AUTORA: Tatiana |
SEGUNDO DÍA (SÁBADO) (Segunda Parte)
Nos fuimos a la sala para ver televisión mientras pensábamos
que podríamos hacer entre todos, cuando estuvimos viendo televisión durante un
rato pues Juan Carlos se acordó que tenían juegos de mesa, fue corriendo al
segundo piso y al rato bajo con varios juegos de mesa, entre ellos el
monopolio, ajedrez, ludo, pictonary, twister, risk y juego de la vida (life en
ingles), Juan Carlos los dejo en la mesa del medio, todos nos juntamos para
verlos muy emocionados, decidimos descartar el ajedrez ya que solo era para
dos, el de pictonary pues como que no le dimos bola ya que creo que nadie sabía
dibujar muy bien que digamos, por lo tanto nos quedamos con monopolio, ludo,
twsiter, risk y life, decidimos elegir ludo ya que se puede jugar de 4 personas
y es rápido, decidimos que el ganador eligiera el siguiente juego, todos
estuvimos de acuerdo así que empezamos a jugar, al final del juego pues lo ganó
Juan Carlos, así que Juan Carlos eligió como siguiente juego el twister, el
problema era que se puede jugar entre cuatro personas pero quien giraba la
flecha, Juan Carlos dijo que jugaríamos de dos en dos, los ganadores jugaban
otra partida y de ahí saldría el ganador, todos aceptamos así que hicimos un
pequeño sorteo, Juan Carlos contra Manuel y yo contra Enrique.
Juan Carlos le ganó a Manuel, cuando comencé a jugar contra
Enrique pues no me había percatado de que la falda estaba tan corta que
agachándome se veía mi tanga, me di cuenta cuando estaba jugando y tanto Manuel
como Juan Carlos no quitaban la vista de mi trasero y estaban con sus vergas
totalmente paradas, cuando me di cuenta de eso pues por tratar de que no vean
nada pues me caí y perdí, por supuesto que les reclame pero ellos lejos de
avergonzarse pues me dijeron que se me veía bien rica con esa tanga metida en
mi culito, yo no dije nada y me fui a sentar, le toco a Enrique contra Juan
Carlos, ganó Enrique (creo que fue a propósito que perdió Juan Carlos ya que a
la quinta movida se cayó).
Enrique eligió jugar monopolio, era un juego largo y entre
cuatro pues se hace un poco más complicado ganar, arrojamos el dado cada uno
para definir la salida, salía Juan Carlos, Manuel, yo y Enrique, el juego
comenzó, estuvimos jugando por más de una hora ya, no me iba mal pero tampoco
me iba tan bien, Enrique y Juan Carlos eran los que tenía más hoteles mientras
que Manuel y yo pues teníamos pocos, en el siguiente turno justo caí en una
propiedad de Enrique, tenía que pagarle bastante y sacando mis cálculos pues no
me alcanzaría, Enrique al ver esto agarró y me dijo: “Tatiana, te perdono el
pago sí me dejas manosearte un rato”, yo me quedé helada con esa preposición
pero quería seguir jugando y además ya me había manoseado Juan Carlos varias
veces así que una vez más pues no creo que me afectaría en nada, así que yo
acepté pero con la condición de hacerlo en el cuarto de la empleada los dos
solos y un par de minutos, Enrique aceptó y ambos nos fuimos al cuarto de la
empleada.
Yo entré primero al cuarto, Enrique entro después y cerró la
puerta cuando se lo pedí, se notaba que estaba muy excitado ya que su verga
estaba totalmente erecta, Enrique se acercó a mí diciéndome que estaba bien
rica, era toda una mamacita y de solo imaginar mi tanga se excitaba mucho, yo
tan solo le di las gracias, Enrique me pidió que me volteara, cuando lo hice me
empezó a manosear mi culito por encima de la faldita, yo lo dejé hacerlo ya que
era parte del trato, sin decirme nada me metió la mano por debajo de la faldita
y la levanto, cuando vio mi tanga me dijo: “Tatiana que rica tanga tienes puesta,
tu culito goloso se la come toda, pareces actriz porno”, yo no dije nada y tan
solo sentí su mano recorrer todo mi culito mientras no paraba de decirme lo
rica que estaba, se para a lado de mí sin dejar de manosearme, se acerca a mi
oído y empieza a susurrarme que estaba bien excitado con haber visto mi culito,
me agarra mi mano y me lleva a su verga que estaba por reventar, susurrándome
nuevamente me dice si lo puedo masturbar, yo por supuesto solté su verga, di un
paso al costado y volteé a mirarlo, le dije que esa no era parte del trato así
que no lo pensaba hacer, Enrique se me acercó nuevamente y me dijo que tenía
razón pero que me volteara de nuevo por favor, yo le dije que solo un rato mas
ya que le quedaba poco tiempo, a lo que Enrique aceptó, me volteé dándole la
espalda de nuevo, sentí como metió sus dos manos por debajo de mi faldita
empezando a manosearme con una mano y la otra levantaba mi faldita, no paraba
de comentar el rico culito que tenía sin dejar de manosearme, sin decirme nada
se pega a mi cuerpo haciéndome sentir toda su verga en mi culito, yo di un paso
delante al sentir su verga pero no puedo negar que eso era lo que me gustaba
solo que ellos no lo sabían, me volteé y le recriminé lo que había hecho, por
supuesto que me dijo que no aguanto las ganas y todo eso, yo le dije que ya
había terminado el tiempo y ambos nos fuimos a la sala a seguir jugando.
