miércoles, 6 de marzo de 2019

Feminizada hasta convertirme en Susanna



AUTORA: Susanna24



Hola, me llamo Abel, pero en cuanto puedo me convierto en Susanna, una  hembra dulce, femenina, sumisa y complaciente… y entregada a Víctor. Un chico  guapo y viril que ha cambiado mucho mi vida.



Desde adolescente me han gustado las chicas, pero mucho más imaginar en privado que soy una de ellas. Casi todas mis fantasías me identificaban con el papel de mujer. Desde los 14 me gustaba ponerme lencería y lucirla ante el espejo, aunque no muy  a menudo porque terminaba sintiendo algo de culpa.



Sobre todo cuando bebía, me acostaba excitado pensando  lo que sería ser “acariciada” por un hombre, y entregarme por entero a él. Tenía lencería y una almohada gruesa sobre la que “galopaba” abierto de piernas. Aunque nunca me fije en los chicos, tengo que confesar que mis mejores orgasmos llegaban imaginando que aquel roce entre los muslos me lo proporcionaba un chico al que me entregaba.






Apenas tengo vello en el cuerpo, soy guapo y con facciones bastante femeninas: nariz pequeña, ojos grandes azules, labios gruesos, dientes pequeños, mejillas marcadas…lo más llamativo es que soy algo gordito, pero no en la cintura,  la cual tengo bastante definida, sino en la zona del pecho, las caderas, los muslos… y sobre todo el culo: la parte más comprometida de mi. Lo tengo redondo y levantado, con unas caderas y unas piernas anchas de curvas suaves con las rodillas y las pantorrillas muy poco marcadas que han sido miradas con envidia por no pocas mujeres.



Mi cuerpo, bastante afeminado, me ha servido para excitarme y pasarlo bien con  algun chicos en webcam, vistiéndome y maquillándome de putita sexy. Pero en la vida normal, me ha puesto a veces en situaciones embarazosas: Albañiles que me han mirado con descaro y me han dicho cosas… hombres que han flirteado disimuladamente conmigo…Yo siempre me he sonrojado y me he deshecho de ellos, pero por la noche no he podido dormir de excitación, solo pensando que me ligaban como una chica, y en como hubiese terminado todo si lo hubiese dejado seguir.



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Como mi físico empezaba a ser incomodo, y tenía que vestir con ropa holgada, me inscribí en un gimnasio pensando que me haría ver más hombre. ¡Qué equivocado estaba!





Por las mañanas íbamos muy poca gente, unos cuatro o cinco. Víctor era un chico de pelo castaño brillante peinado con ralla al lado, ojos marrones, grandes cejas…Tenía un mentón y una barbilla fuerte  que a veces no afeitaba un par de días, haciéndole ver mas viril. Su pie era bastante morena por el sol. Algo más alto que yo, que mido 1,69. La voz era muy profunda y varonil para su edad. Tenía un cuerpazo increíble, musculado, sobre todo los hombros y los brazos. A veces él me sorprendía mirándole, no sé si con admiración o con algo de deseo. Atento, simpático,  muy conversador…desde el primer día me dio consejos sobre cómo usar las pesas y los aparatos y se hizo muy amigo mío. Le encantaba hacer bromas de sexo para hacer confianza rápida con todos y contar todo el rato chistes, especialmente picantes, que reía a sonoras carcajadas. Me fijé que insistía siempre en los culos. Hacía confianza rápidamente con hombres y mujeres con constantes frivolidades descaradas. Era el típico socarrón atrevido, que no se reservaba nada, con encanto entre hombres y mujeres.



En el vestuario, parecía que le gustaba ponerse cerca y delante cuando se cambiaba, a lucir su cuerpo y un “rabo”  tremendo que movía como para hipnotizar… como un péndulo.



