AUTORA: Jose Dulce |
Mi tía y yo habíamos estado bailando en la terraza de forma
muy sexy mientras tomabamos el sol. Yo había accedido al juego de hacer que era
una chica y ponerme un bikini y un pequeño pareo y el vecino nos había espiado
y se había puesto muy cachondo. Cuando de repente sonó el timbre de la puerta.
- Tía, están llamando a la puerta - dije yo apagando la
música.
- No sé quien será - comentó mi tía mientras se ponía una
camiseta e iba hacia la puerta para abrir.
Yo la seguí y me puse también una camiseta porque aún me
daba un poco de vergüenza llevar la parte de arriba del bikini con los
algodones para protegerme mis irritados pezones y que me hacían parecer que
tenía unas pequeñas tetitas. Me asomé a curiosear y via mi tía hablando con el
vecino.
- Hola Lola, te venía a devolver el bote de sal. Iba a
preparar un pescado al horno con una receta que había visto en internet, pero
ahora el ordenador no me funciona y no me acuerdo exactamente de que receta
era.
Parecía una excusa tonta, seguro que después de habernos
estado espiando por la terraza y masturbándose mirandonos bailar a mi tía y a
mi ahora estaba tan caliente que venía a devolver el bote de sal sólo para
vernos de cerca. Lo que no me esperaba era la reacción de mi tía.
- Pues si se te ha estropeado el ordenador o internet no te
preocupes que mi sobrina te lo arregla en un momento. Es muy hábil con los
ordenadores, este mismo año va a empezar a ir a la universidad a la facultad de
informática. Espera que ahora mismo la llamo.
Yo estaba justo en el pasillo oyendo toda la conversación
cuando al llamarme me asomo y veo a mi tía que me hace gestos para que me
acerque. Al oir eso, a nuestro vicioso vecino se le abrieron los ojos como
platos mirándome lujuriosamente.
El vecino asintió emocionado - sí, sí, sería genial que
Danielita me ayudara, le invito a una colacola, me haría un gran favor.
Como el vecino quería que yo fuera ya mismo, y mi tía vio mi
cara de susto, le dijo que tenía que preparar algunas cosas antes y que en
cinco minutos iría a su casa, con lo que el vecino se fue sin poder disimular
su excitación.
-Pero tía, cómo voy a ir a casa del vecino?, que se piensa
que soy una chica - le dije a mi tía con miedo - además ha dicho claramente que
me invitará a una “colacola”, yo creo que a este viejo salido no se le ha
trabado la lengua sino que me quiere dar cola.
- Jaja, seguramente Danielita, pero puede ser divertido.
Seguro que lo del ordenador ha sido una excusa y se lo puedes arreglar en un
minuto, pero así podrás vivir una experiencia de sentir a un hombre maduro
excitado por ti y eso es muy bonito. No tenías curiosidad por ver cómo de
excitada estaba su polla mientras estabas bailando en la terraza sabiéndo que
él te estaba mirando? - me preguntó mi tía.
- Sí, confieso que sí. Me da curiosidad por ver si está tan
empalmado, en el pantalón se le nota un buen bulto - dije yo - pero no me
atrevo a ir yo sola a casa del vecino.
- No seas tonta, no te va a hacer nada. Venga, no lo pienses
y acercate a ver que le pasa al ordenador que seguro que es excitante,
acuerdate de que ha estado espiándonos mientras bailábamos.
Mi tía me estaba pidiendo que fuera vestida de chica a casa
del vecino a arreglarle el ordenador cuando sabía que el vecino, un señor que
podría ser mi padre aunque estaba de muy buen ver, acababa de hacerse una paja
mirándonos como bailábamos. Era una locura, pero a la vez me sentía
increiblemente excitada al pensar que un viejo se había masturbado pensando en
mi. Creo que como mi tía no había dejado que por la mañana me corriese y que
llevaba toda la mañana muy excitada pues mi cabeza no podía pensar bien y por
eso me apetecía ir a curiosear a la casa del vecino y saber si realmente yo
podía excitar a un hombre maduro.
