martes, 13 de agosto de 2019

Viaje de encontrarme conmigo misma Parte 3

AUTORA: Tatiana


SEGUNDO DÍA (SÁBADO) (Segunda Parte)



Nos fuimos a la sala para ver televisión mientras pensábamos que podríamos hacer entre todos, cuando estuvimos viendo televisión durante un rato pues Juan Carlos se acordó que tenían juegos de mesa, fue corriendo al segundo piso y al rato bajo con varios juegos de mesa, entre ellos el monopolio, ajedrez, ludo, pictonary, twister, risk y juego de la vida (life en ingles), Juan Carlos los dejo en la mesa del medio, todos nos juntamos para verlos muy emocionados, decidimos descartar el ajedrez ya que solo era para dos, el de pictonary pues como que no le dimos bola ya que creo que nadie sabía dibujar muy bien que digamos, por lo tanto nos quedamos con monopolio, ludo, twsiter, risk y life, decidimos elegir ludo ya que se puede jugar de 4 personas y es rápido, decidimos que el ganador eligiera el siguiente juego, todos estuvimos de acuerdo así que empezamos a jugar, al final del juego pues lo ganó Juan Carlos, así que Juan Carlos eligió como siguiente juego el twister, el problema era que se puede jugar entre cuatro personas pero quien giraba la flecha, Juan Carlos dijo que jugaríamos de dos en dos, los ganadores jugaban otra partida y de ahí saldría el ganador, todos aceptamos así que hicimos un pequeño sorteo, Juan Carlos contra Manuel y yo contra Enrique.



Juan Carlos le ganó a Manuel, cuando comencé a jugar contra Enrique pues no me había percatado de que la falda estaba tan corta que agachándome se veía mi tanga, me di cuenta cuando estaba jugando y tanto Manuel como Juan Carlos no quitaban la vista de mi trasero y estaban con sus vergas totalmente paradas, cuando me di cuenta de eso pues por tratar de que no vean nada pues me caí y perdí, por supuesto que les reclame pero ellos lejos de avergonzarse pues me dijeron que se me veía bien rica con esa tanga metida en mi culito, yo no dije nada y me fui a sentar, le toco a Enrique contra Juan Carlos, ganó Enrique (creo que fue a propósito que perdió Juan Carlos ya que a la quinta movida se cayó).




Enrique eligió jugar monopolio, era un juego largo y entre cuatro pues se hace un poco más complicado ganar, arrojamos el dado cada uno para definir la salida, salía Juan Carlos, Manuel, yo y Enrique, el juego comenzó, estuvimos jugando por más de una hora ya, no me iba mal pero tampoco me iba tan bien, Enrique y Juan Carlos eran los que tenía más hoteles mientras que Manuel y yo pues teníamos pocos, en el siguiente turno justo caí en una propiedad de Enrique, tenía que pagarle bastante y sacando mis cálculos pues no me alcanzaría, Enrique al ver esto agarró y me dijo: “Tatiana, te perdono el pago sí me dejas manosearte un rato”, yo me quedé helada con esa preposición pero quería seguir jugando y además ya me había manoseado Juan Carlos varias veces así que una vez más pues no creo que me afectaría en nada, así que yo acepté pero con la condición de hacerlo en el cuarto de la empleada los dos solos y un par de minutos, Enrique aceptó y ambos nos fuimos al cuarto de la empleada.



Yo entré primero al cuarto, Enrique entro después y cerró la puerta cuando se lo pedí, se notaba que estaba muy excitado ya que su verga estaba totalmente erecta, Enrique se acercó a mí diciéndome que estaba bien rica, era toda una mamacita y de solo imaginar mi tanga se excitaba mucho, yo tan solo le di las gracias, Enrique me pidió que me volteara, cuando lo hice me empezó a manosear mi culito por encima de la faldita, yo lo dejé hacerlo ya que era parte del trato, sin decirme nada me metió la mano por debajo de la faldita y la levanto, cuando vio mi tanga me dijo: “Tatiana que rica tanga tienes puesta, tu culito goloso se la come toda, pareces actriz porno”, yo no dije nada y tan solo sentí su mano recorrer todo mi culito mientras no paraba de decirme lo rica que estaba, se para a lado de mí sin dejar de manosearme, se acerca a mi oído y empieza a susurrarme que estaba bien excitado con haber visto mi culito, me agarra mi mano y me lleva a su verga que estaba por reventar, susurrándome nuevamente me dice si lo puedo masturbar, yo por supuesto solté su verga, di un paso al costado y volteé a mirarlo, le dije que esa no era parte del trato así que no lo pensaba hacer, Enrique se me acercó nuevamente y me dijo que tenía razón pero que me volteara de nuevo por favor, yo le dije que solo un rato mas ya que le quedaba poco tiempo, a lo que Enrique aceptó, me volteé dándole la espalda de nuevo, sentí como metió sus dos manos por debajo de mi faldita empezando a manosearme con una mano y la otra levantaba mi faldita, no paraba de comentar el rico culito que tenía sin dejar de manosearme, sin decirme nada se pega a mi cuerpo haciéndome sentir toda su verga en mi culito, yo di un paso delante al sentir su verga pero no puedo negar que eso era lo que me gustaba solo que ellos no lo sabían, me volteé y le recriminé lo que había hecho, por supuesto que me dijo que no aguanto las ganas y todo eso, yo le dije que ya había terminado el tiempo y ambos nos fuimos a la sala a seguir jugando.