Por esa vergüenza a mi físico, yo procuraba ducharme cuando no hubiese nadie o incluso dejarlo para casa. Pero a menudo,  Víctor aparecía en el vestuario. Un día estando yo solo vino por detrás sin que le viese mientras me quitaba el pantalón y acariciando mi trasero dijo riendo:



-Vaya culazo de tia buena que tienes, golfa!



Yo me quedé petrificado. Tratando de seguir la broma, solo acerté a girar la cabeza y sonreír mientras decía con voz entrecortada “Gracias” Él siguió acariciándolo con una mano desde atrás, mientras sujetaba mi cintura con la otra mano y me susurró riendo: “Cuantas quisieran esas caderas y ese culo de golfa, ¿Entro contigo  a la ducha y te lo enjabono yo?”. En ese momento entraba otro chico interrumpiendo y el me soltó y siguió la broma por otro lado entre risas, pero yo en la ducha estaba nerviosito, temblando y pensando lo increíble que sería que la situación hubiese llegado hasta que él me tuviese entre sus brazos bajo el agua. Esperé un buen rato en la ducha por si volvía para...no sé, pero temía que llegase más gente y salí.



Al cruzar la sala hacía la puerta él salió a mi encuentro: “Mañana miércoles, suelo ir a la playa nudista a tomar el sol, hay poca gente en esta época del año. Vente conmigo” Yo acepté como hechizado sin pensarlo. Luego pasé la tarde y la noche preocupado porque me viesen con mi cuerpo, casi de chica, desnudo…y junto a un hombre así!  Nunca había estado en una playa nudista. También estuve muy excitado pensando lo que había dicho de mi culo, el trato de mujer que me dio, y hasta donde hubiese llegado sin la interrupción.



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Víctor me llevó en su coche al último extremo de la playa nudista, al borde de donde empezaba la zona gay. Me dijo que era porque había menos gente y se estaba mejor. De todos modos, por suerte, el día no era muy bueno y al ser entre semana, estaba casi vacío. Me quite la ropa con rapidez y me eché en la toalla mirando abajo. Él no tenía marcas de bañador, se le notaba cómodo tomado desnudo el sol. Su cuerpo de bronce hacía que se me viese con una blancura delicada. Aunque solo habían seis o siete personas muy distantes, y por uno de los lados eran lesbianas y gays, yo me sentía bastante avergonzado porque sabía que el contraste con ese cuerpo de chulazo me hacía ver muy femenino... muy expuesto.



Apoyado en los brazos, le escuchaba procurando no mirar su cuerpo y su polla increíble mientras sentía sus ojos y la brisa del mar en mis caderas y mi trasero.



Despues de un rato, me dijo: “Ponte mirando arriba, así no te quemaras solo por detrás” Yo me volví…. resignado…. y él miro con descaro mi pequeña cosita entre mis rotundos muslos de mujer, muy pequeña al lado de la suya a pesar de que se me notaba un poco excitado.



Sonrió como complacido sin apartar la vista y dijo iniciando una de sus bromas: “Wuau! Valla tela!…Estas para la portada y el poster de Play Boy”



Contesté “No te pases, eh?, cada uno enseña lo que tiene”



”Ya lo sé, y tú tienes un cuerpo fantástico…”dijo él, y después de una pausa añadió “…fantástico para echarte un buen polvo!” y soltó una fuerte carcajada.



 Yo me sentía avergonzado y humillado como hombre, pero una mujer dentro de mí estaba despertándose más y más con cada broma de Víctor. Tan expuesto, me era más cómodo alejarme mentalmente de mi condición masculina para sentirme mejor. Me aliviaba y hasta encantaba pensar que en la distancia nos debían confundir con un hombre y una mujer, y haciendome a esa idea, me enloquecía solo de imaginar que alguien pudiese pensar que yo era la pareja de un macho así, ya fuese porque parecía una chica o un gay sumiso de la zona próxima, pero no un amigo tratando de parecer un hombre…porque en esa comparación quedaba realmente muy mal. Además, por más que trataba de negármelo a mí mismo, me sentía como “seducida” por él, y me gustaba. Cada vez más.





