AUTORA: MarcoSissy |
Cansado de ser una travesti Chilena de entre cuatro paredes,
decidí acudir a la dirección que me dio una monitora del área artística de la
biblioteca comunal. Esta preparadora, al darse cuenta de mis rasgos físicos y
modales femeninos, junto con mi curiosidad por información acerca del
travestismo, me sugirió de que asistiera a su taller de artes plásticas y
audicionara para la vacante de modelo transgénico, en las sesiones retratistas
de la figura humana con performances para adultos.
Nervioso pero animado, acudí a dicha entrevista.
-"¡Marquito, hasta que te decidiste a venir a
mostrarnos a la mujer de pasarela que llevas escondida...!" Así de
espontáneo fue el recibimiento que me dio la atractiva morenaza cuarentona, la
cual al empinarse para abrazarme, se le subió el corto guardapolvo y dejó ver
sus bronceadas caderas, apenas cubiertas por una ínfima tanga de encaje.
-"Bueno mi morena jovencita, después me sigues mirando
los muslos; ahora ándate desvistiendo para que mi colega de la plástica y yo te
evaluemos si estas capacitada para el modelaje"
Ante la atenta mirada de la señorita Priscila, quien
continuaba con su delantal recogido a la cintura y cruzada de brazos bajo su prominente busto, procedí entre
tiritones a desabotonarme la camisa, a bajar el cierre del jeans y a desanudar
los cordones de los zapatos.
-"¡Mira que bonitas formas de areola y pezones decoran
éstos sutiles pechos de niña, escondidos detrás de este sostén copa B...Al
igual que estas firmes y redondeadas nalgas tostadas y encajadas en esta
pantaleta, que oculta un tierno pene...!"- ,Aunque al comienzo sentí
vergüenza de que me viesen con lencería y luego sin ella, acabé por darles las
gracias con una reverencia y una sonrisa a las damas presentes; por sus
cumplidos y por acogerme como a una de ellas.
-"¡Marquina...Marquita, te vas a calzar estas puntillas
de tacón alto y vas a emularme, tal cual lo haga yo; desfilando arriba del
mesón, taconeando sensualmente, saludando con una mano y gesticulando con los
labios a modo de dar un beso" A pesar de que los tacones eran un par de
números más chicos de lo que yo calzo, logré ponérmelos y equilibrarme en
ellos; mientras observaba a la trigueña y esbelta madurona la señora Dennise bambolear sus sinuosos
glúteos que se le resaltaban en su ceñida calza.
Tras ornamentar mi apariencia con la colocación de una
peluca tipo melena, la postura de pestañas postizas y el pintado de labios, procedí
a subir a la tarima y comencé a pasearme moviendo coquetamente el trasero, saludando
y lanzando besos; como si fuera una miss universo entre medio de aplausos.
Al descender del entablado, un modelo adulto joven de tez
blanca me extendió su mano para ayudarme a bajar, por lo cual le agradecí su
gesto con una sonrisa y pestañeo.
Así él se presentó
con el nombre de Jansen y me dio las gracias por no fijarme de lleno, en su ojo
con estrabismo como lo hacían la mayoría de los modelos novatos. De mi parte le
devolví el agradecimiento, por tratarme como a una dama y por restarle
importancia a que andaba con mi pequeño miembro masculino al aire.
Luego del intercambio de besos, abrazos y halagos con los
presentes a manera de bienvenida por quedar en el staff de modelaje, mis nuevas
maestras de la plástica me propusieron bautizarme con un seudónimo. Como la Priscila
era la directora, Dennise la profesora y el joven Jansen el administrativo, yo
sería la empleada (travesti) denominada como: Marcosissy.
Con ansias asumí el rol, luciendo orgullosa el uniforme de
toca y delantal con mi nombre bordado en la pechera seguida de realizar una
reverencia con una sonrisa y parpadeos a mis superioras raudamente taconee a
hacer el aseo toda dichosa.
Al finalizar la limpieza del par de aulas y de ordenar el inmobiliario de
artes para los pupilos retratistas, se me acercaron las maestras, para
enseñarme el retrato en cartulina y a lápiz de una pareja de jóvenes modelando
una sensual coreografía de ballet. Ellas, al percatarse de mi entusiasmo cuando
observé el dibujo de aquel varón en mallas, que sostenía en brazos a la chica
con tu-tú y que a la vez en la mantenía penetrada por atrás, mientras esta
elevaba una de sus piernas fue que me mandaron a prepararme para salir a posar
en compañía del joven administrativo y modelo, quien me encularía ante los
retratistas.
Luego de asearme y de aplicarme una lavativa, junto con
retocarme el maquillaje, aparecí con mi indumentaria de servidumbre y tomada
del brazo de Jansen para enseguida saludar con una venia y sonreír al alumnado
adulto que nos rodeaba en el salón. Una vez que la Dennise, les dio la orden a
los pupilos de tomar asiento detrás de sus atriles, Priscila demandó que tomase
posición sobre mi compañero modelo, que me aguardaba sentado con un miembro
viril en erección.
Así y ante las atentas miradas de los aprendices procedí a
recogerme hasta la cintura la pollera del vestido con delantal, a sacarme la
pantaleta de encaje y a separarme las nalgas con ambas manos. De esta forma y
con las piernas arqueadas encima de las extremidades inferiores de mi pareja, me
encorvé y empecé a bajar las caderas hasta rozar los glúteos con el regazo
masculino.