Seguimos jugando, Juan Carlos eliminó a Manuel por lo tanto ahora el líder era Juan Carlos, por supuesto que con las propiedades de Manuel pues Juan Carlos compró mas hoteles, justo a los pocos tiros pues caigo en una de sus propiedades más caras, ni bien caí pues me dijo: “Chinita, te perdono el pago si vamos al cuarto de la empleada”, si había aceptado con Enrique pues no vi nada malo con Juan Carlos que era el chico que me había quitado mi virginidad, así que acepté y nos fuimos hacia el cuarto de la empleada, en el camino cuando ya no nos veían ni Manuel ni Enrique pues Juan Carlos empezó a manosearme por encima de mi faldita, cuando llegamos al cuarto pues yo entré primero y Juan Carlos entró detrás de mí, cerró la puerta y me dijo: “Tati, tienes un culito bien rico, se ve deliciosa esa tanguita metida en tu culito, no aguanto las ganas de enterrarte mi verga en ese delicioso culito”, yo le dije que no podíamos hacerlo ya que me dolería y gritaría, los chicos escucharían mis gritos y sabrían que estamos teniendo sexo, como solución si quieres te la chupo, felizmente Juan Carlos me entendió a la perfección, me dijo que tenía razón y que aceptaba que solo se la chupara, Juan Carlos se echó en la cama y me pidió que me arrodillara a su costado a la altura de su estómago para chupársela, yo hice lo que me pidió y empecé a chupársela como lo había hecho antes, ni bien comencé Juan Carlos empezó a gemir y manosearme diciéndome el hermoso culo que tengo, sabía cómo pasar su dedo por entre mis nalgas y eso me hacía volar de la excitación, estuvimos así un rato hasta que Juan Carlos me dijo que me bajara la tanga, yo le dije que no podíamos hacerlo pero él me dijo que quería hacer otra cosa mientras continuaba chupándosela, yo me baje mi tanga hasta la mitad de mis muslo y seguí chupándosela, sentí la mano de Juan Carlos acariciando mi culito, en eso siento su dedo en la entrada de mi ano y haciendo un poco de presión lo empezó a meter despacio, eso sí que era delicioso, cuando lo metió todo de ahí lo saco, empezó hacer el mete – saca con su dedo, se sentía realmente maravilloso y empecé a gemir del placer que sentía mientras se la seguía chupando, sin darme cuenta estaba gozando de lo mejor mientras se la chupaba y Juan Carlos me metía su dedo, me preguntó si me gustaba a lo que yo le respondí que era delicioso y me encantaba, sacó todo su dedo de mi culito y me dijo que esto me gustará más todavía, sentí de nuevo su dedo entrando solo que esta vez no era uno sino dos, le costó un poco mas penetrarme con dos dedos al comienzo me empezó a doler un poco pero realmente era poco así que no le di importancia y seguí chupándosela, recién al rato mi culito como que se acostumbro y sentía tanto o más placer que cuando lo hacía con un dedo, la verdad que perdí la noción del tiempo por tanto placer, tan solo me acuerdo que me estaba metiendo y sacando con dos dedos mientras yo se la chupaba, me dijo que lo hiciera más rápido, yo sabía que pronto el manjar de semen llegaría así que se lo empecé hacer más rápido mientras que Juan Carlos también empezó hacer el mete – saca con sus dedos mucho más rápido, eso me trajo mas placer todavía y no paraba de gemir mientras seguía chupándosela, a las pocas arremetidas con una gran gemido Juan Carlos empezó a correrse en mi boca, no fue tanta la corrida como antes ya que pude retener casi todo en mi boca, pero para mí era un manjar que no podía desperdiciar y hacía presión con mis labios alrededor de su verga para no desperdiciar ni una gota de su deliciosos semen mientras con su otra mano me agarraba la cabeza haciéndome presión sobre su verga.



Juan Carlos saco sus dedos de mi culito mientras yo terminaba de limpiarle todo rastro de semen de su verga con mi lengua, me preguntó si me había dolido a lo que yo le respondí que no sentí nada de dolor pero si sentí mucho placer, él con una sonrisa me dijo que también a él le había gustado mucho, me subí mi tanga y ambos salimos en dirección a la sala, cuando llegamos a la sala pues Manuel y Enrique estaban sentados con sus vergas al máximo, ni bien nos vieron comenzaron los reclamos ya que nos habíamos demorado más de 15 minutos sin darnos cuenta, tanto Manuel como Enrique pedían que fuera la misma cantidad de tiempo para todos y por los ruidos pues dejarme hacer lo que Juan Carlos me había estado haciendo, tanto Juan Carlos como yo nos hicimos los locos con cara de asombro diciendo que no había pasado nada, pero a Manuel se le escapó decir que nos habían estado escuchando fuera del cuarto de la empleada y habían escuchado como gemíamos de placer, yo por supuesto que me avergoncé y solo atiné a quedarme callada, dentro de mí no sabía qué hacer ya que nos habían descubierto, Juan Carlos dijo que me había estado punteando (lo que habíamos hecho el día anterior) y pues eran sus gemidos los que habían escuchado, tanto Enrique como Manuel dijeron que nos habían escuchado a los dos gemir, Juan Carlos les dijo que estaban locos ya que solo él había gemido, no lo creyeron pero igual lo aceptaron y me exigieron que también me dejara puntear por ellos, yo no decía nada tan solo miraba el suelo pero insistieron tanto que no me quedo otra opción más que aceptar dejarme puntear por Enrique y Manuel, ambos me miraron con cara de lujuria muy excitados.



Seguimos jugando, por supuesto que Manuel ya no estaba jugando, así que entre Juan Carlos y Enrique, felizmente a mi siguiente turno pues caí en la propiedad de Juan Carlos, me declaré en banca rota y dejé de jugar antes que Juan Carlos diga algo (era lo mejor para mí), Juan Carlos y Enrique siguieron jugando, para mi mala suerte pues Enrique ganó y como le tocaba escoger pues escogió jugar lo mismo que habíamos estado jugando ayer, Juan Carlos no dijo nada, Manuel dijo que sí y pues yo dije que no había licor como para hacerlo ya que el licor se había acabado ayer en la noche, Enrique dijo que no había problema en eso ya que él iría a comprar                a la tienda, le dijo a Juan Carlos que lo acompañara, ambos se pusieron la bermuda y se fueron a comprar, mientras esperábamos con Manuel pues me empezó hacer preguntas de si me gustaba ser chica, si me gustaba ver a los chicos desnudos, si me gustaba que me punteen, etc. Yo le respondí con el hombre que llevo fuera por supuesto diciendo que todo es un juego y demás cosas, pero por dentro respondía si a todo y me moría de ganas por decirle que yo quería ser toda una chica, estuvimos hablando con Manuel (mas parecía que Manuel me estaba interrogando) hasta que felizmente llegaron Enrique y Juan Carlos trayendo el licor.



Nos quedamos en la sala mientras traían vasos, comenzamos a beber el licor mientras Enrique empezó a repartir las cartas, felizmente no perdí a la primera sino el que perdió fue Enrique contra Manuel, el castigo tan solo fue tomarse un vaso lleno de licor sin parar, el siguiente en perder fue Juan Carlos contra Manuel, así que le dio el mismo castigo, le toco perder a Manuel contra mí, le di el mismo castigo que los demás, así estuvimos varias rondas sin que yo perdiera, hasta que llego lo inevitable, me toco perder a mí, repartieron las cartas para ver quién me daba el castigo (por supuesto que yo rezaba que fuera Juan Carlos) mientras repartían no pude evitar mirar que Enrique y Manuel estaban bien excitados creo que estaban pensando en lo que me harían, sin darme cuenta terminó la mano que estaban jugando, el ganador fue Manuel, sin pensarlo dos veces se levantó y me dijo para ir al cuarto de la empleada, yo lo miré y estaba su verga totalmente parada, yo le dije que estaba bien pero tan solo 2 minutos a lo que Manuel dijo que no era justo ya que con Juan Carlos estuve más de 15 minutos así que debería ser la misma cantidad de tiempo, por supuesto que yo dije que no, Enrique también entro a la discusión de que debía ser más tiempo, al final pues terminé dándoles 7 minutos.