Al rato pasó junto al agua un chico de la zona gay, contoneándose como una vedette, con una bolsa rosa al hombro, un collar de cuentas y una especie de Pamela en la cabeza. Cruzó miradas con Víctor y se contoneó más. Víctor dijo en voz baja para que solo yo lo escuchase “Que pluma tiene la mariconaza! Se merece que la dejen en bragas y metérsela a cuatro patas como a una buena puta hasta dejarla preñada!” Su voz ya no me sonaba tan a broma, parecía confirmar sus gustos. Por un lado me agradó ver que yo podía gustarle de verdad, por otro me sentí…..”rechazada”. Pareció adelantarse a mi pensamiento y dijo enseguida riendo: “No te pongas celosa que tu estas mucho mas buena y seguro que eres más puta”…”frescooo!!!” dije mirando a otro lado desarmado sin saber cómo lidiar con su descaro pero extrañamente ”aliviada” y muy “complacida” por dentro. Por mi cabeza corrió la idea de que si Victor iba a follarse a alguna "mariconaza", esa tenía que se yo, y solo yo.



Se fue al agua y yo mire sus piernas y culo bien formado…su espalda muy ancha… le seguí enseguida. Con el agua por el pecho, continuó con sus bromas diciendo que había peces traviesos, y pasaba rápidamente con “disimulo indisimulado” las manos por mis nalgas…mis caderas…mi cintura…entre mis piernas…hasta rozar mi sexo…volví a sentirme alagada como mujer y entonces tuve que sepárame de él para no excitarme demasiado.



Él salió primero mientras yo esperaba en el agua a que me bajase. Me miraba tumbado desde la toalla. Advertí que nadie más  miraba y  animado por las bromas decidí poner en práctica lo aprendido sola delante del espejo y en la webcam. Empecé a salir del agua en plan nenita. Me eche despacio el pelo para atrás con las dos manos en la cabeza, levantando y echando atrás los codos. Saque pecho exponiendo mis axilas casi sin vello y mis tetitas y pezones abultados. Así, peinándome  y  mesándome despacio con ambas manos el pelo, con los brazos muy elevados y sin bajarlos, empecé a caminar todo lo femenina que pude… mirando al cielo….., contoneando las caderas…juntando  las rodillas con las puntas de los pies algo hacia dentro. Baje los brazos y pegue los codos a la cintura levantando las manos colgadas hacia fuera y hacia delante…..balanceándolas como si mostrase las uñas al ritmo del lento contoneo de mis caderas.  Lo miraba de reojo como se sentaba y no me perdía de vista. Sentí que me ponía otra vez tiesa, y entonces me la metí con disimulo entre las piernas y acelere un poco el paso apretándola entre los muslos para llegar antes a la toalla.



Fue peor porque cuando estaba cerca de él, mi cosita pequeña, pero tiesa y dura saltó entre los muslos mojados y se balanceaba de lado a lado con mi paso al compas de mi pecho, mis caderas y mis manos.



Al final me tape instintivamente con un brazo los pechos y con la otra mano el sexo, junte las piernas, doble un poco las rodillas y quede así, de pie, mirándole empapada.



Había tratado de parecer sexy, pero involuntariamente debí darle un espectáculo de furcia maricona de playa que, al parecer, le dejó cachondo perdido. Miré su polla que se había puesto descomunal, como nunca la había visto. Le sentí, casi tan vulnerable como yo, cuando recogió  la bolsa de las cosas para cubrirsela. Para taparme yo, me incliné para agitar y sacudir la arena de la toalla de espaldas a él, con las piernas juntas y rectas. Imaginando que me miraría… doble un poco las rodillas para levantar el culo. Sin dejar de levantar el trasero ante su cara, sacudí la toalla, agitando el trasero de arriba abajo, de lado a lado, y formando círculos… más que a la toalla. Cuando me detuve, permanecí en esa posición hasta que mi carne dejo de agitarse en todas direcciones.