Me puse una minifalda encima del bikini de tanguita y me
arreglé un poco la camiseta que llevaba que era muy ajustadita y fui muy
nerviosa a casa del vecino. Mi tía me dió un beso antes de salir por la puerta
y un cachetito en mi culo y me pidió que luego le contara todo con detalles.
Salí y muy nerviosa llamé a la puerta del vecino. Me abrió en seguida.
- Hola Danielita, pasa pasa, que bien que hayas venido y que
puedas arreglarme el ordenador - me dijo mientras me desnudaba con la mirada.
- Mi tía me ha dicho que se te ha estropeado el ordenador y
me ha pedido que venga a arreglartelo - le dije mientras me fijaba en que
llevaba unos pantalones cortos y una camisa de manga corta. Y le noté que tenía
manchas en el pantalón.
Estaba seguro de que eran manchas de semen. Y por la de
manchas que había debía de ser muy lechero. El muy guarro se había pajeado
mirandonos a mi tía y a mi bailar. Me lo imaginaba masturbándose mientras
miraba por la celosía de la terraza y eso me puso cachondo. Con razón había
oído unos gemidos mientras mi tía me enseñaba a bailar de forma sexy.
Cuando llegamos al ordenador él se sentó en la silla delante
del ordenador y lo encenció. No había otra silla, así que yo me apoyé en la
mesa para teclear en el ordenador, pero me sentí provocativa porque se me
quedaba el culito en pompa y con la minifalda era un poco descarada.
- Anda guapa, sientate, que no puedes quedarte así mucho
tiempo porque te dolerá la espalda. Lo único es que como no tengo otra silla
aquí tenemos que compartir esta, pero sólo será un ratito - y diciéndo esto me
agarró de las caderas con fuerza y sin darme opción a nada me sentó en sus
piernas.
Con el movimiento rápido se me quedó la falda levantada por
lo que mis muslos estaban apoyados directamente en sus fuertes piernas. Yo me
quedé cortadísimo, sin moverme y él me subió más para estar más pegados. Podía
notar su boca a pocos centímetros de mi cara, como si quisiera besarme. Pero lo
que más me impactó es que tenía mis muslos desnudos sobre su pantalón corto y
lo noté empapado de la corrida. Me estaba manchando mis muslos y las braguitas
que me había puesto esta mañana mi tía con el semen de un hombre maduro que se
había pajeado mirándome a escondidas!.
- Uy, noto algo mojado - dije gimiendo mientras me movia por
la sensación de la leche empapando mis muslos y mi braguita.
- No es nada cielo, un poco de agua que me ha caído, pero se
secará solo, tú sigue con el ordenador.
Pero al moverme involuntariamente por sentir las zonas
empapadas de leche me estaba rozando con el cada vez más prominente bulto que
le estaba creciendo en el pantalón. Por un lado tenía curiosidad por saber como
era su polla. Sería como la de mi tío?. Pero por otro lado me estaba dando
mucha vergüenza, sentado en las piernas de un hombre mayor y él descaradamente
excitándose y pensando que yo soy una niñita.
- Ven Danielita, sientate cómodamente que si no te vas a
caer - me decía mientras me agarraba de las caderas y me atraía hacia él
sentándome justo encima de su abultada polla.
Yo no podía ni leer lo que salía en la pantalla del
ordenador, mi cabeza estaba pensando sólo en la situación tan morbosa. Yo
vestida de chica sentado en las piernas de un vecino muy salido y notando como
se le ponía cada vez más empalmada. Intenté separarme pero Luis me tenía
agarrada por las caderas y cada vez me apretaba más contra él
-Uy don Luis, no quisiera hacerle daño, noto que estoy
sentada muy encima de usted.
- Hablame de tu, Danielita, que te estoy muy agradecido
porque me arregles el ordenador y quiero que tengamos confianza.