Me paré y nos fuimos con Manuel al cuarto de la empleada, cuando llegamos al cuarto pues Manuel cierra la puerta y me dice que estaba esperando mucho este momento, me pidió que me volteara dándole la espalda, ni bien terminé de voltearme me levanto la falda para decirme que tenía un culo muy hermoso y que esa tanga me quedaba perfecto, me empezó a manosear y de ahí me dijo que me echara boca abajo en la cama, yo lo obedecí, Manuel me levanta la falda y se echa encima de mí, me hizo sentir toda su verga en mi culito, empezó a moverse de arriba para abajo, la verdad es que se sentía delicioso pero no quería demostrar que me encantaba así que no gemía y tan solo me mordía los labios del placer, Manuel gemía de placer diciéndome lo mucho que le gustaba y que esto era mucho mejor que masturbarse, empezó a besarme el cuello diciéndome que estaba deliciosa, de ahí subió a mi oreja y eso fue el detonante de placer para mí, estaba muy excitada y sin pensarlo empecé a gemir, me preguntó si me gustaba su verga y yo por la excitación le respondí que me encantaba, Manuel me dijo que también yo le gustaba mucho, ambos gemíamos de placer hasta que no aguanté mas y tuve un orgasmo muy bueno mientras le decía a Manuel que me encantaba sentir su verga en mi culito, me hizo temblar de placer mientras Manuel no paraba de moverse hasta que aceleró un poco mas y diciéndome que era una chica fabulosa, se arrodilla en la cama dejando mi culito cerca empieza a gemir mas fuerte mientras se masturba y en eso siento un chorro de semen caliente en mi espalda, siento otro chorro más que cae en mi culito, Manuel seguía gimiendo mientras seguía brotando el semen de su verga, todo el resto fue a caer en mi culito o mi faldita, pensaba hasta ese momento que Juan Carlos se corría bastante pero Manuel se corrió mucho, me mojo la parte de atrás de mi top y la parte inferior de mi espalda, y prácticamente empapo mi culito y faldita con su semen, yo me quedé quieta disfrutando del momento ya que se sentía bien rico el semen caliente al contacto con tu piel, Manuel terminó de correrse después de muchos segundos y cuando vio todo lo que me había mojado con su semen pues me empezó a pedir disculpas pero me dijo que no había aguantado las ganas que me tenía desde ayer, yo le dije que no se preocupara ya que también a mí me había gustado mucho, Manuel se sintió más aliviado, Manuel se levantó de la cama y yo hice lo mismo tratando de evitar sentarme para no mojar la cama, cuando terminé de pararme sentí como un poco de semen empezaba a caerse por mi muslo, sin pensarlo lo recogí con mi mano y lo llevé a mi boca, tenía el mismo sabor que el semen de Juan Carlos, era igual de delicioso, sin pensarlo dos veces empecé a limpiarme mis nalgas con mis manos y de ahí llevarlo a mí boca, ahí me di cuenta que Manuel se había corrido bastante y sin contar el semen que había en mi faldita, estaba extasiada por el sabor del semen, estaba tan extasiada que no me había percatado que Manuel miraba como me tomaba su semen hasta que Manuel me preguntó si me gustaba su semen, yo solo me avergoncé y le respondí moviendo la cabeza en señal de afirmación, Manuel me dijo que no me preocupara ya que él la había pasado muy bien, yo le pedí que no se lo contara a nadie, a lo que Manuel respondió que no me preocupara por eso, como premio a su respuesta pues me acerqué a él y empecé a limpiarle su flácida verga con mi mano ya que tenía gotas de semen, Manuel me dijo que esperaba poder repetirlo ya que le había encantando y tenía un hermoso culito, yo tan solo le pude agradecer.



Ambos salimos del cuarto de la empleada, cuando llegamos a la sala pues habían pasado un poco más de 7 minutos, ni bien lo vieron a Manuel pues Enrique empezó a preguntarle que tal la había pasado y todo eso, Juan Carlos también empezó a preguntarle cosas, yo dije que tenía que ir a cambiarme pero ellos insistieron que me quedara tal como estaba ya que les encantaba como me veía, yo traté de insistir ya que sentía la tanga mojada por delante y por atrás, y sentía húmeda la faldita, pero ellos insistieron en que me quedara así ya que me veía bien rica, pues no me quedo otra más que sentarme y seguir jugando.



Seguimos jugando y perdí yo de nuevo, felizmente fue contra Juan Carlos, ambos nos fuimos al cuarto de la empleada mientras en el camino Juan Carlos me preguntaba que me había estado haciendo Manuel, yo le conté lo que me había hecho solo que omití la parte de que me limpié su semen y me lo llevé a lo boca, Juan Carlos me dijo que estaba haciendo bien. Una vez que llegamos al cuarto pues Juan Carlos cerró la puerta mientras yo me sentaba al borde de la cama, cuando Juan Carlos voltea pues veo que su verga empezaba a pararse, eso sí que me asombró mucho ya que se había corrido varias veces y aún seguía con ganas, tan solo se acerco a mí y se paró delante de mí, yo sabía lo que quería así que empecé a chupársela mientras sentía como se terminaba de parar en mi boca, estuve un par de minutos chupándosela hasta que le pedí que me metiera sus dedos en mi culito como lo había estado haciendo, Juan Carlos me dijo que no había problema, me pidió que me arrodillara al borde de la cama y me quitara la tanga, yo me quité la tanga y me arrodillé al borde de la cama, tal como me lo había pedido, Juan Carlos me dice que apoye mis codos en la cama (pose de perrita) a lo que yo lo hago, en eso siento que Juan Carlos empieza a manosearme, me dice que tengo un hermoso culito y empieza a meterme un dedo, yo empecé a gemir casi inmediato, al poco rato me mete dos dedos haciendo que sienta más placer todavía, estuvo un rato hasta que me pidió que pusiera mi cabeza encima de la cama y me abra mi culito con mis dos manos, yo lo obedecí ya que quería seguir sintiendo sus dedos penetrarme, una vez que estaba arrodillada con mi cabeza en la cama y abriendo mis nalgas con mis manos pues siento la puntita de la verga de Juan Carlos, le digo que no continúe ya que me dolerá a lo que Juan Carlos me dice que no me preocupe puesto que sus dedos ya han abierto mi culito pero en caso sienta mucho dolor pues mordiera esto y me alcanza mi tanga que estaba empapada de semen, yo lo pienso un poco y Juan Carlos me dice que en caso me doliera mucho pues me la saca pero por favor que aguantara lo más que pueda, yo acepto y muy nerviosa le digo que lo haga, Juan Carlos pone de nuevo la puntita de su verga en mi culito y empieza hacer presión, podía sentir como poco a poco mi estrecho ano empezaba abrirse ante la presión de la verga de Juan Carlos, me empezó a doler un poco pero conforme iba presionando aumentaba el dolor, le dije a Juan Carlos que me dolía a lo que él me pidió que me metiera la tanga en mi boca y aguantara un poco más que la cabecita ya estaba por entrar, ni bien mordí mi tanga sentí que Juan Carlos empujaba un poco mas penetrándome la cabecita de su verga, se quedo quieto un rato mientras yo solté un gemido de dolor el cual fue opacado por la tanga que mordía, Juan Carlos me pidió que aguantara un poco mas por favor mientras seguía empujando hasta que sus huevos chocaron con mi ano, me dijo “Chinita, ya está toda mi verga enterrada en tu rico culo”, no puedo negar que me dolía solo que esta vez no era tanto el dolor como la primera vez, era un dolor pasable.