Tras un breve abrir y cerrar de ojos, junto con un apriete
de dientes logré que aquel curvo, largo y ancho falo sonrosado, me entrara
enterito por el emulsionado ano. Ya más relajada al asentar el trasero encima
del par de ovaladas, grandes y tibias gónadas Jansen posó sus manos en mis
pechos y me reclinó más hacia él, hasta sentir su fresco aliento en la mejilla
y el cosquilleo de su glande al interior de mi vientre.
Enseguida, Priscila me acomodó las manos en una posa más
frívola al sujetar en una prenda íntima como si fuera un pañuelo y con la otra sosteniendo
un lápiz labial a modo de pintarme los labios.
Manteniendo la postura de abertura de piernas a manera de
exhibir sin censura, la diferencia de una verga activa contra una retraída,
Dennise me pidió que a manera de entrar en complicidad con los alumnos les
relatara sobre mis inicios con la feminidad y el travestismo.
Complaciente con aquella petición y obediente de mantener la
mirada hacia los retratistas y de modular correctamente las palabras para no
alterar mi expresión facial, procedí desinhibidamente a contarles a todos
acerca de mi vida privada.
-"De niño, estuve al cuidado de una madrina, ya que mis
padres eran vendedores viajeros y solo estaba con ellos algunos fines de
semana...Como esta institutriz, tenía también a su cargo a una niña y en vista
de que a ella se le daba mejor criar mujeres, esta a modo de pacto secreto
entre ambos me convirtió en la compañera de juegos de su ahijada”
Con la promesa de que la pasaría muy bien al caracterizarme
y comportarme como mujercita, asumí con gusto el rol de vestirme con atuendos
femeninos, de refinar los modales y de aprender a realizar labores hogareñas...
En la adolescencia, continué visitando a escondidas de mi familia a esta
madrina, con la cual disfrutaba al punto de llegar a bailar para hacer los quehaceres
domésticos al son de cadenciosa música y llevando puesto mi atuendo de
doméstica... Ahí fue cuando conocí al madurón de la pareja de mi institutriz, quien
pasó a convertirse en mi padrino y amante a la vez... Así este bien conservado
cincuentón, comenzó a conquistarme con cartas con halagüeños poemas y a
obsequiarme lo que a mí me gustaba: muñecas, juegos de belleza para jovencitas
y juguetes de cocina y aseo para niñas...
Dichosa le correspondía sus atenciones, permitiéndole de que
me besara hasta tragarme su caramelo de menta y de que me acariciara a su
antojo por debajo del vestido hasta sentir un par de sus regordetes dedos
adentro del ano... Obviamente de que estos descarados cariñitos eran a espaldas
de mi madrina... Como lo que aconteció cierto día, en el que me encontraba a
solas limpiando la cocina, cuando de pronto apareció mi padrino sosteniendo en
las manos una primorosa pechera delantal estampada con diseños de frutas y
verduras de forma fálica, la cual; era un regalo para mí. Al probarme el nuevo
mandil me fijé que el delantero tenía forma de babero con una dedicatoria
bordada en la que se leía: Para mi mariquita de su apasionado a quien siempre
le abrirá el portón de su colita.
Embelesada, comencé a modelar su presente danzando
grácilmente al levantar las polleras y bamboleando frenéticamente el trasero. Para
que se me soltar el calzón de encaje y terminara cayendo en mis pies. Toda
erótica, procedí a encuclillarme frente a las piernas de mi apadrinado y le
desabroché el pantalón junto con bajarle el marrueco para descubrirle su slip y
agarrarle su verga en erección con la intensión de mamársela. Entre respiros
para no ahogarme con su grueso glande, le conté que había ensayado la técnica
al chupar unos plátanos untados con crema.
Con dolor de mandíbula pero golosa al degustar su espeso y
ácido salobre líquido seminal, el cincuentón me tumbó de lado sobre un mueble
de cocina y tras colocarse detrás de mí me hizo levantar una pierna mientras él
me iba penetrando por el recto ya dilatado por sus dedos y lubricado con
mantequilla. Toda regocijada, percibía el choque de sus enormes y tibias golpeando
contra mis nalgas, en tanto que las embestidas de su falo adentro de mi
vientre, me hicieron erectar el micro pene hasta lograr soltar un chorrito de
esperma. Satisfecha de que me hiciera suya al inundarme el esfínter con su
calientito semen, le consentí de que se orinara dentro mío, en tanto de que
seguía deleitándome, con sus arrumacos y perversos halagos..."-
Al finalizar mi confesión con algunos aplausos de los asistentes, también culminó
la sesión retratista para los dibujantes que de paso más de uno se delató a
masturbarse por debajo de sus mamelucos. Tampoco fue la excepción mi colega
modelo, quien se vació de ambos efluvios en el interior de mi colon, al cual le
susurré:"De que no se preocupara al desacoplarse de mí, ya que tengo
acostumbrado el músculo del orto, para retener líquidos ajenos sin derramar ni
una gota."
Contenta con el resultado de los dibujos, asentí de tomarme
unas fotos con los retratistas posando con la pollera recogida a la cintura y
sin ropa interior, abrazada por las caderas y con diversas manos posadas en mis
glúteos o pellizcándome el minúsculo miembro.
¡Soy feliz siendo una travesti modelo y servicial
crossdresser Chilena, quien compartió de
todo corazón esta vivencia con Uds., su servidora: Marcosissy!
No hay comentarios:
Publicar un comentario