Mientras me echaba, otra vez cara a la toalla tapando mi sexo, vi que apartó la bolsa y se giró agitando al aire esa tranca a punto de romperse para ponerse de nuevo boca abajo lanzando un resoplido. Me sentí perversamente “satisfecha” aunque también tuviese que ponerme boca abajo. Ya me había demostrado a mi mismo que podía excitar a un hombre con la webcam, pero ahora, ademas de ser real, no tenía mas que mi cuerpo para hacerlo, y lo mejor, lo que mas me excitaba, era que Victor me atraía muchisimo y cada vez lo deseaba más. Una emoción que, ademas de ser nueva, me hacía sentir mas mujer que cualquier ropa o maquillaje.




 Yo estaba apoyado en los codos y él hablaba asomandose para mirar mucho mis pechos, que colgaban entre mis brazos con los pezones abultados, terminados muy en punta. Nunca dejaba que me mirasen el pecho pero ahora trataba de vencer la vergüenza y los dejaba sobresalir delante de mis brazos diciéndome a mí mismo que, después de lo pasado, ya no me quedaba de qué avergonzarme. Tras un rato de conversación,  dijo mirándolos:



“Tienes unos pezones que me dan ganas locas de amorrarme a  chuparlos”



Al ratito, tomé la iniciativa y le dije riendo, para que viese que le seguía la broma: “Te dejo chuparlos con dos condiciones”



“Cuales” contestó.



“Que si vas a chuparme las tetas tienes que dejarme primero vestirme bien guapa, y que yo también tengo que chuparte algo a ti a cambio”



“¿Que quieres chuparme, reina?” dijo divertido y con complicidad.



Rozando mis labios con su oído, me armé de valor y le susurré con la voz más femenina y dulce que pude:



“Esa poOOOoolla de chulaaaaazoo que tieeness”





Puso los ojos en blanco y lanzo un largo “BUUUUuuufffffffffffff…madre miaaa”



Me di cuenta como apretaba los glúteos y presionaba  fuerte contra la toalla y la arena la polla.



Después de una larga pausa incomoda, porque rompía el ambiente de sorna, me dirigió una mirada  de pillo y una voz muy profunda y seductora: “De acuerdo. Ven a mi casa a cenar esta noche y cumplimos lo dicho, cariño”…”bu bue e no” dije sintiendo que me temblaba todo el cuerpo.



Al marcharnos volví a sacudir la toalla moviendo el culo, pero fue él, el que trató de ponerse detrás de mí hasta que me subí el pantalón. Llegando al coche, él por galantería o cara dura, me hacía pasar delante, yo no podía desprenderme, ni queriendo, de unos andares femeninos. Me miraba con picardía mientras hablaba de la cena que pensaba cocinar, y “el desayuno”, añadía en plan socarrón.



Me abrió la puerta galantemente y al llegar junto a mi casa me dijo:



“Te espero esta noche con muchas ganas, tesoro”




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Al llegar a casa, tras la mañana de playa, estaba nerviosísimo, casi ni pude comer. Me afeité el poco vello que tenía, en la ducha, rasure mis ingles y dejé cuidadosamente un triangulito como un chocho. Apenas podía contenerme de masturbarme por lo que pasó. Salí  a primera hora de la tarde  con lo poca ropa que tenía de chica en una bolsa de viaje. Busqué más ropa en los grandes almacenes.



Compré un impresionante corsé negro, de raso con encajes y puntillas. Las medias de encaje a juego, bisutería imitando collares, pendientes y pulseras de perlas, zapatos a juego, una peluca caoba  con un peinado recogido a un lado y cayendo por los hombros……empecé a recordar que Víctor tenía novia y era muy bromista…titubee. Entonces me llegó un mensaje suyo de texto:



“Ya estoy en casa preparándolo, ponte muy guapa para mi, cielo, recuerda: a las 8, un besazo”



Me animé al ver mi primer mensaje como chica y compre un vestido de licra negro, ceñido, muy cortito y hasta perfume.



