano por mi espalda mientras el otro me comía las tetas. El olor a sudor y alcohol era muy fuerte y empezaba a repugnarme.

El paquete del canoso iba creciendo hasta que ya se podía notar la forma de toda la polla. Yo seguía sobando y el borracho de coleta seguía mordiéndome los pezones y haciéndome daño en ocasiones. Yo solamente podía contestar con algún leve gemido y escalofrío. 

Joaquín se levanto del sofá y me agarró por detrás por la nuca provocándome dolor. 

- ¡ven aquí puta! - y me lanzó al suelo en la alfombra. El tío canoso me agarro la cabeza y la puso delante del paquete del "coletas" y me dio una bofetada. 

- ¿quien es la puta mas marrana? - me decía.

- ¡plaaaaaffffff! - contesta puta - y otro bofetón me cayo.

- ¡he sido una niña muy mala! - les dije con tono inocente y excitado.

Yo mientras de rodillas le desabrochaba el pantalón y le bajaba la bragueta hasta que los pantalones cedieron y dejaron al aire un paquete dentro de un calzoncillo slip blanco. Aquel borracho olía a sudor. A sudor de entrepierna. Luego se bajo el calzoncillo y dejo al aire una polla semi erecta, inclinada hacia su izquierda y con la piel echada. Me sentia cachonda y  su olor era desagradable. Debía haberse duchado hace muchos días.

La agarré con la mano y empecé a masturbarla. La levanté hacia arriba sin dejar de pajearla y metí mi cara entre aquellos dos huevos y empece a recorrerlos con la lengua. Las gotas de sudor de sus cojones  embadurnaban mi cara. No estaba depilado pero tenia poco vello. Su tranca iba creciendo poco a poco y la puse frente a mi. Recorrí su agujerito con la punta de la lengua recogiendo todo el liquido preseminal que asomaba. Note como el tio sentía un pequeño escozor cada vez que arrastraba la punta de la lengua por la punta de su rabo.

Empecé a acompañar el movimiento de la cabeza con el de la mano durante unos buenos minutos. El "coletas" empezó a sacudírsela. Abrí la boca y le ofrecí mi lengua. El se pajeó unos segundos con la punta apoyada en mi boca y me disparó un buen chorro de semen que note caer por mi garganta. Tuve que cerrar la boca y escupir para poder respirar pero rápidamente volví a ofrecer la boca para recoger los restos. El gusto salado inundaba mi boca. Yo seguía chupando aquella polla sintiendo la viscosidad del semen en el paladar. Le mire a los ojos y el resoplaba con la boca tratando reponerse de la excitación. Yo seguía pasando mi lengua repleta de leche por aquel capullo.

- joder como la chupas de bien. Menuda putita estas hecha.- dijo entre resoplidos el borracho

Yo notaba su rabo ponerse flojo después de la corrida pero seguía metido en mi boca. Había ido desde Oviedo a Madrid para recibir leche y ya había tenido mi primera ración. 

Él me quitó la polla de la boca y pude relamerme y tragarme el semen que me colgaba por la cara recogiéndolo con la punta de mis dedos. 

- ¿ahora me toca a mi? - preguntó el canoso a Joaquín como si le tuviera que pedir permiso

El canoso me agarró del brazo con violencia, me llevó en volandas hasta la habitación y allí echo el pestillo a la puerta. En aquella habitación solamente estábamos un macho muy enfadado y con malas pulgas y yo, una putita sumisa a la que le iban a romper el culo.  ¡Estaba siendo su puta y me iban a compartir un rato cada uno! Ahora le tocaba al canoso. Estaba haciendo lo que una buena fulana haría en un puticlub. Iban a "rularme"entre tres hombres usándome. El canoso era alto, 190 cm por lo menos, y parecía tener bastante vello. Nada mas entrar en la habitación me puso de rodillas delante del bulto de su entrepierna. 

Cuando intenté con mis manos desabrocharle el pantalón me llevé otro ostiazo en la cara con su mano.