Seguimos jugando, Juan Carlos eliminó a Manuel por lo tanto
ahora el líder era Juan Carlos, por supuesto que con las propiedades de Manuel
pues Juan Carlos compró mas hoteles, justo a los pocos tiros pues caigo en una
de sus propiedades más caras, ni bien caí pues me dijo: “Chinita, te perdono el
pago si vamos al cuarto de la empleada”, si había aceptado con Enrique pues no
vi nada malo con Juan Carlos que era el chico que me había quitado mi
virginidad, así que acepté y nos fuimos hacia el cuarto de la empleada, en el
camino cuando ya no nos veían ni Manuel ni Enrique pues Juan Carlos empezó a
manosearme por encima de mi faldita, cuando llegamos al cuarto pues yo entré
primero y Juan Carlos entró detrás de mí, cerró la puerta y me dijo: “Tati,
tienes un culito bien rico, se ve deliciosa esa tanguita metida en tu culito,
no aguanto las ganas de enterrarte mi verga en ese delicioso culito”, yo le
dije que no podíamos hacerlo ya que me dolería y gritaría, los chicos
escucharían mis gritos y sabrían que estamos teniendo sexo, como solución si
quieres te la chupo, felizmente Juan Carlos me entendió a la perfección, me
dijo que tenía razón y que aceptaba que solo se la chupara, Juan Carlos se echó
en la cama y me pidió que me arrodillara a su costado a la altura de su
estómago para chupársela, yo hice lo que me pidió y empecé a chupársela como lo
había hecho antes, ni bien comencé Juan Carlos empezó a gemir y manosearme
diciéndome el hermoso culo que tengo, sabía cómo pasar su dedo por entre mis
nalgas y eso me hacía volar de la excitación, estuvimos así un rato hasta que
Juan Carlos me dijo que me bajara la tanga, yo le dije que no podíamos hacerlo
pero él me dijo que quería hacer otra cosa mientras continuaba chupándosela, yo
me baje mi tanga hasta la mitad de mis muslo y seguí chupándosela, sentí la
mano de Juan Carlos acariciando mi culito, en eso siento su dedo en la entrada
de mi ano y haciendo un poco de presión lo empezó a meter despacio, eso sí que
era delicioso, cuando lo metió todo de ahí lo saco, empezó hacer el mete – saca
con su dedo, se sentía realmente maravilloso y empecé a gemir del placer que
sentía mientras se la seguía chupando, sin darme cuenta estaba gozando de lo
mejor mientras se la chupaba y Juan Carlos me metía su dedo, me preguntó si me
gustaba a lo que yo le respondí que era delicioso y me encantaba, sacó todo su
dedo de mi culito y me dijo que esto me gustará más todavía, sentí de nuevo su
dedo entrando solo que esta vez no era uno sino dos, le costó un poco mas
penetrarme con dos dedos al comienzo me empezó a doler un poco pero realmente
era poco así que no le di importancia y seguí chupándosela, recién al rato mi
culito como que se acostumbro y sentía tanto o más placer que cuando lo hacía
con un dedo, la verdad que perdí la noción del tiempo por tanto placer, tan
solo me acuerdo que me estaba metiendo y sacando con dos dedos mientras yo se
la chupaba, me dijo que lo hiciera más rápido, yo sabía que pronto el manjar de
semen llegaría así que se lo empecé hacer más rápido mientras que Juan Carlos
también empezó hacer el mete – saca con sus dedos mucho más rápido, eso me
trajo mas placer todavía y no paraba de gemir mientras seguía chupándosela, a
las pocas arremetidas con una gran gemido Juan Carlos empezó a correrse en mi
boca, no fue tanta la corrida como antes ya que pude retener casi todo en mi
boca, pero para mí era un manjar que no podía desperdiciar y hacía presión con
mis labios alrededor de su verga para no desperdiciar ni una gota de su
deliciosos semen mientras con su otra mano me agarraba la cabeza haciéndome
presión sobre su verga.
Juan Carlos saco sus dedos de mi culito mientras yo
terminaba de limpiarle todo rastro de semen de su verga con mi lengua, me
preguntó si me había dolido a lo que yo le respondí que no sentí nada de dolor
pero si sentí mucho placer, él con una sonrisa me dijo que también a él le
había gustado mucho, me subí mi tanga y ambos salimos en dirección a la sala,
cuando llegamos a la sala pues Manuel y Enrique estaban sentados con sus vergas
al máximo, ni bien nos vieron comenzaron los reclamos ya que nos habíamos
demorado más de 15 minutos sin darnos cuenta, tanto Manuel como Enrique pedían
que fuera la misma cantidad de tiempo para todos y por los ruidos pues dejarme
hacer lo que Juan Carlos me había estado haciendo, tanto Juan Carlos como yo
nos hicimos los locos con cara de asombro diciendo que no había pasado nada,
pero a Manuel se le escapó decir que nos habían estado escuchando fuera del
cuarto de la empleada y habían escuchado como gemíamos de placer, yo por
supuesto que me avergoncé y solo atiné a quedarme callada, dentro de mí no
sabía qué hacer ya que nos habían descubierto, Juan Carlos dijo que me había
estado punteando (lo que habíamos hecho el día anterior) y pues eran sus
gemidos los que habían escuchado, tanto Enrique como Manuel dijeron que nos
habían escuchado a los dos gemir, Juan Carlos les dijo que estaban locos ya que
solo él había gemido, no lo creyeron pero igual lo aceptaron y me exigieron que
también me dejara puntear por ellos, yo no decía nada tan solo miraba el suelo
pero insistieron tanto que no me quedo otra opción más que aceptar dejarme
puntear por Enrique y Manuel, ambos me miraron con cara de lujuria muy
excitados.
Seguimos jugando, por supuesto que Manuel ya no estaba
jugando, así que entre Juan Carlos y Enrique, felizmente a mi siguiente turno
pues caí en la propiedad de Juan Carlos, me declaré en banca rota y dejé de
jugar antes que Juan Carlos diga algo (era lo mejor para mí), Juan Carlos y
Enrique siguieron jugando, para mi mala suerte pues Enrique ganó y como le
tocaba escoger pues escogió jugar lo mismo que habíamos estado jugando ayer,
Juan Carlos no dijo nada, Manuel dijo que sí y pues yo dije que no había licor
como para hacerlo ya que el licor se había acabado ayer en la noche, Enrique
dijo que no había problema en eso ya que él iría a comprar a la tienda, le dijo a Juan
Carlos que lo acompañara, ambos se pusieron la bermuda y se fueron a comprar,
mientras esperábamos con Manuel pues me empezó hacer preguntas de si me gustaba
ser chica, si me gustaba ver a los chicos desnudos, si me gustaba que me
punteen, etc. Yo le respondí con el hombre que llevo fuera por supuesto
diciendo que todo es un juego y demás cosas, pero por dentro respondía si a
todo y me moría de ganas por decirle que yo quería ser toda una chica,
estuvimos hablando con Manuel (mas parecía que Manuel me estaba interrogando)
hasta que felizmente llegaron Enrique y Juan Carlos trayendo el licor.
Nos quedamos en la sala mientras traían vasos, comenzamos a
beber el licor mientras Enrique empezó a repartir las cartas, felizmente no
perdí a la primera sino el que perdió fue Enrique contra Manuel, el castigo tan
solo fue tomarse un vaso lleno de licor sin parar, el siguiente en perder fue
Juan Carlos contra Manuel, así que le dio el mismo castigo, le toco perder a
Manuel contra mí, le di el mismo castigo que los demás, así estuvimos varias
rondas sin que yo perdiera, hasta que llego lo inevitable, me toco perder a mí,
repartieron las cartas para ver quién me daba el castigo (por supuesto que yo
rezaba que fuera Juan Carlos) mientras repartían no pude evitar mirar que
Enrique y Manuel estaban bien excitados creo que estaban pensando en lo que me
harían, sin darme cuenta terminó la mano que estaban jugando, el ganador fue
Manuel, sin pensarlo dos veces se levantó y me dijo para ir al cuarto de la
empleada, yo lo miré y estaba su verga totalmente parada, yo le dije que estaba
bien pero tan solo 2 minutos a lo que Manuel dijo que no era justo ya que con
Juan Carlos estuve más de 15 minutos así que debería ser la misma cantidad de
tiempo, por supuesto que yo dije que no, Enrique también entro a la discusión
de que debía ser más tiempo, al final pues terminé dándoles 7 minutos.