- Como quieras Luis, pero noto que le estoy aplastando algo
- le dije mientras metí mi mano debajo de mi culito para tocar su endurecida
polla.
No pude aguantarme, estaba sentada encima de la polla de
Luis y el no paraba de frotarse. Quería poder tocar con la mano cómo era esa
polla, la curiosidad me pudo.
- Qué es esto? - dije mientras palpaba con mi mano su bulto
y notaba la humedad de las manchas de semen que aún estaban en el pantalón.
- Nada bonita, son cosas que nos pasan a los hombres cuando
estamos con una chica tan guapa - me dijo Luis sin dejar de frotarse más contra
mi.
- Te has empalmado como mi tío - se me escapó decir mientras
trataba de agarrar toda la polla a través del pantalón.
- ¿Cómo que como tu tío? - preguntó curioso Luis - cuentame,
porqué dices eso?
- Nada Luis, simplemente que el otro día mi tío también
tenía una erección mientras estabamos tomando el sol.
- Y te gustó?, te fijaste en la erección de tu tío?,
cuentame no seas tímida. A mi me parece muy bien que seáis una familia con
mentalidad tan abierta.
El comentario sobre mi tío no lo tenía que haber hecho, pero
ya era demasiado tarde. Mi mano notó como la polla de Luis se empalmaba a tope
y yo tuve que levantarme aunque seguí con mi mano en su polla. Me dí cuenta de
que al pervertido de Luis le excitó muchísimo imaginarse que yo le había tocado
la polla a mi propio tío.
La verdad es que yo también me estaba excitando mucho, no sé
porqué pero me excitaba saber que un hombre maduro podía creerse que yo era una
chica y desearme tanto. Incluso noté que mi pollita estaba reaccionando y
estaba empezando a tener una erección. Me daba mucho corte pensar que podía
notar mi bulto así que me levanté de Luis y le di la espalda.
Luis me tomó la mano y me volvió a pegar contra su cuerpo.
- Danielita, cielo, no quiero que te sientas incómoda. Sólo
te lo he preguntado por curiosidad. Yo soy un hombre de mentalidad abierta y
creo que entre personas maduras tenemos que tomarnos todo con naturalidad. Si
le has visto el pene a tu tio no pasa nada, y me lo puedes contar con total
libertad, eso demostraría que tú también eres una persona madura y no una
niñita - me dijo Luis mientras me volvía a acercar a él y me abrazaba notando
de nuevo tu erección en mi culito.
Yo no quería parecer una niña pequeña, así que se lo conté.
- Sí Don Luis, ayer tomando el sol mi tío se quitó el
bañador y se sacó todo su pene que lo tenía bien duro - sabía que hablarle de
Don le ponía muy cachondo - y como algo normal, mi tía me animó a que le
pusiera crema protectora para que no se le quemara en el sol y yo se lo toqué
extendiéndole la crema de arriba abajo.
Mientras decía esto yo hacía el movimiento con mi mano
poniéndo al vecino cachondo perdido.
- Le tocaste la polla a tu tío? - Luis estaba a mil - que
bonito tener esa confianza, verdad?
- Sí, la verdad es que mis tios me dan mucha confianza. Por
eso empecé a ponerle crema pero luego estuve más rato porque a mi tío le
gustaba mucho y me hacía sentirme muy a gusto dándole ese masaje.
Mientras hablaba Luis me cogió la mano y me la acercó a su
polla. Cuando me quise dar cuenta se la había sacado del pantalón y la tenía
toda fuera y mi mano se la estaba agarrando.
- Danielita, no seas tímida, a mi también puedes tocarmela
si quieres. No pasa nada, verdad?
- No Don Luis, pero es que no sé si está bien que yo se la
toque a usted también.
- Claro que sí Danielita, así podrás compobar como se me
pone de dura. No tienes curiosidad de comparar mi polla con la de tu tío?. Ven,
acariciala sin miedo.