Me quite la tanga de la boca y le dije: “Me duele un poco pero se siente bien rico, es más rico que tus dedos”, Juan Carlos solo me dijo que le encantaba mi culito y empezó suavemente el saca – mete despacio, podía sentir como salía hasta la cabecita y de ahí me la volvía a clavar, lo hacía bien despacio y sin ganas de hacerme doler, no puedo negar que el placer era mucho más que el dolor, estuvo moviéndose suavemente un rato hasta que empezó hacerlo a un ritmo medio, para de ahí pasar a un ritmo un poco más rápido, el dolor casi había desaparecido ya que estaba disfrutando de cada arremetida con un gemido mientras que Juan Carlos no paraba de gemir de placer diciéndome lo delicioso que estaba mi culito, en una de esas me saco toda su verga y me volvió a penetrarla, ahí si sentí un poco más de dolor pero igual el placer que sentía era más grande, Juan Carlos empezó a sacarla del todo y volviendo a penetrarme casi al instante, el mete – saca lo estaba haciendo rápido y ambos no parábamos de gemir, hasta que no aguanté mas y empecé a tocarme mientras Juan Carlos seguía penetrándome, a las pocas tocadas tuve un súper orgasmo como nunca lo había tenido, Juan Carlos se dio cuenta que temblaba y me pregunto si estaba bien, a lo que yo entre gemidos le dije que estaba muy bien, él siguió sacándola del todo y volviendo a penetrarme, hasta que aceleró un poco sus arremetidas y con un gemido empezó a correrse sin dejar de moverse dentro de mí, podía sentir el latido de la verga de Juan Carlos dentro de mi estrecho culito, ambos nos quedamos callados disfrutando del placer que habíamos tenido.



Perdí toda noción de tiempo, tan solo la recuperé cuando mi culito expulsaba la verga de Juan Carlos, Juan Carlos me preguntó si me había dolido y si me había gustado, yo le respondí que me dolió un poco y que me había encantando, me levanté de la cama, me puse mi tanga y le dije a Juan Carlos que tenía que ir al baño urgente y de pasada cambiarme de ropa ya que ahora si estaba muy mojada, Juan Carlos me dice que a él también le había encantado mucho y tengo un culito bien rico, me dijo que iríamos los dos a la sala y de ahí yo me iría al baño del segundo piso donde me cambiaría y él se quedaría junto con Manuel y Enrique. Antes de salir, Juan Carlos me preguntó si quería ser su chica, yo le respondí con una gran sonrisa que me encantaría, él se alegro mucho, yo le pregunté cómo haríamos con Manuel y Enrique para que cuando me toque un castigo con ellos, a lo que Juan Carlos me respondió que tendría que seguirles el juego pero que no me dejara penetrar ya que yo solo soy de él, yo le dije que estaba bien que lo intentaría, ambos salimos con una gran sonrisa.



Ni bien llegamos pues empezaron a quejarse, yo ni les di importancia y subí al segundo piso, mientras Juan Carlos se quedaba con ellos, me metí al baño del cuarto de Juan Carlos y me senté a orinar, terminé de orinar y me pasé papel higiénico por mi culito, había de nuevo manchas de sangre con semen, así que me desnudé y me metí a la ducha, ya no me ardió pero si sentía un pequeño dolor, felizmente era pequeño así que no había problema, terminé de lavarme bien, me sequé y de ahí me amarré la toalla a la altura del tórax (como hacen las mujeres), recogí la ropa que había usado y salí del baño. Me fui directo al cajón de ropa interior donde Juan Carlos me había enseñado, había bastante ropa interior hermosa, quería algo que me haga lucir ya no como una niña sino como toda una mujer, ya que me sentía de esa forma, escogí un hilo dental negro pequeño, felizmente encontré su brasier que hacía juego, cerré el cajón y me fue a mi cuarto para que ponerme.



Llegué a mi cuarto y me sentía divina, me sentía la chica más afortunada ya que me había encantado tener sexo con Juan Carlos y ahora era su chica, quería deslumbrar a Juan Carlos, así que me puse a buscar que encajaría perfecto con la ropa interior negra, encontré vestidos pero sentía que me quedaban muy largo la parte de la falda, después de sacar como 5 vestidos encontré uno, era un vestido playero suelto pero con la falda corta, era de hilo blanco y con unos tirantes, era bien bonito, así que me puse mi brasier con relleno, el hilo dental y me probé el vestido, no me gustó como me quedaba la parte de arriba, ya que se notaba las medias, así que busqué un top pequeño de color blanco que solo cubría la parte de mis senos, me miré al espejo y me veía divina, sobre todo que como era blanco el vestido pues no dejaba nada a la imaginación. Para terminar me dije a mi misma que debería otro tipo de zapatos, empecé buscando y felizmente encontré un par de zapatos beige tipo sandalias y que eran de una sola suela pero terminaba en un taco mediano, me quedaban un poco chico pero no le di importancia, me los puse y me vi al espejo, sentía que los zapatos me hacía sacar más trasero.



No voy a negar que dar mi primer paso me costó un poco, al ver eso pues primero di un par de vueltas por mi cuarto para practicar un poco la caminada, me fue difícil hacerlo pero lo logré, me miré una vez más al espejo y me di cuenta que me faltaba algo, quería parecer toda una mujer y pues me faltaba los aretes y una cadena, busqué en el joyera de la hermana y felizmente encontré un collar con un corazón de dije y un par de aretes de presión en forma de argollas, ahora si me miré al espejo y vi a todo una chica, sonreí y salí de mi cuarto.



Bajé las escaleras con mucho cuidado ya que tenía miedo de caerme, ni bien me vieron empezaron a silbarme nuevamente, yo solo sonreí y ni bien terminé de bajar las escaleras pues empezaron a pedirme que diera una vuelta modelando, así que me di una vuelta sintiéndome la mujer más deseada, terminé de dar la vuelta y me fui a sentar a mi sitio, cuando ellos dijeron para seguir jugando pues yo les dije que ya no deseaba continuar jugando y que cambiáramos de juego, por supuesto que ellos se negaron pero yo tan les dije: “Si desean que siga jugando pues cambien de juego o simplemente me voy a dormir”, tuvieron que aceptar les guste o no, así que estuvimos discutiendo un rato ya que todos los juegos que ellos querían tenía que ver con llevarme al cuarto de la empleada para que me hagan lo que quieran, como ya estaba oscureciendo les dije que mejor cenábamos y después veríamos que jugaríamos, nadie quería cocinar o hacer algo de comer así que lo más factible era ir a comprar, yo no iba a ir vestida de chica así que entre ellos empezaron a ver quiénes iban a ir a comprar comida, al final fueron Juan Carlos y Manuel, me quedé con Enrique, pero no sin antes que Juan Carlos aprovechara que estábamos solos para meterme mano, decirme que me quedaba preciosa esa ropa interior y que más tarde disfrutaría de mi culito.