Me paré y nos fuimos con Manuel al cuarto de la empleada,
cuando llegamos al cuarto pues Manuel cierra la puerta y me dice que estaba
esperando mucho este momento, me pidió que me volteara dándole la espalda, ni
bien terminé de voltearme me levanto la falda para decirme que tenía un culo
muy hermoso y que esa tanga me quedaba perfecto, me empezó a manosear y de ahí
me dijo que me echara boca abajo en la cama, yo lo obedecí, Manuel me levanta
la falda y se echa encima de mí, me hizo sentir toda su verga en mi culito,
empezó a moverse de arriba para abajo, la verdad es que se sentía delicioso
pero no quería demostrar que me encantaba así que no gemía y tan solo me mordía
los labios del placer, Manuel gemía de placer diciéndome lo mucho que le
gustaba y que esto era mucho mejor que masturbarse, empezó a besarme el cuello
diciéndome que estaba deliciosa, de ahí subió a mi oreja y eso fue el detonante
de placer para mí, estaba muy excitada y sin pensarlo empecé a gemir, me
preguntó si me gustaba su verga y yo por la excitación le respondí que me
encantaba, Manuel me dijo que también yo le gustaba mucho, ambos gemíamos de
placer hasta que no aguanté mas y tuve un orgasmo muy bueno mientras le decía a
Manuel que me encantaba sentir su verga en mi culito, me hizo temblar de placer
mientras Manuel no paraba de moverse hasta que aceleró un poco mas y diciéndome
que era una chica fabulosa, se arrodilla en la cama dejando mi culito cerca empieza
a gemir mas fuerte mientras se masturba y en eso siento un chorro de semen
caliente en mi espalda, siento otro chorro más que cae en mi culito, Manuel
seguía gimiendo mientras seguía brotando el semen de su verga, todo el resto
fue a caer en mi culito o mi faldita, pensaba hasta ese momento que Juan Carlos
se corría bastante pero Manuel se corrió mucho, me mojo la parte de atrás de mi
top y la parte inferior de mi espalda, y prácticamente empapo mi culito y
faldita con su semen, yo me quedé quieta disfrutando del momento ya que se
sentía bien rico el semen caliente al contacto con tu piel, Manuel terminó de
correrse después de muchos segundos y cuando vio todo lo que me había mojado
con su semen pues me empezó a pedir disculpas pero me dijo que no había
aguantado las ganas que me tenía desde ayer, yo le dije que no se preocupara ya
que también a mí me había gustado mucho, Manuel se sintió más aliviado, Manuel
se levantó de la cama y yo hice lo mismo tratando de evitar sentarme para no
mojar la cama, cuando terminé de pararme sentí como un poco de semen empezaba a
caerse por mi muslo, sin pensarlo lo recogí con mi mano y lo llevé a mi boca,
tenía el mismo sabor que el semen de Juan Carlos, era igual de delicioso, sin
pensarlo dos veces empecé a limpiarme mis nalgas con mis manos y de ahí
llevarlo a mí boca, ahí me di cuenta que Manuel se había corrido bastante y sin
contar el semen que había en mi faldita, estaba extasiada por el sabor del
semen, estaba tan extasiada que no me había percatado que Manuel miraba como me
tomaba su semen hasta que Manuel me preguntó si me gustaba su semen, yo solo me
avergoncé y le respondí moviendo la cabeza en señal de afirmación, Manuel me
dijo que no me preocupara ya que él la había pasado muy bien, yo le pedí que no
se lo contara a nadie, a lo que Manuel respondió que no me preocupara por eso,
como premio a su respuesta pues me acerqué a él y empecé a limpiarle su flácida
verga con mi mano ya que tenía gotas de semen, Manuel me dijo que esperaba
poder repetirlo ya que le había encantando y tenía un hermoso culito, yo tan
solo le pude agradecer.
Ambos salimos del cuarto de la empleada, cuando llegamos a
la sala pues habían pasado un poco más de 7 minutos, ni bien lo vieron a Manuel
pues Enrique empezó a preguntarle que tal la había pasado y todo eso, Juan
Carlos también empezó a preguntarle cosas, yo dije que tenía que ir a cambiarme
pero ellos insistieron que me quedara tal como estaba ya que les encantaba como
me veía, yo traté de insistir ya que sentía la tanga mojada por delante y por
atrás, y sentía húmeda la faldita, pero ellos insistieron en que me quedara así
ya que me veía bien rica, pues no me quedo otra más que sentarme y seguir
jugando.
Seguimos jugando y perdí yo de nuevo, felizmente fue contra
Juan Carlos, ambos nos fuimos al cuarto de la empleada mientras en el camino
Juan Carlos me preguntaba que me había estado haciendo Manuel, yo le conté lo
que me había hecho solo que omití la parte de que me limpié su semen y me lo
llevé a lo boca, Juan Carlos me dijo que estaba haciendo bien. Una vez que
llegamos al cuarto pues Juan Carlos cerró la puerta mientras yo me sentaba al
borde de la cama, cuando Juan Carlos voltea pues veo que su verga empezaba a
pararse, eso sí que me asombró mucho ya que se había corrido varias veces y aún
seguía con ganas, tan solo se acerco a mí y se paró delante de mí, yo sabía lo
que quería así que empecé a chupársela mientras sentía como se terminaba de
parar en mi boca, estuve un par de minutos chupándosela hasta que le pedí que
me metiera sus dedos en mi culito como lo había estado haciendo, Juan Carlos me
dijo que no había problema, me pidió que me arrodillara al borde de la cama y
me quitara la tanga, yo me quité la tanga y me arrodillé al borde de la cama,
tal como me lo había pedido, Juan Carlos me dice que apoye mis codos en la cama
(pose de perrita) a lo que yo lo hago, en eso siento que Juan Carlos empieza a
manosearme, me dice que tengo un hermoso culito y empieza a meterme un dedo, yo
empecé a gemir casi inmediato, al poco rato me mete dos dedos haciendo que
sienta más placer todavía, estuvo un rato hasta que me pidió que pusiera mi
cabeza encima de la cama y me abra mi culito con mis dos manos, yo lo obedecí
ya que quería seguir sintiendo sus dedos penetrarme, una vez que estaba arrodillada
con mi cabeza en la cama y abriendo mis nalgas con mis manos pues siento la
puntita de la verga de Juan Carlos, le digo que no continúe ya que me dolerá a
lo que Juan Carlos me dice que no me preocupe puesto que sus dedos ya han
abierto mi culito pero en caso sienta mucho dolor pues mordiera esto y me
alcanza mi tanga que estaba empapada de semen, yo lo pienso un poco y Juan
Carlos me dice que en caso me doliera mucho pues me la saca pero por favor que
aguantara lo más que pueda, yo acepto y muy nerviosa le digo que lo haga, Juan
Carlos pone de nuevo la puntita de su verga en mi culito y empieza hacer
presión, podía sentir como poco a poco mi estrecho ano empezaba abrirse ante la
presión de la verga de Juan Carlos, me empezó a doler un poco pero conforme iba
presionando aumentaba el dolor, le dije a Juan Carlos que me dolía a lo que él
me pidió que me metiera la tanga en mi boca y aguantara un poco más que la
cabecita ya estaba por entrar, ni bien mordí mi tanga sentí que Juan Carlos
empujaba un poco mas penetrándome la cabecita de su verga, se quedo quieto un
rato mientras yo solté un gemido de dolor el cual fue opacado por la tanga que
mordía, Juan Carlos me pidió que aguantara un poco mas por favor mientras
seguía empujando hasta que sus huevos chocaron con mi ano, me dijo “Chinita, ya
está toda mi verga enterrada en tu rico culo”, no puedo negar que me dolía solo
que esta vez no era tanto el dolor como la primera vez, era un dolor pasable.