- las manos a la espalda cerda - dijo con desprecio

- soy tu putita, haz lo que quieras conmigo -le contesté poniendo las manos hacia atrás y agarrándome los tobillos

Yo estaba relamiéndome mientras él se desabrochaba el pantalón. Aunque me lo habia tragado todo, yo todavía tenia el gusto a la leche que me había echado en la boca el borracho de coleta. Pero yo ahora estaba ansiosa por ver que guardaba aquel tío viejo y canoso dentro del paquete. Se bajo el pantalón y se quedo en slip. Yo le pase la lengua por todo el rabo por fuera del pantalón. Yo seguía de rodillas con mis manos en los tobillos y el restregando mi cara por su paquete. Me echó unos centímetros hacia atrás para dejar libre su polla bajándose el slip. 

Inmediatamente saltó como un resorte un pollón de mas de 20 cm y bastante gruesa sobre todo en su base, con dos huevazos peludos y negros. La polla era pálida acorde al color de piel y su cuerpo estaba cubierto completamente de pelo. Desde su barba hasta los dedos de los pies el vello continuaba. Tenia algunas zonas como el pecho y el vientre donde sus abundantes  pelos oscuros se mezclaban con gran cantidad de canas. Su pollón se presentaba  hacia arriba como una estaca. Su capullo estaba cubierto de piel. La cogió con su mano y la levanto hacia arriba pajeándola y me di cuenta que su polla llegaba mas arriba de su ombligo. La puso frente a mi boca y acercándola, la soltó de su mano y la dejo en total libertad. Yo seguía de rodillas y con las manos en los tobillos y abriendo mucho mi boca conseguí enhebrarla y metérmela dentro. Noté cuando la introducía que su pellejo se echaba para atrás dejando libre su capullo dentro de mi boca. La saque inmediatamente y comencé a pajearla. Me di cuenta de que mientras la masturbaba que al echar bien el pellejo para atrás el viejo tenia algún resto de requexon, así que lo recogí gustosamente con la punta de la boca y me lo tragué. Tenia un gusto ácido, como el gusto que tiene el suero liquido de los yogures naturales. Le miré de nuevo a los ojos y comencé a mamar otra vez. Era curioso ver como mi mano estaba muy lejos de mi boca. Era un buen falo. Largo, gordo y venoso. Tenia un buen sabor. No podía meterme mas de la mitad dentro de la boca. Al cabo de un momento me la sacó de la boca y me dijo:

- ponte a 4 patas que te voy a reventar el ano - ¡plaaaaf! - otra ostia me cayo y cada vez eran mas fuertes. 

Me subí a la cama y me puse con el culo en pompa ofreciendo mi culazo a ese macho. Esa polla me iba a taladrar por dentro. Iba a destrozarme las tripas. Pero seguramente iba a recibir tanto placer que me compensaba vencer el miedo. 

- vaya culito mas cerradito que tienes puta de mierda - y me soltó una serie de azotes que me dejaron la nalga derecha roja como un tomate. 

Debido a mi pálido color de piel, la nalga colorada resaltaba mucho con el resto de mi espalda y cuerpo. El viejo canoso se agacho y empezó a pasarme la lengua por mi ano. Poco a poco introducía la lengüita por mi recto y cada vez la notaba mas profunda. Metió un dedito, y entró con facilidad. El segundo dedo fue un poco mas costoso. Aquel viejo comenzó a follarme el culo con dos dedos y con brutalidad. Con la otra mano se pajeaba cada vez mas rápido. Miré hacia atrás y le vi con cara de salido y pajeándose. Aquella polla era demasiado grande para mi. Me iba a reventar. Miré hacia delante y suspire. El viejo cerdo saco los dedos y se bajo de la cama poniéndose de pie en el parquet. Me agarró por la cintura y me giro dejándome el culito al borde de la cama. El hacia ruido mientras se pajeaba. Escuché como hacia con su boca una gárgara y y me echaba un japazo en el ano abriéndome mis nalgas con las dos manos. Me metió un dedo repartiendo el escupitajo y se pajeó hasta que la dejó dura como una piedra. Noté como algo carnoso y caliente buscaba mi agujerito. Cuando lo encontró, empujó. Mi ano cedió y dejo pasar aquel capullo gigante y comencé a chillar como una cerda.

- chilla puta de mierda, que sólo es el capullo - te voy a partir en dos zorra hija de puta - y empezó a darme azotes en las dos nalgas mientras comenzaba a empujar su capullo hacia en interior. 