Ni bien salieron, Enrique empezó a interrogarme, preguntándome si me gustaba ser chica, si me gustaba los chicos, si me gustaba que me metieran mano, si me gustaba que me puntearan, etc. A todas las preguntas se las respondía con un NO, hasta que me preguntó si deseaba jugar twister, con tal de que parara de preguntarme pues le dije que ya, pero no sabía cómo haríamos ya que alguien debería rodar el reloj, me dijo que nos turnaríamos para hacerlo, yo acepté y empezamos a jugar, realmente me era difícil jugar ya que tenía que cuidarme de no caerme, tratar de que Enrique no me manoseara y girar la ruleta, para colmo de males pues Enrique estaba tratando de ponerme en posición como para que pueda puntearme mientras jugábamos y desde que comenzamos el juego pues la verga de Enrique estaba a mil por hora, así que tanto cuidarme pues me caí en una jugada.



Enrique empezó a celebrar y me dijo que como yo había perdido pues me tocaba un castigo para mí, a lo que yo le dije que no habíamos apostado nada y pues comenzó a repetirme que le debía un castigo y que tenía que hacerlo, yo por supuesto siempre me negaba hasta que me cansé, me di media vuelta y me estaba yendo a sentarme al sofá, cuando estaba por llegar al sofá, siento que Enrique me agarra del brazo y me voltea, cuando estamos cara a cara me dice: “Tati, me gustas mucho, ¿quieres ser mi chica?” Yo me quedé helada por la pregunta, dentro de mi pensé que era la chica de Juan Carlos y pues no podía ser la chica de otro, tan solo le dije que yo no era una chica sino un chico y que eso debería preguntarle a una chica, a lo que Enrique me respondió que podía ser su chica hasta el domingo que era el último día, yo solo le dije que eso no era posible ya que soy un chico, así que me di media vuelta y cuando iba a dar el primer paso siento las manos de Enrique cogiéndome de mi la cintura y me jala hacía él, cuando se pego mi cuerpo al suyo pude sentir su verga en todo mi culito lo cual me hizo tratar de dar un paso hacia delante pero fue en vano ya que Enrique me había sujetado muy bien de la cintura, se acerco a mi oído y empezó a susurrarme que estaba bien rica y que por favor lo dejara manosearme un rato, mientras empezaba a besar mi cuello, eso me excito mucho y sin quererlo le dije que podía manosearme, soltó una mano de mi cintura, él se despegó un poco de mí y empezó a manosear mi culito pasándome un dedo entre mis nalgas, mientras seguía besándome el cuello, susurrándome que tengo el mejor culo del mundo y con esa faldita no dejaba nada a la imaginación pero que se debería ver mejor mi culito sin la faldita, me suelta mi cintura, siento que levanta mi faldita con su mano y empieza a pasar su verga por mi culito, eso sí se sentía delicioso, empezó a puntearme mientras con sus manos abría mis nalgas, tenía ganas de quitarme la ropa interior y dejarlo que me penetrara, pero no lo iba a permitir ya que ese gusto se lo dejaba a Juan Carlos, me mordía los labios para no gemir hasta que Enrique me susurró “Sé que te gusta esto, te he escuchado como gimes cuando Juan Carlos te lo hace, sé que te gusta así que gime para mí por favor que lo estás gozando tanto como yo”, no dude ni un segundo y empecé a gemir ya que me hacía sentir como si estuviera en las nubes, podía sentir como me la verga de Enrique empezaba a mojar mi ropa interior mientras él se movía, no paraba de besarme el cuello y susurrarme que estaba bien rica, yo no paraba de gemir de placer, hasta que escuché que ya faltaba poco para que se corriera, me asusté y di un paso hacia adelante dejándolo a Enrique parado sin entender nada, le dije que no podía correrse en mi culito, él me respondió que la estábamos pasando bien y que nos gustaba a ambos, pero yo seguía insistiendo en que no dejaría que se corriera en mi culito, Enrique no paraba de rogarme que lo dejara correrse en mi culito porque era lo que más quería, yo me seguía negando hasta que me dijo que se moría de ganas por correrse y si lo podía ayudar con mi mano, yo le dije que no había problema pero que solo esta vez se lo haría, Enrique con una sonrisa me dice que está bien, cuando me estoy acercando a Enrique pues él me dice que si me podía puntear un rato mas y cuando estuviera cerca de correrse lo masturbara así tipo las películas pornográficas que veía, yo acepté ya que también me encantaba que me punteara y evitaría que se corriera en mi culito, me pidió que me arrodillara con las piernas abiertas en la orilla del sofá y apoyara mis brazos en el respaldar, hice lo que me pidió y de ahí me pidió si me podía levantar mi faldita con mi mano, lo cual lo hice sin mayores problemas, Enrique se quedó mirando un pequeño rato diciéndome “Tati, definitivamente te ves bien rica con esa faldita pero sin la faldita tu culito se ve precioso, no sabes cómo me gustaría enterrar mi verga en ese culito tan rico que tienes” yo le respondí que era virgen y que no podía permitir hacer eso, Enrique acepto y empezó a pasar su verga por entre mis nalgas haciéndome gemir de mucho placer, Enrique mientras gemía me alababa mi culito y me daba palmadas suaves en mis nalgas, me decía lo rica que estaba y lo bien que lo estaba pasando, de todas las poses que había hecho pues esta era la que me hacía sentir delicioso pero felizmente estaba mi ropa interior de por medio, pero ganas de sacármela no me faltaban, felizmente no duró mucho Enrique, ya que al poco rato me dijo que ya tenía ganas de correrse, Enrique dio un paso atrás y me arrodillé casi delante de él dejando su verga a pocos centímetros para que no me caiga su corrida, cogí su verga con mi mano y empecé a masturbarlo, a los pocos segundos Enrique puso su mano sobre mi mano que estaba agarrando su verga y con su otra mano me sujetó la parte posterior de mi cráneo, en eso se mueve un poco apuntando su verga hacia mi cara, traté de mover mi cara pero su mano me estaba sujetando fuerte mientras su otra mano que estaba sobre la mía no paraba de moverla masturbándolo y en menos de dos segundos empezó a correrse sin que yo pudiera reaccionar, el primer chorro de semen me cayó una parte en mi pelo y la demás en mi cara, el segundo también me cayó en la cara, el tercero cayo un poco en mi cara y otro en mi boca y los demás fueron a parar en mi cara hasta que ya no hubo fuerzas y cayeron en el suelo, Enrique no paró de gemir mientras hacía eso, tampoco me quito la vista de encima viendo como su corrida me caía en la cara, movió un poco más la mano que estaba sobre mi mano y de ahí la soltó, soltándome también mi cráneo, automáticamente le solté la verga, me paré y le recriminé lo que había hecho, Enrique tan solo me pidió disculpas diciéndome que tenía muchas ganas de correrse de esa forma, por supuesto que yo le seguí recriminando mientras Enrique no paraba de decirme que esa había sido la mejor corrida en toda su vida, yo agarré y me fui al baño a lavarme, mientras Enrique seguía pidiéndome disculpas en todo el trayecto hasta que cerré la puerta del baño en su cara.