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A las 8, temblando y con el corazón desbocado llame a su puerta.



Me abrió con una camisa a rayas elegante y ajustada como sus  pantalones.



Contento, me dio dos besos muy cerca de la boca sujetándome de la cintura e invitándome a pasar sin soltarme de ella.



Era un piso pequeño en el barrio antiguo pero reformado y muy acogedor. Me quitó las bolsas de compra, las dejó a un lado y me lo enseñó. Tenía el suelo de madera oscura y las paredes imitando ladrillo rustico que devolvían una luz indirecta tenue que lo envolvían todo. En la sala una mesa de cristal, una pantalla grande y un sofá de piel crema con muchos cojines. Solo había un cuarto pequeño con una cama grande. Me gustó mucho todo  y se lo dije. En la cocina me enseñó lo que estaba preparando y me entregó una flor.  Me encantó. Le dije que quería cambiarme porque sabía que me llevaría mucho tiempo, y me fui al baño con las bolsas.

Me maquillé lo mejor que pude destacando los pómulos, los labios y mis ojos azules. El corsé tenía elásticos y cintas de raso con encaje por delante para ajustármelo.  Enseguida resaltó mucho más de lo que yo pensé, mis caderas, mis muslos y mi culo. Al ajustarlo arriba, levantó  y juntó mis pechos dejando un canalillo impresionante. Dejé un poco asomar las aureolas de mis pezones. Me puse las medias, que tenían un tacto increíble y me las fije con las ligas del corsé. Me puse encima las braguitas tanga de encaje. Como la luz era tenue me atreví a dejar el vestido y me puse una combinación negra transparente ajustada y con volantes. No era tan escotado pero era más sexy dejaba entrever lo bonito que era el corsé, las medias, las bragas….mis pechos y mis pezones. Cuando me puse la peluca, apenas me conocía. Me veía guapa…traviesa…putona… pero ese peinado y esas perlas en mis pendientes, pulseras y collar me daban a la vez un aire distinguido de señora. No sabía que hacer con un coletero de raso con lacitos rosas. Lo puse en mi pollita para hacerla ver mas femenina y la metí entre las bragas.



Al salir, Victor estaba de espaldas reclinado sobre la mesa, encendiendo dos velitas. Al girarse se quedó paralizado. Fui hacia él despacio….acariciándome el pelo que caía sobre mis hombros… moviendo las caderas… hasta la silla  que él me ofrecía con los ojos desencajados.



 “Estas…buenisima…Nunca había cenado con una mujer tan atractiva…” Yo me atusaba el pelo coqueta, con la flor en la otra mano, mientras agradecía todos los cumplidos.



Se fijo en el lunar que había pintado  junto a mi boca y dijo que le gustaba mucho. No era tan bromista como acostumbraba pero era todo un caballero y eso le hacía aún más seductor.



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Empezamos a cenar. Era un buen conversador, me recomendaba música y películas…me daba mucha confianza y eso me relajó mucho…me hizo sentir muy cómoda. Le dije que me llamase Susanna.



Puso música de baladas con saxo y me invitó a bailar.



Me quite los zapatos para  volver a verme algo más baja que él. Me sentí flotar en sus brazos.  Empezó a tocarme el culo y a darme besitos por el cuello. Yo  sin poder resistir comencé a tocar sus hombros, su pecho, su espalda…le desabroche la camisa y apoyé un poco la cabeza en su pecho…Entonces empecé a sentir una especie de humedad caliente en mi ano. Involuntariamente mis ojos se encogían y mis pestañas postizas vibraban. Solo me incomodó mi pollita, que salió entre las bragas y la combinación para apoyarse contra su paquete. De repente dijo con mucha dulzura:



-No te preocupes encanto, me gusta mucho sentir ese chochito tierno de mariconcita.



