AUTORA: ADELA PASIVA |
Tres semanas más
tarde de estrenar su faceta de puta en un parque con cuatro adolescentes, recibió
una llamada en su móvil, preguntando por Adela. Era José, quién le pidió un
favor, o más bien un trabajito. Los cuatro chavales estudiaban en un instituto
y habían suspendido la asignatura de historia, y tenían como profesor a un
cabron, así lo describió José, llamado Rodolfo, de 46 años. Hace dos meses
David juraba que lo vio una noche hablando con una travesti en la llamada
'calle de las putas' y que se fue con ella. El plan era que Adela calentara al
profesor, se lo llevara a un descampado donde aguardarían los chicos para
fotografiarle mientras se trajinaba a la buenorra del travesti de Adela. Con
esas fotos podrían chantajearle para conseguir el aprobado. Adela estaba encantada
de ayudar a los chavales y volver a convertirse en la puta que llevaba
escondida dentro de su cuerpo de hombre. A cambio les pidió 10 euros como
tarifa simbólica, si todo salía bien, además de la pasta que le pudiera sacar a
Rodolfo.
Unos días después,
Adela se arreglo, perfumándose y embutiéndose en un vestido azul hasta las
rodillas y con buen escote, maquillándose y pintándose ojos y labios algo
exageradamente. Unos zapatitos, un bolsito. Se convirtió en una atractiva
mujer, delgada y fibrosa, con un duro trasero y bonitas piernas, con pinta
de buscona gracias al maquillaje.
Espero dentro de su
coche en una poco concurrida calle por donde todos las tardes pasaba Rodolfo
andando tras salir del instituto. Con gafas de sol, Adela espero a verle pasar,
se subió un poco el vestido hasta medio muslo, se humedeció los labios y bajo
la ventanilla cuando Rodolfo pasaba cerca del coche. Con voz muy femenina y
dulce le pregunto:
-Perdone,
caballero... ¿Seria tan amable de indicarme donde hay una farmacia cercana? Soy
nueva en la ciudad, y necesito ciertos artículos para poder 'trabajar' esta noche
- remarcando con retintin la palabra 'trabajar' mientras sonreía pícaramente a
Rodolfo.
Rodolfo se paro
sorprendido y le dio un largo vistazo a la carita de Adela, y a su generoso
escote, mostrando un pecho depilado y duro. Se acercó lentamente a la
ventanilla y le dedico una mirada a los muslos con todo el descaro del mundo.
-Claro guapa, yo te
lo indico, pero está un poco lejos, y quizás te líes con las indicaciones... si
quieres te puedo acompañar.
-Uy, seria genial de
verdad, suba usted, que amable que es. Es una suerte haberle encontrado.
Rodolfo subió al
coche sin dejar de mirar lascivamente el cuerpo de Adela. Si no la mirabas de
cerca parecía una mujer de verdad, así que no tenía miedo de que le reconocieran
con un travesti al lado en un coche. Adela arrancó y al poco dijo:
-Perdone, voy a mirar
si tengo dinero en la guantera para la farmacia. Y se acerco a Rodolfo dejándole
oler su perfume y mirar de cerca la piel de sus hombros y su peluca castaña.
Adela poso una mano en el muslo de Rodolfo mientras abría la guantera y sacaba
un monedero. Detrás aparecieron dos cajas de condones de 12 unidades, y Adela
exclamo:
-Hombre, que
sorpresa!! Si tenía aquí dos paquetes. Y yo sin acordarme, que cabeza la mía.
Ya no necesito ir a la farmacia. De todas maneras gracias por su amabilidad, no
sé como agradecérselo.- Mientras mantenía su cabeza a escasos centímetros de la
cara de Rodolfo y le miraba fijamente a los ojos mientras pasaba su lengua por
sus rojos labios.
-Esto... no es nada,
señora. Así que necesita preservativos para trabajar...¿eh? Jeje, eso me hace
imaginarme cual es su profesión... ¿Puedo preguntarle se tarifa?- Respondió
Rodolfo mientras posaba una mano en el muslo de Adela y se lo acariciaba
disfrutando de su suave tacto.