La polla avanzo un par de centímetros mas dentro de mi y empecé a gritar. Eche una mano hacia atrás para separarle de mi pero me la apartó y me dio una ostia fuerte en el culo.

- ahhhhhhhhhh! - comencé a berrear.

Mis lágrimas empezaban a brotar en mis ojos y mi rimmel empezó a correrse. Él, al darse cuenta, echó su cadera hacia atrás para retroceder un poco pero sin sacarla. Sentí un pequeño alivio cuando retrocedió. 

Un segundo después con un violento golpe de cadera hacia delante me taladró del todo y mi cuerpo sintió un escalofrío que provoco que empezara a temblar. 

- ¡toda dentro zorra! Te la voy a sacar por la boca! - me decía.

A continuación empezó un ligero vaivén para comenzar rápidamente a bombear como un loco. Giré la cara para observarle y pedirle compasión. Cuando le miré a los ojos recibí otro escupitajo en la cara.

- ¡eres la tía mas marrana del mundo! - ¡Hoy no sales de aquí caminando! - gritaba mientras me follaba el culo.

Me agarró la cintura muy fuerte y empezó a embestir como una bestia. Notaba las idas y venidas  de su polla a causa del mucho pelo que tenia en la barriga tocando mis nalgas. 

Empecé a sentir placer mezclado con el dolor y el sufrimiento. Cada vez el placer era mas notable. El roce de su capullo en cada embestida con mi esfínter aumentaba el placer hasta el punto en el que empecé a temblar de forma mas aguda y empecé a mearme.

- ¡vaya nenita! - si se corre y todo la marrana de mierda - y acompañó estas palabras con nuevos azotes que me abrasaban la nalga derecha.

El escozor era tremendo y yo estaba rendida. Mis piernas temblaron y cedieron y acabé tumbada en la cama con aquel macho grande, alto, gordo, peludo y bien dotado encima de mi y con la polla dentro. El siguió bombeando y metiéndome la lengua en la oreja. 

- ¡ahora te vas a enterar zorra! - vas a tragártelo todo - me susurro muy despacito al oído.

Entonces comenzó un bombeo que comenzó a destrozarme y partirme el culo de nuevo. Sentía aquella verga descomunal dentro de mi y el dolor era insoportable. Por un momento me rendí y el cansancio hizo que me dejara hacer como una buena puta. Él empujaba con fuerza y yo notaba la humedad de las sabanas que acababa de mear en mi barriga y pecho.

El siguió embistiendo y bufándome al oído mientras yo simplemente yacía en la cama atravesada por aquella polla descomunal. Al rato ya casi no sentía nada. No había dolor. No había placer. Definitivamente me había roto el culo. Su mete-saca cada vez era mas intenso hasta que la saco, me la arrimo a la boca y empezó a correrse por mi boca y cara. Yo no podía ni moverme y los latigazos de leche me habían inundado la cara y la boca. Parte se me escapaba por la comisura de mi labio, puesto que seguía boca abajo y con la cabeza acostada hacia un lado con la boca abierta y repleta de leche que corría como una fuente. 

El viejo estrujó bien su pollón para sacar todo el semen y lo que pudo conseguir lo depositó en mi lengua. Se echó un poco hacia atrás y reclinando su cabeza me volvió a escupir en la cara. Escuché como se bajaba de la cama y cogía su ropa. Oí como desajustaba el pestillo y salia con su ropa de la habitación dejando abierta la puerta.

La imagen era muy excitante. Yo estaba allí con el culo palpitando, abierto de par en par y roto. Tenia medio vestido arremangado, las medias y tacones puestos, boca abajo, con una nalga casi en carne viva, con el rímmel completamente corrido y la cara y boca repletos de un espeso semen caliente que cada vez estaba mas frió y liquido. Estaba rendida. No tenia fuerzas para reponerme.

Desde la habitación pude oír como la puerta de la calle se abrió y Joaquín se despedía del viejo canoso. Era un alivio, no tenia muchas ganas de volver a ver aquella polla monstruosa cerca de mi. La puerta de la calle se cerro, y giraron unas llaves en la cerradura.

Entonces escuché unos pasos entrando en la habitación y Joaquín se dirigió hacia mi:

- Hola putita - ¿te habías olvidado de mi?

CONTINUARÁ

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