Apretándome del culo, presionó su polla contra él. Un profundo gemido como de mujer me sorprendió saliendo de mi boca.



Ohhhhhhiiiiiiiiiiisss!!!



Magreandome el culo a conciencia, lanzó un chupetón entre el cuello y la nuca que me hizo escapar un gemido aún mayor, como un grito, y más femenino. Fui a pedir disculpas “lo sienmmmh” me tapó la boca con un morreo increíble. Abrí la boca todo lo que pude entregándosela a sus labios y su lengua y sentí que me derretía. Mi cuerpo se aflojó temblando y mis piernas apenas me tenían en pie. Trataba de sujetarme  a sus hombros y su cuello mientras nuestras lenguas se entrelazaban y la saliva nos rebosaba las bocas.



Bajó un poco el escote de la combinación y sacó mis pezones duros por encima del corsé. Los acarició, los besó, y empezó a chuparlos al tiempo que yo apoyaba mi espalda y el dorso de las manos levantadas contra la pared. Me sentía atrapada y avasallada por él.



Metió la mano bajo mis bragas bajándolas un poco. Notó el lacito y la miró bajo los focos que iluminaban la pared.



-Mmmhhh que cosita tan femenina. Y este chochito no estaba tan depiladito esta mañana.



-Para ti Victor, me he dejado así el coño solo para ti. Susurré.



Se sentó en el sofá, en la pared de enfrente bajándose los pantalones y el slip. Yo me moví para él al ritmo de la música. Con un dedo en la boca y la otra mano haciendo tirabuzones en el pelo sobre mi hombro, moví el culo y las caderas para él. Cuando la vergüenza me asaltaba le ví con la polla pajeandola en la mano diciéndome:



-¿Esta polla es la que querías esta mañana en la playa eh?



Me abalancé arrodillándome al tiempo que él se levantaba y empecé a besar y lamer desde los huevos a la punta, arriba y abajo, abajo y arriba… mientras le pajeaba. No pude recrearme como en las películas, la metí en mi boca como loca. Mamé… y mamé…y mamé…. sintiendo el deseo de días mirándola en el gimnasio y en la playa. Un deseo que yo ni sabía que había acumulado hasta ese punto. Las imagenes se me agolpaban en la cabeza.



-Asíiiiii puuutaa, que ganas tenía de darte polla chupona….que bien lo haces maricona chupapollas…como se te notaban las ganas.



Levanté el culo todo lo que pude para que me lo tocase mientras le pajeaba y la lamia los huevos disfrutándo aquel mastil de virilidad que me ponía en el sitio que me merecía: en lo mas alto del pedestal de las putas mamonas...profundamente humillada bajo su mirada...…y volvía a metérmela todo lo que podía en la boca apretándola en mis labios....saboreandola como el mejor de los helados.



-Te hubiese gustado mamartela así en la playa eh? guarra?



-slurrrrp ssii siiii que pollaaaa!!! slurrrp que bueenaa, que mamona mas puta soy por tu culpa tio bueno!!!



No sabía que mamarle esa tranca podía hacerme sentir tan entregada y darme tanto placer. Me levantó, se puso a mi espalda y me quitó por arriba la combinación. Empezó a pasear sus manos por mis muslos…mi cintura…mi culo…mis tetas…yo me estremecía sin soltarle la polla como un trofeo. Él besaba mi cuello y mi nuca hasta que giré la cabeza para recibir otro morreo. Mientras lo hacía, me bajó las bragas hasta los muslos, me metió un dedo en el culo y empezó a pajearme. No pude evitar interrumpir el beso que disfrutaba para gemir.



-Te gusta ¿eh? Guarra. ¿De quién es este chocho y este culo de maricona de playa?