Me quite la tanga de la boca y le dije: “Me duele un poco
pero se siente bien rico, es más rico que tus dedos”, Juan Carlos solo me dijo
que le encantaba mi culito y empezó suavemente el saca – mete despacio, podía
sentir como salía hasta la cabecita y de ahí me la volvía a clavar, lo hacía
bien despacio y sin ganas de hacerme doler, no puedo negar que el placer era
mucho más que el dolor, estuvo moviéndose suavemente un rato hasta que empezó
hacerlo a un ritmo medio, para de ahí pasar a un ritmo un poco más rápido, el
dolor casi había desaparecido ya que estaba disfrutando de cada arremetida con
un gemido mientras que Juan Carlos no paraba de gemir de placer diciéndome lo
delicioso que estaba mi culito, en una de esas me saco toda su verga y me
volvió a penetrarla, ahí si sentí un poco más de dolor pero igual el placer que
sentía era más grande, Juan Carlos empezó a sacarla del todo y volviendo a
penetrarme casi al instante, el mete – saca lo estaba haciendo rápido y ambos
no parábamos de gemir, hasta que no aguanté mas y empecé a tocarme mientras
Juan Carlos seguía penetrándome, a las pocas tocadas tuve un súper orgasmo como
nunca lo había tenido, Juan Carlos se dio cuenta que temblaba y me pregunto si
estaba bien, a lo que yo entre gemidos le dije que estaba muy bien, él siguió
sacándola del todo y volviendo a penetrarme, hasta que aceleró un poco sus
arremetidas y con un gemido empezó a correrse sin dejar de moverse dentro de
mí, podía sentir el latido de la verga de Juan Carlos dentro de mi estrecho
culito, ambos nos quedamos callados disfrutando del placer que habíamos tenido.
Perdí toda noción de tiempo, tan solo la recuperé cuando mi
culito expulsaba la verga de Juan Carlos, Juan Carlos me preguntó si me había
dolido y si me había gustado, yo le respondí que me dolió un poco y que me
había encantando, me levanté de la cama, me puse mi tanga y le dije a Juan
Carlos que tenía que ir al baño urgente y de pasada cambiarme de ropa ya que
ahora si estaba muy mojada, Juan Carlos me dice que a él también le había
encantado mucho y tengo un culito bien rico, me dijo que iríamos los dos a la
sala y de ahí yo me iría al baño del segundo piso donde me cambiaría y él se
quedaría junto con Manuel y Enrique. Antes de salir, Juan Carlos me preguntó si
quería ser su chica, yo le respondí con una gran sonrisa que me encantaría, él
se alegro mucho, yo le pregunté cómo haríamos con Manuel y Enrique para que
cuando me toque un castigo con ellos, a lo que Juan Carlos me respondió que
tendría que seguirles el juego pero que no me dejara penetrar ya que yo solo
soy de él, yo le dije que estaba bien que lo intentaría, ambos salimos con una
gran sonrisa.
Ni bien llegamos pues empezaron a quejarse, yo ni les di
importancia y subí al segundo piso, mientras Juan Carlos se quedaba con ellos,
me metí al baño del cuarto de Juan Carlos y me senté a orinar, terminé de
orinar y me pasé papel higiénico por mi culito, había de nuevo manchas de
sangre con semen, así que me desnudé y me metí a la ducha, ya no me ardió pero
si sentía un pequeño dolor, felizmente era pequeño así que no había problema, terminé
de lavarme bien, me sequé y de ahí me amarré la toalla a la altura del tórax
(como hacen las mujeres), recogí la ropa que había usado y salí del baño. Me
fui directo al cajón de ropa interior donde Juan Carlos me había enseñado,
había bastante ropa interior hermosa, quería algo que me haga lucir ya no como
una niña sino como toda una mujer, ya que me sentía de esa forma, escogí un
hilo dental negro pequeño, felizmente encontré su brasier que hacía juego,
cerré el cajón y me fue a mi cuarto para que ponerme.
Llegué a mi cuarto y me sentía divina, me sentía la chica
más afortunada ya que me había encantado tener sexo con Juan Carlos y ahora era
su chica, quería deslumbrar a Juan Carlos, así que me puse a buscar que
encajaría perfecto con la ropa interior negra, encontré vestidos pero sentía
que me quedaban muy largo la parte de la falda, después de sacar como 5
vestidos encontré uno, era un vestido playero suelto pero con la falda corta,
era de hilo blanco y con unos tirantes, era bien bonito, así que me puse mi
brasier con relleno, el hilo dental y me probé el vestido, no me gustó como me
quedaba la parte de arriba, ya que se notaba las medias, así que busqué un top
pequeño de color blanco que solo cubría la parte de mis senos, me miré al
espejo y me veía divina, sobre todo que como era blanco el vestido pues no
dejaba nada a la imaginación. Para terminar me dije a mi misma que debería otro
tipo de zapatos, empecé buscando y felizmente encontré un par de zapatos beige
tipo sandalias y que eran de una sola suela pero terminaba en un taco mediano,
me quedaban un poco chico pero no le di importancia, me los puse y me vi al
espejo, sentía que los zapatos me hacía sacar más trasero.
No voy a negar que dar mi primer paso me costó un poco, al
ver eso pues primero di un par de vueltas por mi cuarto para practicar un poco
la caminada, me fue difícil hacerlo pero lo logré, me miré una vez más al
espejo y me di cuenta que me faltaba algo, quería parecer toda una mujer y pues
me faltaba los aretes y una cadena, busqué en el joyera de la hermana y
felizmente encontré un collar con un corazón de dije y un par de aretes de
presión en forma de argollas, ahora si me miré al espejo y vi a todo una chica,
sonreí y salí de mi cuarto.
Bajé las escaleras con mucho cuidado ya que tenía miedo de
caerme, ni bien me vieron empezaron a silbarme nuevamente, yo solo sonreí y ni
bien terminé de bajar las escaleras pues empezaron a pedirme que diera una
vuelta modelando, así que me di una vuelta sintiéndome la mujer más deseada,
terminé de dar la vuelta y me fui a sentar a mi sitio, cuando ellos dijeron
para seguir jugando pues yo les dije que ya no deseaba continuar jugando y que
cambiáramos de juego, por supuesto que ellos se negaron pero yo tan les dije:
“Si desean que siga jugando pues cambien de juego o simplemente me voy a
dormir”, tuvieron que aceptar les guste o no, así que estuvimos discutiendo un
rato ya que todos los juegos que ellos querían tenía que ver con llevarme al
cuarto de la empleada para que me hagan lo que quieran, como ya estaba
oscureciendo les dije que mejor cenábamos y después veríamos que jugaríamos,
nadie quería cocinar o hacer algo de comer así que lo más factible era ir a
comprar, yo no iba a ir vestida de chica así que entre ellos empezaron a ver
quiénes iban a ir a comprar comida, al final fueron Juan Carlos y Manuel, me
quedé con Enrique, pero no sin antes que Juan Carlos aprovechara que estábamos
solos para meterme mano, decirme que me quedaba preciosa esa ropa interior y
que más tarde disfrutaría de mi culito.