La verdad es que tenía mucha curiosidad así que me acerqué y
como ya tenía la polla totalmente fuera del pantalón empecé a jugar con ella y
a tocársela. Primero suavemente y luego agarrándola con las dos manos como
queriendo apretarla.
Era una polla más delgada que la de mi tío, pero también
bastante larga y aunque era un hombre maduro la polla estaba dura dura y muy
tiesa hacia delante, como queríendo venir hacia mi.
El notarla tan dura me hizo excitarme al máximo y la
erección hacía que se me saliera mi pollita del tanga y casi se me salía de la
minifalda así que rápidamente me agaché y me puse en cuclillas para que no se
me notara la erección.
Al agacharme para que no se me notara la erección se me
quedó la polla de Luis a la altura de mi cara, como si fuera a chupársela así
de repente. Eso a Luis le volvió loco. Tenía los ojos abiertos como platos,
mirándome sorprendido al ver que mi boca se había acercado tanto a su polla.
Yo seguía masturbándole y me estaba encantando ver lo
excitado que estaba. Mis ojos iban de su dura y brillante polla a su cara de
salido vicioso.
- Don Luis, esto no está bien, no debemos hacer esto. Le
estoy haciendo una paja.
- No te preocupes Daniela, no es malo, lo haces tan bien y
eres tan dulce acariciándome. Sigue por favor.
- Usted la tiene muy larga Don Luis, y se le está poniendo
muy dura y tiesa. Debería irme - le dije sin saber bien si seguir masturbándole
o irme corriendo a casa de mis tios.
- No Daniela, no te vayas. Estamos congeniando mucho y es
tan bonito que una jovencita tan sexy como tú seduzca a un hombre maduro como
yo. Sigue, sigue no pares que me voy a correr.
Yo seguía masturbándole y me estaba encantando ver lo
excitado que estaba. Mis ojos iban de su dura y brillante polla a su cara de
salido vicioso. En ese momento Luis me agarró de la cabeza y la trajo hacia el
obligándome a chupar su larga polla.
Yo intenté resistirme, pero él era aun fuerte y agarró mi
cabeza con ambas manos. La punta de su polla estaba clavada en mis labios y
empujaba con fuerza para entrar. Intenté gritar pero en ese momento toda su
polla dura y empapada ya en líquido preseminal entró en mi boca y sin parar fue
directamente a mi garganta.
- Chupala zorra, no te resistas. Las nenitas como tú son
unas putitas que nos calientan la polla a los hombres y tienen que aprender a
dar placer. Seguro que se la has chupado ya a tu tío, chupamela también a mi.
Intenté gritar otra vez y en ese momento su polla no muy
gruesa pero sí muy larga entro hasta mi garganta provocándome unas arcadas
enormes. Al ver que no podía moverme intenté tranquilizarme y respirar por la
nariz. Tenía su polla totalmente dentro de mi garganta y me movía la cabeza
metiendo y sacando su polla cada vez más deprisa. Le agarré con las manos su
culo para intentar que no me follara tan fuerte pero Luis estaba fuera de sí,
metiéndome su polla dentro de mi boca cada vez más deprisa hasta que noté como
eyaculó soltando toda su leche en mi garganta. Fueron tres, cuatro o cinco
chorros que entraron directamente en mi estómago, ni siquiera pasó por mi boca.
En ese momento noté como yo misma estaba corriéndome, eyaculando mi propia lechecita
en el tanga y la minifalda.
Me sacó la polla y se sentó de nuevo en la silla mirándome
con una sonrisa enorme.
- Guau Daniela, nadie se habia tragado mi polla hasta el
fondo. Eres maravillosa.
- Yo no quería Don Luis. Que ha hecho? Creo que deberia
irme, no tenía que haber venido Don Luis - dije yo mientras me arreglaba un
poco y me iba de camino a casa rápidamente para que no notara que yo también me
había corrido.