Cuando cerré la puerta del baño, lo primero que hice fue mirarme al espejo, estaba mi cara llena de semen, por supuesto que sonreí al ver la cantidad de semen que tenía mi cara y pelo, poco a poco con mi mano empecé a sacar el semen de mi cara y llevármelo a la boca, era delicioso, me encantaba saborear dicho manjar, una vez que terminé de saborear dicho manjar intenté hacer lo mismo con el semen de mi pelo pero ese si fue difícil de sacarlo así que opté mejor por lavarme el pelo, así que me desnudé y me metí a la ducha a darme un baño, me demoré lo más que pude para que cuando saliera pus ya estuvieran Juan Carlos y Manuel, felizmente mi plan funcionó y cuando bajé pues ya estaban Juan Carlos y Manuel, claro que Enrique me miraba de reojo nada más, estaban a punto de servirse la cena, así que cogí mi plato y me serví, comimos bien rápido ya que teníamos hambre o tenían ganas de seguir tratando de meterme mano.



Terminamos de cenar, dejamos los platos sucios encima de la mesa y nos fuimos a la sala, Manuel y Juan Carlos habían comprado más licor, ya no había cervezas así que solo pudieron comprar Ron, nadie le importó eso y empezamos a tomar Ron, yo quería hablar con Juan Carlos pero siempre había alguien de por medio así que no podíamos hablar. Para variar empezaron a ver películas pornográficas, no puedo negar que no podía quitar la vista de esas deliciosas vergas, eran tan enormes, bien formadas y esculturales, daban ganas de comérselas y dejarte hacer todo lo que quiera, por supuesto que todo lo pensaba y no hacía ningún comentario, todo lo contrario ocurría con ellos, ya que hacían comentarios de las actrices a cada rato diciendo: “Mira como se la chupa, se nota que le gusta la pinga”, “Mira como le gusta que se la claven”, “Mira esa perra como se la culean, mira esa cara de placer, le gusta que le den por el culo”, “Esa si es una zorra, mira como le gusta de dos”, “Mira como le dan por los dos lados y mira esa cara de placer”, etc. La verdad que decían cosas bien subidas de tono, pero lejos de indignarme pues me excitaba más, ya que cada vez que decían algo pues dentro de mí me gustaría que me digan esas cosas. Pues terminó la película y ellos querían empezar a jugar, se notaba que estaban bien excitados pero yo me negué y les decía que jugaran entre ellos si querían, mi insistieron mucho pero siempre me negaba, así que decidieron seguir viendo pornografía, en esta segunda película pues lo miraba a Juan Carlos como diciéndole con la mirada que fuéramos arriba para tener sexo, ya que estaba bien excitada, lamentablemente Juan Carlos no entendía lo que quería decirle con la mirada, en medio de la película pues con la excitación de ellos y mas los tragos pues empezaron a hablar de que quien aguantaba más y quien expulsaba más lejos su lechada, todos decían que podía más que el otro, yo solo me reía dentro de mí, hasta que Enrique dijo, hagamos una apuesta de quien se corre más rápido y quien expulsa su lechada más, todos asintieron en hacer la apuesta pero el problema es que uno lo podía hace más despacio que el otro, por lo tanto pues Enrique dijo que lo hiciera yo, todo asintieron que yo lo haga pero yo me negué ya que no me parecía justo hacerlo, me insistieron mucho pero solo accedí cuando Juan Carlos me hizo una seña con la cabeza, pero con la condición de hacerlo en otro cuarto a lo que ellos alegaron que tenían que tomar el tiempo y medir donde cae la lechada ya que podía favorecer a una persona, no me quedó otra más que aceptar hacerlo ahí delante de todos.



El primero en pararse fue Enrique, me arrodillé a lado de él y empecé a pajearlo, por supuesto que empezó a decir que rico lo hacía y todo eso, duro 5:37 minutos y su lechada llegó a 3 cuadrados, de ahí siguió Manuel, primera vez que lo masturbaba y fue tal su placer y excitación que solo duro 2:36 minutos pero su lechada llegó a los 5 cuadrados, el último en pararse fue Juan Carlos, con él si me dieron una ganas de chupársela pero me aguanté y solo lo masturbé como se debía, con él si me demoré mucho más tiempo, 7:13 minutos y su lechada llegó a los 3.5 cuadrados (los tiempos son referenciales ya que realmente no me acuerdo el tiempo exacto de cada uno), empezaron a sacar cálculos y pues en tiempo ganó Juan Carlos y en longitud pues Manuel, me dije para mí misma que en cantidad de semen pues había ganado también Manuel. Cuando miré la hora pues eran las 10:30 de la noche, una vez más empezaron a decirme para volver a jugar, con el trago encima y la excitación de haber tenido tres vergas en mi mano y no poder hacer nada más que masturbarlos pues estaba muy excitada, así que acepté jugar pero algo diferente ya que el anterior juego donde íbamos al cuarto de la empleada era delicioso pero con mi excitación pues podía dejarme hacer algo más de la cuenta.



Les dije en qué consistía el juego, ellos jugarían cartas como lo hicieron el día de ayer, una vez que haya ganador pues yo sacaría una carta adicional y el ganador otra, haríamos la pose según la carta que salga, por ejemplo si a mí me salía el número 4 y a él también pues él se sentaría en una silla y yo me sentaría encima de él, otro ejemplo, si él sacaba el 1 y yo sacaba el 2 pues él se quedaba parado mientras yo me arrodillaba delante de él poniendo mi cara cerca a su verga claro que esto lo haríamos delante de todos en la sala y el tiempo se haría según la siguiente carta que yo sacara, por supuesto que aceptaron sin siquiera pensarlo tan solo saltó una duda a Juan Carlos, que pasaba si sacaban un 10 o mayor, a lo que yo le respondí que solo si salía el rey y la reina del mismo palo pues iríamos al cuarto de la empleada y ahí veríamos qué hacemos, pero si salía algo diferente pues no hacíamos nada de nada. Igual aceptaron el juego ya que era algo entretenido por así decirlo.