Ni bien salieron, Enrique empezó a interrogarme,
preguntándome si me gustaba ser chica, si me gustaba los chicos, si me gustaba
que me metieran mano, si me gustaba que me puntearan, etc. A todas las
preguntas se las respondía con un NO, hasta que me preguntó si deseaba jugar
twister, con tal de que parara de preguntarme pues le dije que ya, pero no
sabía cómo haríamos ya que alguien debería rodar el reloj, me dijo que nos turnaríamos
para hacerlo, yo acepté y empezamos a jugar, realmente me era difícil jugar ya
que tenía que cuidarme de no caerme, tratar de que Enrique no me manoseara y
girar la ruleta, para colmo de males pues Enrique estaba tratando de ponerme en
posición como para que pueda puntearme mientras jugábamos y desde que
comenzamos el juego pues la verga de Enrique estaba a mil por hora, así que
tanto cuidarme pues me caí en una jugada.
Enrique empezó a celebrar y me dijo que como yo había
perdido pues me tocaba un castigo para mí, a lo que yo le dije que no habíamos
apostado nada y pues comenzó a repetirme que le debía un castigo y que tenía
que hacerlo, yo por supuesto siempre me negaba hasta que me cansé, me di media
vuelta y me estaba yendo a sentarme al sofá, cuando estaba por llegar al sofá,
siento que Enrique me agarra del brazo y me voltea, cuando estamos cara a cara
me dice: “Tati, me gustas mucho, ¿quieres ser mi chica?” Yo me quedé helada por
la pregunta, dentro de mi pensé que era la chica de Juan Carlos y pues no podía
ser la chica de otro, tan solo le dije que yo no era una chica sino un chico y
que eso debería preguntarle a una chica, a lo que Enrique me respondió que
podía ser su chica hasta el domingo que era el último día, yo solo le dije que
eso no era posible ya que soy un chico, así que me di media vuelta y cuando iba
a dar el primer paso siento las manos de Enrique cogiéndome de mi la cintura y
me jala hacía él, cuando se pego mi cuerpo al suyo pude sentir su verga en todo
mi culito lo cual me hizo tratar de dar un paso hacia delante pero fue en vano
ya que Enrique me había sujetado muy bien de la cintura, se acerco a mi oído y
empezó a susurrarme que estaba bien rica y que por favor lo dejara manosearme
un rato, mientras empezaba a besar mi cuello, eso me excito mucho y sin
quererlo le dije que podía manosearme, soltó una mano de mi cintura, él se
despegó un poco de mí y empezó a manosear mi culito pasándome un dedo entre mis
nalgas, mientras seguía besándome el cuello, susurrándome que tengo el mejor
culo del mundo y con esa faldita no dejaba nada a la imaginación pero que se
debería ver mejor mi culito sin la faldita, me suelta mi cintura, siento que
levanta mi faldita con su mano y empieza a pasar su verga por mi culito, eso sí
se sentía delicioso, empezó a puntearme mientras con sus manos abría mis
nalgas, tenía ganas de quitarme la ropa interior y dejarlo que me penetrara,
pero no lo iba a permitir ya que ese gusto se lo dejaba a Juan Carlos, me
mordía los labios para no gemir hasta que Enrique me susurró “Sé que te gusta
esto, te he escuchado como gimes cuando Juan Carlos te lo hace, sé que te gusta
así que gime para mí por favor que lo estás gozando tanto como yo”, no dude ni
un segundo y empecé a gemir ya que me hacía sentir como si estuviera en las
nubes, podía sentir como me la verga de Enrique empezaba a mojar mi ropa
interior mientras él se movía, no paraba de besarme el cuello y susurrarme que
estaba bien rica, yo no paraba de gemir de placer, hasta que escuché que ya
faltaba poco para que se corriera, me asusté y di un paso hacia adelante
dejándolo a Enrique parado sin entender nada, le dije que no podía correrse en
mi culito, él me respondió que la estábamos pasando bien y que nos gustaba a
ambos, pero yo seguía insistiendo en que no dejaría que se corriera en mi
culito, Enrique no paraba de rogarme que lo dejara correrse en mi culito porque
era lo que más quería, yo me seguía negando hasta que me dijo que se moría de
ganas por correrse y si lo podía ayudar con mi mano, yo le dije que no había
problema pero que solo esta vez se lo haría, Enrique con una sonrisa me dice
que está bien, cuando me estoy acercando a Enrique pues él me dice que si me
podía puntear un rato mas y cuando estuviera cerca de correrse lo masturbara
así tipo las películas pornográficas que veía, yo acepté ya que también me
encantaba que me punteara y evitaría que se corriera en mi culito, me pidió que
me arrodillara con las piernas abiertas en la orilla del sofá y apoyara mis
brazos en el respaldar, hice lo que me pidió y de ahí me pidió si me podía
levantar mi faldita con mi mano, lo cual lo hice sin mayores problemas, Enrique
se quedó mirando un pequeño rato diciéndome “Tati, definitivamente te ves bien
rica con esa faldita pero sin la faldita tu culito se ve precioso, no sabes
cómo me gustaría enterrar mi verga en ese culito tan rico que tienes” yo le
respondí que era virgen y que no podía permitir hacer eso, Enrique acepto y
empezó a pasar su verga por entre mis nalgas haciéndome gemir de mucho placer,
Enrique mientras gemía me alababa mi culito y me daba palmadas suaves en mis
nalgas, me decía lo rica que estaba y lo bien que lo estaba pasando, de todas
las poses que había hecho pues esta era la que me hacía sentir delicioso pero
felizmente estaba mi ropa interior de por medio, pero ganas de sacármela no me
faltaban, felizmente no duró mucho Enrique, ya que al poco rato me dijo que ya
tenía ganas de correrse, Enrique dio un paso atrás y me arrodillé casi delante
de él dejando su verga a pocos centímetros para que no me caiga su corrida,
cogí su verga con mi mano y empecé a masturbarlo, a los pocos segundos Enrique
puso su mano sobre mi mano que estaba agarrando su verga y con su otra mano me
sujetó la parte posterior de mi cráneo, en eso se mueve un poco apuntando su verga
hacia mi cara, traté de mover mi cara pero su mano me estaba sujetando fuerte
mientras su otra mano que estaba sobre la mía no paraba de moverla
masturbándolo y en menos de dos segundos empezó a correrse sin que yo pudiera
reaccionar, el primer chorro de semen me cayó una parte en mi pelo y la demás
en mi cara, el segundo también me cayó en la cara, el tercero cayo un poco en
mi cara y otro en mi boca y los demás fueron a parar en mi cara hasta que ya no
hubo fuerzas y cayeron en el suelo, Enrique no paró de gemir mientras hacía
eso, tampoco me quito la vista de encima viendo como su corrida me caía en la
cara, movió un poco más la mano que estaba sobre mi mano y de ahí la soltó,
soltándome también mi cráneo, automáticamente le solté la verga, me paré y le
recriminé lo que había hecho, Enrique tan solo me pidió disculpas diciéndome
que tenía muchas ganas de correrse de esa forma, por supuesto que yo le seguí
recriminando mientras Enrique no paraba de decirme que esa había sido la mejor
corrida en toda su vida, yo agarré y me fui al baño a lavarme, mientras Enrique
seguía pidiéndome disculpas en todo el trayecto hasta que cerré la puerta del
baño en su cara.