-ohhhiii! Tuyo Victor. Soy tu puta maricona oihhhss, mi chocho y mi culo son tuyos, tio bueno!!! Uuuiiiihsss



-Quieres que te joda bien jodida ¿eh zorra?



-Nunca me han jodido…ohhsss…. solo me he metido cosas pequeñas. Puedes correrte en mi boca de putaaaa si quieres. Hazlo en mis labios de mamona cielo.



Me puso acostada mirando al techo en el sofá, me sacó las bragas y me abrió de piernas…dichosamente resignada. No podía ni pensar en resistirme a nada porque estaba en sus manos. Una lluvia de besos entre los muslos me provocó convulsiones, lamió y chupó mi cosita y mi culo de arriba abajo.



-Mi coooñooooOOHhh ahhhhhhiiii, siiii



Apreté su cabeza con mis muslos y la atraje contra mi sexo con las manos. Le detuve para no correrme.



Sacó una latita de aceite de debajo del sofá, se embadurnó la polla y el que iba a ser un chocho de su posesión.



Se incorporó sobre mí y empezó a dar vueltas con la punta de la polla sobre el agujero. Yo estaba vencida estremeciéndome, dándole besitos…abrazandolo…sujetándolo de las caderas con miedo a que fuese deprisa, pero él estaba casi a cámara lenta.



-¿Tienes ganas de sentirte mujer Susanna?



-Muchas cielo, quiero que mi macho me haga suya.



-Relaja mas el coñito y verás como tu nene te va jodiendo. Déjamelo todo a mí.



-Siiii….. ahiiiiii….siiii



- Ya te está entrando la polla. ¿La notas? ¿Sientes como te follo, princesa?



- Siiiiih. Me estas llenando…ohh…me llenas el coñito nene…ohhh



Él contemplaba mi cara cambiando y llenándose de placer…una sonrisa amplia nos llenó los rostros cuando su polla llegó al fondo y empezó a retroceder forzada por las paredes del coño que me estaba haciendo, y que se agarraban a ella succionándola con fuerza. Los dos empezamos a jadear.



-¿Te gusta la polla eh?



-ahiii siiii, que llena de poooolla estoy…como me jodes!!!..ohhss...ohhhss...oiiiih



Empezó a moverse mas rápido y jadear mas. Ahora yo le atraía con mis manos en su espalda y su culo….ahora voluntariamente contraía ese chocho que me estaba abriendo mi chico para que no saliese tras cada embestida ese pollon que me estaba convirtiendo en lo que tanto había temido y reprimido: en una puta  vencida…humillada…sumisa…loca por él….sometida a su polla y a sus caprichos.



-Ooohhhhi jodeme chulazo, jooOohdeme, jode chulo, jodemeeeeh!!!



-Toma polla guarra!!! Toma puton!!! Que coooño tiene la muy ZORRA!!!



-Jode...oishh...jooodee!!



Nos corrimos casi al mismo tiempo. Casi perdí el sentido cuando empecé a  sentir su semen llenándome y quemándome. Me sentí bautizada como hembra y como puta apretandole entre mis brazos y mis piernas.



Él quedó sudando sobre mí pero no sentía su peso, me sentía flotar en una nube. Siguió cariñoso llenándome de besitos y yo le respondí con toda la ternura femenina que me salía de dentro. Al rato su polla salió, dejando un vació enorme y sentí el semen resbalando por mi piel como lava de un volcán.



Estuvimos hablando mucho rato, ni recuerdo de que, solo que estaba encandilada apretándole entre mis muslos, tocando y besando su torso, sus hombros, sus brazos…



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Como una hora después me levantó con ternura y me puso de cara a la pared, apoyada en mis manos, con las piernas abiertas. Levante el culo, me lo magreó y besó a placer; metió la mano en la raja entre las nalgas y las abrió. Enseguida noté la cabeza de la pollaza buscando la entrada. Esta vez disfrute de sentirme llena desde la primera embestida aunque me quemaba mucho:



"oooOOOOOOoooSh” grité y gemí a la vez hasta quedar sin aire.