Comenzaron a jugar y pues ganó Enrique, para mi suerte me salió el 10 por lo tanto no pasó nada, el siguiente en ganar fue Manuel, a mí me salió el 4 y a él le salió el 1 por lo tanto pues yo me senté en la silla y él se paro delante de mí pero no hubo nada de nada ya que no podía pegarse más, el siguiente en ganar fue Enrique de nuevo, a mi me salió el 8 y a él 9, no encontramos como acomodarnos para que pudiera siquiera rozarme, así hubieron varias poses que no pudimos hacer, hasta que le tocó a Juan Carlos, a mi me salió el 7 y a él le salió el 1, la siguiente carta que saque fue un dos por lo tanto tenía dos minutos, nos fuimos a la sala y de ahí me dijo que juntara mis piernas y doblara mi tórax (pose pollito tomando agua), cuando lo hice él se paró detrás de mí y de frente pego su verga en mi culito haciéndome sentir toda su masculinidad, al final él era el 1 y yo era un 7, pero no se quedó quieto y empezó a moverse, se sentía delicioso y no me penetraba ya que estaba el hilo dental, pero ganas no me faltaban, esto me excito mucho más todavía y solo pude atinar a decir que ya había terminado el tiempo, pero Juan Carlos en lugar de parar siguió punteándome, le pedí por favor que parara y felizmente me hizo caso, sino ya estaba a punto de empezar a gemir. Nos fuimos a sentar a la mesa, yo estaba muy excitada y ganas no me faltaban de quitarme mi hilo dental para dejarme hacer lo que quieran pero más pudo la promesa que le hice a Juan Carlos. De ahí paso varias rondas hasta que le toco a Manuel un 1 y a mí otro 1, la siguiente carta que saqué fue un 4, así que Manuel se paró detrás de mí y empezó a puntearme de una forma bien deliciosa donde me hacía sentir toda su masculinidad, me tuve que morder la lengua para no gemir ya que estaba pasándola muy delicioso, solo volví a la realidad cuando Enrique y Juan Carlos empezaron a reclamar por el tiempo. Mientras más tiempo pasaba pues más alcohol tomábamos por lo tanto pues la excitación por parte de ellos se notaba mucho, no paso mucho tiempo cuando me tocó sentarme encima de Manuel, no puedo negar que cada vez dejaba que me manosearan un poco más ya que estaba bien excitada, de ahí le tocó a Enrique lo cual me punteo y manoseo a su antojo por un rato, creo que a cada uno lo dejé manosearme y puntearme a su antojo varias veces, yo ya estaba descontrolada pero para mi suerte a nadie le toco el rey y a mí la reina, sino ahí si hubiera tenido problemas.



Para ser sincera estaba súper excitada, me moría de ganas de quitarme el hilo dental y dejar que me penetraran, no me importaba que fuera Manuel, Enrique o Juan Carlos, solo quería saciar mi sed de sexo y poder sentir como me penetraba una verga, miraba a Juan Carlos como diciéndole que lo necesitaba urgente pero no había forma de escaparnos sin que Manuel o Enrique se dieran cuenta, por culpa del alcohol que había ingerido pues les dije con una cara coqueta: “Al siguiente que gane si saca un 8, le daré un premio” todos me preguntaron qué premio a lo que respondí que era un secreto, insistieron varias veces a lo que les dije que solo lo sabrían si saca un 8, el ganador fue Manuel y para su suerte le salió el 8, me paré y le dije a Manuel que vayamos al cuarto de la empleada, Manuel se emocionó y ambos nos fuimos al cuarto de la empleada, lo que me gustaba de Manuel es que solo si se lo permitía él me manoseaba sino pues simplemente me miraba con mucha excitación, entramos al cuarto de la empleada y le pregunté a Manuel si deseaba manosearme antes de darle su premio, a lo que casi inmediatamente empezó a manosearme mientras me decía que estaba bien rica, lo dejé manosearme un rato hasta que me separé y le dije: “Dejaré que me puntees sin mi ropa interior pero no quiero que me penetres y con la condición de que me avises cuando estés a punto de llegar para darte algo especial”, Manuel aceptó así que yo me quite mi hilo dental, me eché boca abajo en la cama, abrí mis piernas y me subí mi faldita para que Manuel pueda ver todo lo que quiera, Manuel se echó encima de mí haciéndome sentir toda su verga en mi culito, empezó a subir y bajar mientras me decía lo rica que estaba y que le encantaba mi culito, yo empecé a gemir suavemente ya que estaba delicioso y estaba gozando mucho, en pocos segundos podía sentir como mi culito se empezaba a mojar con el líquido pre seminal de Manuel, se sentía muy delicioso como rozaba directamente su verga en mi ano, quería pedirle que me penetrara pero me aguanté, en menos de dos minutos tuve un orgasmo muy delicioso lo cual me hizo ver estrellas por el placer de sentir su verga rozando mi ano, fue muy delicioso haber tenido ese orgasmo que me hizo temblar, Manuel no tardó mucho en decirme que tenía ganas de correrse, le pedí que se saliera de mi encima y que se parara, Manuel lo hizo casi al instante así que yo me levanté, me arrodillé a un costado de Manuel, agarré mi hilo dental lo puse alrededor de su verga y empecé a masturbarlo usando mi hilo dental, a los pocos segundos después de un gran gemido Manuel empezó a correrse bastante llegando a mojar mi hilo dental con su semen, podía sentir como latía su verga mientras se corría, lo moví un par de veces más y le saqué mi hilo dental de alrededor de su verga, su verga aún latía y Manuel tenía una cara de mucha satisfacción, mi hilo dental estaba mojado con el semen de Manuel, no me importó mucho y me lo volví a poner, le pregunté a Manuel si le había gustado a lo que me respondió que le había encantado mucho mi culito y la forma como lo hice llegar con mi ropa interior alrededor de su pinga fue delicioso, yo tan solo le sonreí y ambos salimos del cuarto.



Ni bien llegamos donde estaban, Enrique le empezó a preguntar cuál había sido el premio, Manuel solo dijo que algo muy delicioso y no dio más detalles, tan solo se sentó como todo un caballero y no respondió más preguntas, si bien es cierto ya había tenido un orgasmo pero aún tenía muchas ganas de ser penetrada y sabía que él único que podía hacerlo era Juan Carlos, así que les dije a los chicos que me sentía muy cansada y mareada por efectos del alcohol, así que mejor era que me fuera a dormir antes de cometer una locura, por supuesto que todos querían que me quedara pero por más que insistieron pues me despedí de cada uno con un beso en la mejilla y me fui a dormir.