Cuando cerré la puerta del baño, lo primero que hice fue
mirarme al espejo, estaba mi cara llena de semen, por supuesto que sonreí al
ver la cantidad de semen que tenía mi cara y pelo, poco a poco con mi mano
empecé a sacar el semen de mi cara y llevármelo a la boca, era delicioso, me
encantaba saborear dicho manjar, una vez que terminé de saborear dicho manjar
intenté hacer lo mismo con el semen de mi pelo pero ese si fue difícil de
sacarlo así que opté mejor por lavarme el pelo, así que me desnudé y me metí a
la ducha a darme un baño, me demoré lo más que pude para que cuando saliera pus
ya estuvieran Juan Carlos y Manuel, felizmente mi plan funcionó y cuando bajé
pues ya estaban Juan Carlos y Manuel, claro que Enrique me miraba de reojo nada
más, estaban a punto de servirse la cena, así que cogí mi plato y me serví,
comimos bien rápido ya que teníamos hambre o tenían ganas de seguir tratando de
meterme mano.
Terminamos de cenar, dejamos los platos sucios encima de la
mesa y nos fuimos a la sala, Manuel y Juan Carlos habían comprado más licor, ya
no había cervezas así que solo pudieron comprar Ron, nadie le importó eso y
empezamos a tomar Ron, yo quería hablar con Juan Carlos pero siempre había
alguien de por medio así que no podíamos hablar. Para variar empezaron a ver
películas pornográficas, no puedo negar que no podía quitar la vista de esas
deliciosas vergas, eran tan enormes, bien formadas y esculturales, daban ganas
de comérselas y dejarte hacer todo lo que quiera, por supuesto que todo lo
pensaba y no hacía ningún comentario, todo lo contrario ocurría con ellos, ya
que hacían comentarios de las actrices a cada rato diciendo: “Mira como se la
chupa, se nota que le gusta la pinga”, “Mira como le gusta que se la claven”,
“Mira esa perra como se la culean, mira esa cara de placer, le gusta que le den
por el culo”, “Esa si es una zorra, mira como le gusta de dos”, “Mira como le
dan por los dos lados y mira esa cara de placer”, etc. La verdad que decían
cosas bien subidas de tono, pero lejos de indignarme pues me excitaba más, ya
que cada vez que decían algo pues dentro de mí me gustaría que me digan esas
cosas. Pues terminó la película y ellos querían empezar a jugar, se notaba que
estaban bien excitados pero yo me negué y les decía que jugaran entre ellos si
querían, mi insistieron mucho pero siempre me negaba, así que decidieron seguir
viendo pornografía, en esta segunda película pues lo miraba a Juan Carlos como
diciéndole con la mirada que fuéramos arriba para tener sexo, ya que estaba
bien excitada, lamentablemente Juan Carlos no entendía lo que quería decirle
con la mirada, en medio de la película pues con la excitación de ellos y mas
los tragos pues empezaron a hablar de que quien aguantaba más y quien expulsaba
más lejos su lechada, todos decían que podía más que el otro, yo solo me reía
dentro de mí, hasta que Enrique dijo, hagamos una apuesta de quien se corre más
rápido y quien expulsa su lechada más, todos asintieron en hacer la apuesta
pero el problema es que uno lo podía hace más despacio que el otro, por lo
tanto pues Enrique dijo que lo hiciera yo, todo asintieron que yo lo haga pero
yo me negué ya que no me parecía justo hacerlo, me insistieron mucho pero solo
accedí cuando Juan Carlos me hizo una seña con la cabeza, pero con la condición
de hacerlo en otro cuarto a lo que ellos alegaron que tenían que tomar el
tiempo y medir donde cae la lechada ya que podía favorecer a una persona, no me
quedó otra más que aceptar hacerlo ahí delante de todos.
El primero en pararse fue Enrique, me arrodillé a lado de él
y empecé a pajearlo, por supuesto que empezó a decir que rico lo hacía y todo
eso, duro 5:37 minutos y su lechada llegó a 3 cuadrados, de ahí siguió Manuel,
primera vez que lo masturbaba y fue tal su placer y excitación que solo duro
2:36 minutos pero su lechada llegó a los 5 cuadrados, el último en pararse fue
Juan Carlos, con él si me dieron una ganas de chupársela pero me aguanté y solo
lo masturbé como se debía, con él si me demoré mucho más tiempo, 7:13 minutos y
su lechada llegó a los 3.5 cuadrados (los tiempos son referenciales ya que
realmente no me acuerdo el tiempo exacto de cada uno), empezaron a sacar
cálculos y pues en tiempo ganó Juan Carlos y en longitud pues Manuel, me dije
para mí misma que en cantidad de semen pues había ganado también Manuel. Cuando
miré la hora pues eran las 10:30 de la noche, una vez más empezaron a decirme
para volver a jugar, con el trago encima y la excitación de haber tenido tres
vergas en mi mano y no poder hacer nada más que masturbarlos pues estaba muy
excitada, así que acepté jugar pero algo diferente ya que el anterior juego
donde íbamos al cuarto de la empleada era delicioso pero con mi excitación pues
podía dejarme hacer algo más de la cuenta.
Les dije en qué consistía el juego, ellos jugarían cartas
como lo hicieron el día de ayer, una vez que haya ganador pues yo sacaría una
carta adicional y el ganador otra, haríamos la pose según la carta que salga,
por ejemplo si a mí me salía el número 4 y a él también pues él se sentaría en
una silla y yo me sentaría encima de él, otro ejemplo, si él sacaba el 1 y yo
sacaba el 2 pues él se quedaba parado mientras yo me arrodillaba delante de él
poniendo mi cara cerca a su verga claro que esto lo haríamos delante de todos
en la sala y el tiempo se haría según la siguiente carta que yo sacara, por
supuesto que aceptaron sin siquiera pensarlo tan solo saltó una duda a Juan
Carlos, que pasaba si sacaban un 10 o mayor, a lo que yo le respondí que solo
si salía el rey y la reina del mismo palo pues iríamos al cuarto de la empleada
y ahí veríamos qué hacemos, pero si salía algo diferente pues no hacíamos nada
de nada. Igual aceptaron el juego ya que era algo entretenido por así decirlo.