Antes de que terminase de hacerlo él exclamó “Toma polla tía guarra!”



La sacó despaciiiiiiiito volviéndome loca y haciéndome gemir al mismo tiempo:



-uuuuiiiiisssss



Una nueva embestida me saco otro gemido:



-oooOOOOOOooooooohhh



De nuevo él se adelantó al final del gemido: “Toma polla tía puta!”



Así estuvo sin parar durante minutos, magreandome las tetas y el culo y dándome palmadas de vez en cuando.

De repente se detuvo con la polla dentro hasta el fondo y dijo:



-¡Sacude ahora la toalla como esta mañana si te atreves maricona puta!



Resoplando y gimiendo yo baje la cabeza para ponerlo más en pompa como recogiendo la toalla del suelo y empecé a mover el culo, echándolo atrás y apretándolo contra su polla. Lo magreó con mas fuerza con las dos manos y atrayéndome tirando de las caderas dijo:



-Assiiii…asíii…PUUTAA…sacude la toalla ahora maricona de playa…sacúdela…sacúdela furcia….asíí...no pares. Mueve el culo de puta y el coño de maricona que tienes.



Empezó a darme polla otra vez mientras lo decía. Yo empecé a moverlo de lado a lado y en círculos, acompasada con sus movimientos….pronto no pude seguirlo porque empezó a darme mas y mas fuerte y deprisa haciéndome gritar gemidos mas cortos “uuy..uyy…uuy…uyyy..uuuy…”…



-Toma polla maricona….menea ahora ese culazo de tia guarra que tienes…PUTON…zooorra!!!..que COOOÑOOO tiene el maricon de playa!!!



--uy..uyy…uuUUy…dame polla chulazo…jodeme tio bueenooo…ooiishh, oiigss...que gustooooohh!!!



-…Toma puuutaa, en todo el chocho de maricon de playa y en todo el culo de zorra cachonda que te gastas, guarra…



-aiiiis…aaaahiss…como jode el chulaaAzooo…que por culo!…que por cuuUUUulo me esta dando mas buenooo…oiiis…ooiiiiss…



-¿De quién es ese culo ahora, maricona, de quien es?



-….oiiiig…uuuuihhh….Tuyo chulazo, tuyo macizo…tío bueno…uuuihh..jode..joooodeeee…oooiiihh...que por culo...que polvooo...que poolvoooOO!!!



-...Y ese coño de tia guarra que tiene mi furcia, ¿de quien es?”



- Oooiih..tuyo tio bueno….ohhOOhh…tuyoooh…de tu pollaza…jodeme el coño de guarra que tengo….uhhhh…es tuyo chulo…tuyo…oisss…jode, jodeee…oiiiigss



Sentía que me corría mareándome cuando gritando me dio una embestida que apenas podía mantener el culo en pompa con el pecho contra la pared. Se vació otra vez dentro de mí y otra vez quedamos rendidos y abrazados en el sofá.



Al rato me propuso quedarme a dormir con él en el dormitorio. Yo seguía maravillada pero no quería que desgastar todo el primer día. Le dije que era muy tarde y tenía que trabajar. Me dijo que me quedaban muchas cosas para hacerme sentir MUJER completamente y me hizo prometerle que al día siguiente, jueves, saldríamos juntos, y que le respondería a sus mensajes durante el día.



Me limpie y me vestí por encima. No podíamos dejar de besarnos en la escalera mientras me despedía,le dí las gracias muchas veces y le jure que mi chocho y mi culo eran suyos.



En cuanto salí del edificio sin apenas poder andar con el culo ardiendo, empece a echarlo en falta y me entraron unas ganas locas de volver a verlo.

2 comentarios:

  1. Me encanto el relato, quiero follarme a una zorra como sussana.

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  2. que placer se siente cuando uno se convierte en una

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