Por supuesto que no me iría a dormir a mi habitación sino esperaría en su habitación a Juan Carlos, pero quería darle una sorpresa así que una vez que subí las escaleras me fui corriendo a la habitación de Juan Carlos, empecé a buscar en los cajones y en el armario por la prenda que deseaba ponerme para Juan Carlos, después de buscar un poco felizmente lo encontré, era un babydoll rojo transparente bien sexy, inmediatamente me fui a buscar una ropa interior que me hiciera ver sexy, encontré un hilo dental de encaje de color rojo y su brasier, me fui al baño, me quite lo que tenía puesto y me di un baño violento para quitarme todo rastro de semen que tuviera, después de secar mi cuerpo me eché una crema que era de la mamá de Juan Carlos que olía delicioso, me puse el hilo dental y el brasier (por supuesto con relleno), de ahí me puse las pantys media con el liguero y por último me puse el babydoll, me sentía divina como toda una puta esperando a su macho, me fui a la habitación para mirarme en el espejo y me veía muy bien, me eche un poco de perfume, traté de maquillarme solo un poco pero si me puse lápiz labial, apagué la luz y me eché en la cama esperando que llegara Juan Carlos para darle toda una sorpresa.



A los pocos minutos escuché la voz de los tres subiendo las escaleras, escuché que se despedían y cada uno se iba a su habitación, el momento que tanto estaba esperando se estaba acercando, entro Juan Carlos y cuando prendió la luz me vio con esas prendas tan sexy, de solo verme su verga se puso a mil por hora, se quedó mirándome mientras me decía lo rica que me veía, yo solo le dije que me había vestido así para él y nuestra primera noche juntos como su chica, no esperó más, cerró la puerta con llave y se empezó acercar a la cama, me pidió que me levantara y me diera una vuelta, así lo hice mientras Juan Carlos se sentaba en la cama, veía como Juan Carlos me veía con cara de morboso pensando en todo lo que me haría, me dijo que me veía bien rica pero faltaba algo, se puso a buscar entre los cajones hasta que encontró un ligero y par de medias panty, me dijo que me lo ponga, felizmente eran de color rojo (creo que la madre de Juan Carlos hacía lo mismo con el papá de Juan Carlos) me puse el ligero y de ahí las panty, me demoré un poco pero pude enganchar las medias al ligero y todo encajaba a la perfección, Juan Carlos me pidió una vuelta y me dijo que ahora si me veía como toda una puta bien rica y que me parecía a las actrices de las películas pornográficas que veíamos, se paró de la cama y empezó a caminar alrededor mío alabando lo bien que me veía y de vez en cuando cosas subidas de tono que me imagino se debía al alcohol que ambos habíamos ingerido pero que me excitaban aún más de lo que ya estaba excitada. Juan Carlos se para de repente detrás de mí, sin decirme nada con su manos me agarra mis senos, pega todo su cuerpo al mío haciéndome sentir su verga y me empieza a besar y morder suavemente el cuello, me hizo gemir al instante de placer, mientras mis manos empezaban acariciar su trasero, estuvimos en esa posición más o menos un minuto hasta que Juan Carlos me pidió que moviera mi hilo dental a un lado y abriera mi culito con mis manos, sabía lo que tanto había esperado por fin vendría, Juan Carlos movió un poco su pelvis como para darme espacio, moví mi hilito dental a un lado, agarré la verga de Juan Carlos, la puse en la entrada de mi ano y me abrí lo más que pude mis nalgas, tan solo le dije: “Méteme tu enorme verga que ya no aguanto más” sin necesidad de repetirlo dos veces Juan Carlos de un solo empujón me clavó toda su verga haciéndome sentir muchísimo placer mientras me decía: “Tati, te has vuelto toda una golosa de verga, no sabes cómo me encanta clavarte mi verga en tu culito estrecho, eres toda una puta que le gusta la verga”, yo solo gemía de placer mientras Juan Carlos empezaba el mete saca delicioso, podía sentir como lo sacaba lentamente para de ahí empujarme su enorme verga de un solo golpe, me hacía delirar de placer con cada penetrada hasta que Juan Carlos saco casi toda su verga y me dijo: “Tati, dime lo que eres?” Yo tan solo respondí que “Soy tu chica”, pero Juan Carlos me preguntó que más, no sabía que responderle pero no podía aguantar que me tuviera así, así que le dije “Soy tu putita rica”, creo que eso lo excitó más todavía y empezó de nuevo a clavarme su deliciosa verga en mi culito, estuvimos un rato así parados hasta que Juan Carlos me la saco del todo y me dijo: “Putita, quiero penetrarte como una perra, así que súbete a la cama camina en cuatro patas como la perra que eres y cuando estés a la mitad de la cama levanta bien tu culito que te voy a coger” yo obedecí, me subí a la cama y empecé a caminar en cuatro patas hasta la mitad de la cama, trataba de mover mi culito lo más que podía para excitarlo mucho más, llegué a la mitad, agache mi cabeza hasta que llegara a la cama y con mis manos me abrí mi culito dejándolo a merced de Juan Carlos, tan solo le dije: “Tú putita está lista para recibir tu verga, clávame por favor que no aguanto más estar sin tu verga” Sentí como Juan Carlos empezó a subir la cama mientras me decía: “Así me gusta putita, me encanta que seas obediente con tu macho” sentí que llevaba su verga a la entrada de mi ya dilatado culito, me agarra las caderas con sus manos y de un solo empujón pude sentir que entraba toda su verga, eso me hizo gemir de mucho placer mientras Juan Carlos me decía: “Perrita, me gustaría que vieras como tu culito goloso se ha comido toda mi verga hasta los huevos” Tan solo pude responderle: “Tú perrita es muy obediente mientras le claves tu enorme verga” mientras Juan Carlos empezaba el mete saca, en esta pose podía sentir como entraba toda su verga, no puedo negar que me hacía sentir como si estuviera en las nubes de tanto placer, estaba tan excitada que no aguanté más y tuve un maravilloso orgasmo que me hizo temblar totalmente mientras Juan Carlos no paraba de moverse, yo seguía gimiendo ya que después de ese orgasmo aún quería más, no sé cuánto tiempo duro Juan Carlos pero fue bastante tiempo ya que me hizo tener otro orgasmo más todavía hasta que Juan Carlos empezó acelerar sus embestidas diciéndome “Tienes un culo delicioso perrita, eres la mejor putita, Tati eres toda una zorra con un delicioso culo” Mientras yo le respondía: “Soy tu perrita obediente, me encanta tu enorme verga, que rico me estás cogiendo con tu delicioso verga” hasta que con un fuerte gemido de Juan Carlos empezó a correrse dentro de mi culito, que delicioso se sentía mientras latía la verga de Juan Carlos.



Se quedo un rato hasta que sentí como mi culito expulso la verga de Juan Carlos, me dio un par de nalgadas con su mano diciéndome que tengo un culo de diosa mientras se echaba a un lado de la cama, yo solo me acomodé mi hilo dental y me eché en su pecho mirando cómo se achicaba esa verga que tanto placer me daba, la verdad que yo estaba aún excitada pero también estaba cansada ya que había tenido muchos orgasmos en un día y me imagino que Juan Carlos también estaba cansado ya que se había corrido muchas veces, sin pensarlo nos quedamos dormidos en esa posición.

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