Comenzaron a jugar y pues ganó Enrique, para mi suerte me
salió el 10 por lo tanto no pasó nada, el siguiente en ganar fue Manuel, a mí
me salió el 4 y a él le salió el 1 por lo tanto pues yo me senté en la silla y
él se paro delante de mí pero no hubo nada de nada ya que no podía pegarse más,
el siguiente en ganar fue Enrique de nuevo, a mi me salió el 8 y a él 9, no
encontramos como acomodarnos para que pudiera siquiera rozarme, así hubieron
varias poses que no pudimos hacer, hasta que le tocó a Juan Carlos, a mi me
salió el 7 y a él le salió el 1, la siguiente carta que saque fue un dos por lo
tanto tenía dos minutos, nos fuimos a la sala y de ahí me dijo que juntara mis
piernas y doblara mi tórax (pose pollito tomando agua), cuando lo hice él se
paró detrás de mí y de frente pego su verga en mi culito haciéndome sentir toda
su masculinidad, al final él era el 1 y yo era un 7, pero no se quedó quieto y
empezó a moverse, se sentía delicioso y no me penetraba ya que estaba el hilo
dental, pero ganas no me faltaban, esto me excito mucho más todavía y solo pude
atinar a decir que ya había terminado el tiempo, pero Juan Carlos en lugar de
parar siguió punteándome, le pedí por favor que parara y felizmente me hizo
caso, sino ya estaba a punto de empezar a gemir. Nos fuimos a sentar a la mesa,
yo estaba muy excitada y ganas no me faltaban de quitarme mi hilo dental para
dejarme hacer lo que quieran pero más pudo la promesa que le hice a Juan Carlos.
De ahí paso varias rondas hasta que le toco a Manuel un 1 y a mí otro 1, la
siguiente carta que saqué fue un 4, así que Manuel se paró detrás de mí y
empezó a puntearme de una forma bien deliciosa donde me hacía sentir toda su
masculinidad, me tuve que morder la lengua para no gemir ya que estaba
pasándola muy delicioso, solo volví a la realidad cuando Enrique y Juan Carlos
empezaron a reclamar por el tiempo. Mientras más tiempo pasaba pues más alcohol
tomábamos por lo tanto pues la excitación por parte de ellos se notaba mucho,
no paso mucho tiempo cuando me tocó sentarme encima de Manuel, no puedo negar
que cada vez dejaba que me manosearan un poco más ya que estaba bien excitada,
de ahí le tocó a Enrique lo cual me punteo y manoseo a su antojo por un rato,
creo que a cada uno lo dejé manosearme y puntearme a su antojo varias veces, yo
ya estaba descontrolada pero para mi suerte a nadie le toco el rey y a mí la
reina, sino ahí si hubiera tenido problemas.
Para ser sincera estaba súper excitada, me moría de ganas de
quitarme el hilo dental y dejar que me penetraran, no me importaba que fuera
Manuel, Enrique o Juan Carlos, solo quería saciar mi sed de sexo y poder sentir
como me penetraba una verga, miraba a Juan Carlos como diciéndole que lo
necesitaba urgente pero no había forma de escaparnos sin que Manuel o Enrique
se dieran cuenta, por culpa del alcohol que había ingerido pues les dije con
una cara coqueta: “Al siguiente que gane si saca un 8, le daré un premio” todos
me preguntaron qué premio a lo que respondí que era un secreto, insistieron
varias veces a lo que les dije que solo lo sabrían si saca un 8, el ganador fue
Manuel y para su suerte le salió el 8, me paré y le dije a Manuel que vayamos
al cuarto de la empleada, Manuel se emocionó y ambos nos fuimos al cuarto de la
empleada, lo que me gustaba de Manuel es que solo si se lo permitía él me
manoseaba sino pues simplemente me miraba con mucha excitación, entramos al
cuarto de la empleada y le pregunté a Manuel si deseaba manosearme antes de darle
su premio, a lo que casi inmediatamente empezó a manosearme mientras me decía
que estaba bien rica, lo dejé manosearme un rato hasta que me separé y le dije:
“Dejaré que me puntees sin mi ropa interior pero no quiero que me penetres y
con la condición de que me avises cuando estés a punto de llegar para darte
algo especial”, Manuel aceptó así que yo me quite mi hilo dental, me eché boca
abajo en la cama, abrí mis piernas y me subí mi faldita para que Manuel pueda
ver todo lo que quiera, Manuel se echó encima de mí haciéndome sentir toda su
verga en mi culito, empezó a subir y bajar mientras me decía lo rica que estaba
y que le encantaba mi culito, yo empecé a gemir suavemente ya que estaba
delicioso y estaba gozando mucho, en pocos segundos podía sentir como mi culito
se empezaba a mojar con el líquido pre seminal de Manuel, se sentía muy
delicioso como rozaba directamente su verga en mi ano, quería pedirle que me
penetrara pero me aguanté, en menos de dos minutos tuve un orgasmo muy
delicioso lo cual me hizo ver estrellas por el placer de sentir su verga
rozando mi ano, fue muy delicioso haber tenido ese orgasmo que me hizo temblar,
Manuel no tardó mucho en decirme que tenía ganas de correrse, le pedí que se
saliera de mi encima y que se parara, Manuel lo hizo casi al instante así que
yo me levanté, me arrodillé a un costado de Manuel, agarré mi hilo dental lo
puse alrededor de su verga y empecé a masturbarlo usando mi hilo dental, a los
pocos segundos después de un gran gemido Manuel empezó a correrse bastante
llegando a mojar mi hilo dental con su semen, podía sentir como latía su verga
mientras se corría, lo moví un par de veces más y le saqué mi hilo dental de
alrededor de su verga, su verga aún latía y Manuel tenía una cara de mucha
satisfacción, mi hilo dental estaba mojado con el semen de Manuel, no me
importó mucho y me lo volví a poner, le pregunté a Manuel si le había gustado a
lo que me respondió que le había encantado mucho mi culito y la forma como lo
hice llegar con mi ropa interior alrededor de su pinga fue delicioso, yo tan
solo le sonreí y ambos salimos del cuarto.
Ni bien llegamos donde estaban, Enrique le empezó a
preguntar cuál había sido el premio, Manuel solo dijo que algo muy delicioso y
no dio más detalles, tan solo se sentó como todo un caballero y no respondió
más preguntas, si bien es cierto ya había tenido un orgasmo pero aún tenía
muchas ganas de ser penetrada y sabía que él único que podía hacerlo era Juan
Carlos, así que les dije a los chicos que me sentía muy cansada y mareada por
efectos del alcohol, así que mejor era que me fuera a dormir antes de cometer
una locura, por supuesto que todos querían que me quedara pero por más que
insistieron pues me despedí de cada uno con un beso en la mejilla y me fui a
dormir.