- Danielita, no te enfades, no quería ser tan brusco
contigo. No he podido resistirme por la excitación de ver tu boquita tan cerca
de mi polla pero quiero ser cariñoso contigo. Vuelve cuando quieras a hacerme
una visita cielo - le oí decir mientras salía por la puerta y me arreglaba el
vestido.
Entré en casa de mi tía y en seguida se me acercó y me
preguntó qué tal en casa de Luis.
- Nada, al final el ordenador y la internet le funcionaba
bien - respondí.
- Ya sabía yo que era una excusa y que lo que quería era
verte porque estás verdaderamente linda Daniela - me dijo mi tía.
- Pero tía, si el vecino es más mayor que mi padre! Cómo se
va a fijar en un chico joven como yo que hasta le pareceré infantil.
- Porque para él tú eres una chica.
- Pero tía Lola, es solo un disfraz, un juego de hoy.
- De hoy o del tiempo que quieras Daniela, porque si lo
pasamos bien, porque no repetir. Cuentame, qué ha pasado?
- Nada, solo que él estaba muy excitado. Le dije a mi tía.
- Sólo eso?, pero si estoy viendo que estas manchada de
semen - me dijo tocando las manchas de semen que habían quedado en mi camiseta
del poco semen que se me había caído de la boca - No me digas que se la has
chupado.
Tuve que confesar. Le conté que el vecino estaba empalmado
desde que entré en su casa, y que me hizo sentar en sus rodillas, que noté lo
dura que la tenía y que no pude evitar la curiosidad de tocar su paquete para
ver como era su polla. Y que se la sacó y yo empecé a masturbarle hasta que él
me la metió en la boca sin que yo pudiera hacer nada.
- Sí, los hombres son un poco bruscos a veces cielo,
seguramente le pondrías tan excitado que no pudo evitar metétela en la boca. Y
dime, porqué empezaste a tocársela?
- No lo sé tía, creo que tenía mucha curiosidad por ver como
era su polla. Es que desde que el tío Carlos está siempre de broma enseñándome
su polla y haciendo que se la toque pues tengo mucha curiosidad por ver pollas.
- Pues entonces has hecho bien, es muy bonito jugar con una
polla y ver como se pone dura, y has hecho bien en chuparla porque eso da mucho
placer. Te gustó que te la metiera en la boca?
- Sí, mucho - le confesé a mi tía - aunque fue un poco
brusco me encantó notarla en mi boca, y ver que hasta entró a mi garganta. Y
cuando se corrió dentro de mi, me entró tanta excitación que yo también me
corrí y sin tocar mi polla.
- Muy bien Daniela, que contenta estoy de que disfrutes de
estos juegos. Cielo, quieres que cuando venga tu tío Carlos se la chupes
también y juguemos las dos con su polla?
- Síii, sería genial. De verdad no te parece mal que yo se la
chupe a tu marido tía?.
- Claro que no cariño. Porque sé que él va a disfrutar un
montón y que tú también disfrutarás. Además no sólo es mi marido sino que
también es tu tío y tienes disfrutarlo.
- Sí tía, cada vez lo deseo más. Ayer te confieso que me
sentí muy feliz cuando hice que se corriera porque es tan guapo y con una polla
tan bonita - lo dije sin pensar y de repente me di cuenta que había sonado muy
marica - Uy, vaya cosas que digo, parezco gay.
- No pienses esas cosas cielo, ahora estamos jugando a que
eres Daniela y si nos lo pasamos bien pues no pasa nada. Que más da ser gay o
no - me dijo mi tía - además él te desea mucho.
- De verdad tía? Que bien, pues vamos a prepararnos para
cuando venga, y le damos una sorpresa.
Mi tía se emocionó con las ganas que yo tenía de la polla de
mi tío Carlos y me abrazó y me dio un beso enorme en la boca mientras me tocaba
mi polla por encima de la falda y notaba que la tenía muy durita. Sin duda me
encantaba mi papel de chica porque siempre estaba excitada.
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