Por supuesto que no me iría a dormir a mi habitación sino
esperaría en su habitación a Juan Carlos, pero quería darle una sorpresa así
que una vez que subí las escaleras me fui corriendo a la habitación de Juan
Carlos, empecé a buscar en los cajones y en el armario por la prenda que
deseaba ponerme para Juan Carlos, después de buscar un poco felizmente lo
encontré, era un babydoll rojo transparente bien sexy, inmediatamente me fui a
buscar una ropa interior que me hiciera ver sexy, encontré un hilo dental de
encaje de color rojo y su brasier, me fui al baño, me quite lo que tenía puesto
y me di un baño violento para quitarme todo rastro de semen que tuviera,
después de secar mi cuerpo me eché una crema que era de la mamá de Juan Carlos
que olía delicioso, me puse el hilo dental y el brasier (por supuesto con
relleno), de ahí me puse las pantys media con el liguero y por último me puse
el babydoll, me sentía divina como toda una puta esperando a su macho, me fui a
la habitación para mirarme en el espejo y me veía muy bien, me eche un poco de
perfume, traté de maquillarme solo un poco pero si me puse lápiz labial, apagué
la luz y me eché en la cama esperando que llegara Juan Carlos para darle toda
una sorpresa.
A los pocos minutos escuché la voz de los tres subiendo las
escaleras, escuché que se despedían y cada uno se iba a su habitación, el
momento que tanto estaba esperando se estaba acercando, entro Juan Carlos y
cuando prendió la luz me vio con esas prendas tan sexy, de solo verme su verga
se puso a mil por hora, se quedó mirándome mientras me decía lo rica que me
veía, yo solo le dije que me había vestido así para él y nuestra primera noche
juntos como su chica, no esperó más, cerró la puerta con llave y se empezó
acercar a la cama, me pidió que me levantara y me diera una vuelta, así lo hice
mientras Juan Carlos se sentaba en la cama, veía como Juan Carlos me veía con
cara de morboso pensando en todo lo que me haría, me dijo que me veía bien rica
pero faltaba algo, se puso a buscar entre los cajones hasta que encontró un
ligero y par de medias panty, me dijo que me lo ponga, felizmente eran de color
rojo (creo que la madre de Juan Carlos hacía lo mismo con el papá de Juan
Carlos) me puse el ligero y de ahí las panty, me demoré un poco pero pude
enganchar las medias al ligero y todo encajaba a la perfección, Juan Carlos me
pidió una vuelta y me dijo que ahora si me veía como toda una puta bien rica y
que me parecía a las actrices de las películas pornográficas que veíamos, se
paró de la cama y empezó a caminar alrededor mío alabando lo bien que me veía y
de vez en cuando cosas subidas de tono que me imagino se debía al alcohol que
ambos habíamos ingerido pero que me excitaban aún más de lo que ya estaba
excitada. Juan Carlos se para de repente detrás de mí, sin decirme nada con su
manos me agarra mis senos, pega todo su cuerpo al mío haciéndome sentir su
verga y me empieza a besar y morder suavemente el cuello, me hizo gemir al
instante de placer, mientras mis manos empezaban acariciar su trasero,
estuvimos en esa posición más o menos un minuto hasta que Juan Carlos me pidió
que moviera mi hilo dental a un lado y abriera mi culito con mis manos, sabía
lo que tanto había esperado por fin vendría, Juan Carlos movió un poco su
pelvis como para darme espacio, moví mi hilito dental a un lado, agarré la
verga de Juan Carlos, la puse en la entrada de mi ano y me abrí lo más que pude
mis nalgas, tan solo le dije: “Méteme tu enorme verga que ya no aguanto más”
sin necesidad de repetirlo dos veces Juan Carlos de un solo empujón me clavó
toda su verga haciéndome sentir muchísimo placer mientras me decía: “Tati, te
has vuelto toda una golosa de verga, no sabes cómo me encanta clavarte mi verga
en tu culito estrecho, eres toda una puta que le gusta la verga”, yo solo gemía
de placer mientras Juan Carlos empezaba el mete saca delicioso, podía sentir
como lo sacaba lentamente para de ahí empujarme su enorme verga de un solo
golpe, me hacía delirar de placer con cada penetrada hasta que Juan Carlos saco
casi toda su verga y me dijo: “Tati, dime lo que eres?” Yo tan solo respondí
que “Soy tu chica”, pero Juan Carlos me preguntó que más, no sabía que
responderle pero no podía aguantar que me tuviera así, así que le dije “Soy tu
putita rica”, creo que eso lo excitó más todavía y empezó de nuevo a clavarme
su deliciosa verga en mi culito, estuvimos un rato así parados hasta que Juan
Carlos me la saco del todo y me dijo: “Putita, quiero penetrarte como una
perra, así que súbete a la cama camina en cuatro patas como la perra que eres y
cuando estés a la mitad de la cama levanta bien tu culito que te voy a coger”
yo obedecí, me subí a la cama y empecé a caminar en cuatro patas hasta la mitad
de la cama, trataba de mover mi culito lo más que podía para excitarlo mucho
más, llegué a la mitad, agache mi cabeza hasta que llegara a la cama y con mis
manos me abrí mi culito dejándolo a merced de Juan Carlos, tan solo le dije:
“Tú putita está lista para recibir tu verga, clávame por favor que no aguanto
más estar sin tu verga” Sentí como Juan Carlos empezó a subir la cama mientras
me decía: “Así me gusta putita, me encanta que seas obediente con tu macho”
sentí que llevaba su verga a la entrada de mi ya dilatado culito, me agarra las
caderas con sus manos y de un solo empujón pude sentir que entraba toda su verga,
eso me hizo gemir de mucho placer mientras Juan Carlos me decía: “Perrita, me
gustaría que vieras como tu culito goloso se ha comido toda mi verga hasta los
huevos” Tan solo pude responderle: “Tú perrita es muy obediente mientras le
claves tu enorme verga” mientras Juan Carlos empezaba el mete saca, en esta
pose podía sentir como entraba toda su verga, no puedo negar que me hacía
sentir como si estuviera en las nubes de tanto placer, estaba tan excitada que
no aguanté más y tuve un maravilloso orgasmo que me hizo temblar totalmente
mientras Juan Carlos no paraba de moverse, yo seguía gimiendo ya que después de
ese orgasmo aún quería más, no sé cuánto tiempo duro Juan Carlos pero fue
bastante tiempo ya que me hizo tener otro orgasmo más todavía hasta que Juan
Carlos empezó acelerar sus embestidas diciéndome “Tienes un culo delicioso
perrita, eres la mejor putita, Tati eres toda una zorra con un delicioso culo”
Mientras yo le respondía: “Soy tu perrita obediente, me encanta tu enorme
verga, que rico me estás cogiendo con tu delicioso verga” hasta que con un
fuerte gemido de Juan Carlos empezó a correrse dentro de mi culito, que
delicioso se sentía mientras latía la verga de Juan Carlos.
Se quedo un rato hasta que sentí como mi culito expulso la
verga de Juan Carlos, me dio un par de nalgadas con su mano diciéndome que
tengo un culo de diosa mientras se echaba a un lado de la cama, yo solo me
acomodé mi hilo dental y me eché en su pecho mirando cómo se achicaba esa verga
que tanto placer me daba, la verdad que yo estaba aún excitada pero también
estaba cansada ya que había tenido muchos orgasmos en un día y me imagino que
Juan Carlos también estaba cansado ya que se había corrido muchas veces, sin
pensarlo nos quedamos dormidos en esa posición.
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