-Por ser usted tan
amable... y atractivo se lo dejaría a solo 10 euros, cuando normalmente cobro
25 - se inventó Adela para animarle a irse con ella.
-Desde luego que no
es dinero por disfrutar de su compañía, encanto - mientras Rodolfo subía la
mano por debajo del vestido y empezaba a acariciar los testículos de Adela por
encima de las bragas.
-Ayy, señor, que
manos más traviesas tiene.
-Llámame Rodolfo,
nene, ¿tu cómo te llamas, preciosa?
-Adela para servirle
a usted en lo que desee- respondió Adela mientras le palpaba el bulto de la
polla por encima del pantalón. Una verga que parecía tener un grosor envidiable
y una longitud de unos 18 cm.
-Deje que le lleve a
un descampado que conozco aquí cerca, que hace un día esplendido y no pasaremos
frio mientras anochece, ¿que le parece?
- Lo que tú quieras,
Adelita.
En 10 minutos
llegaron al lugar donde esperaban escondidos José y Sergio con una cámara réflex
con gran zoom, y una cámara de video con visión nocturna. Adela aparcó en el
lugar convenido, a escasos 10 metros del grupo de frondosos matorrales donde
esperaban los chavales. En el trayecto, Rodolfo no había parado de sobar a
Adela, desde el pecho hasta las rodillas. Así que estaba muy caliente ya, así
que nada mas parar se bajo los pantalones en el coche, se saco la polla y le
dijo a Adela:
- Venga, guarra, que
me has puesto caliente, cómeme la polla hasta que no puedas más.
Adela se agacho tras
echar una mirada a los matorrales para que los chicos le sacaran bien la cara,
y empezó a lamer el gordo capullo de Rodolfo mientras le acariciaba los
huevazos, algo peludos y seguro que llenos de lechecita.
-Mmm, Rodolfo..Que
golfo eres. Y que polla tan gorda tienes, me va a costar abrir la boca para tragármela.
La verdad es que era
algo más gruesa que la de Sergio, la polla más grande que hasta ahora se había
metido por la boca o el culo.
-Claro que vas a
poder, Adelita, no ves que eres una profesional, y el cliente siempre tiene
razón. Además se nota que te encantan las pollas gordas. Ahhh, así empieza a tragártela.
Afff, así, que boca más fresquita, ahhh, así, un poco más adentro ... ahhhh.
Venga, lo que te queda de un golpe, quiero notar tus labios en los huevos.
Adela estaba a punto
de tragarse la polla entera, pero le llenaba tanto la boca que no tenía sitio
para mover la lengua. Notaba su mandíbula forzarse al máxima en su
apertura para alojar ese mástil de carne. Una vez que consiguió llegar hasta la
base, empezó un lento sube y baja, con cuidado de no desencajarse la boca.
-Dios!!!, que bocaza
que tienes, Adelita. Uffff, vaya tragona, espero que tu culo se abra igual,
pero seguro que sí. Tienes pinta de que te han enculado
cientos de hombres, y
no es para menos, estas bueniiiisima. Ahhh, si, sigue, puta.
Tras cinco minutos
chupando y masajeando los huevos de Rodolfo mientras éste gemía y acariciaba la
cabeza de Adela, éste le pidió que saliera del coche para que se
desnudase. Adela salió, saco del maletero una manta y la echó sobre la
hierba. Se quito sensualmente los zapatos, se deslizo los tirantes del vestido
dejando su pecho blanco y suave al aire. El vestido acaricio la piel de Adela
en su caída al suelo dejando a la vista unas braguitas negras con un gran bulto
en ellas. Rodolfo no se perdía detalle del rápido striptease, con la polla
erecta, de pie ante ella, sin saber que la escena estaba siendo grabada y
fotografiada con todo detalle por un par de chavales que de vez en cuando le
dedicaban una caricia a sus duras pollas, disfrutando de la visión de Adela y
recordando como se la follaron hace unas semanas, estrenado su faceta de puta.
Adela se dio la
vuelta y se bajo las bragas agachado la espalda pero manteniendo las piernas rectas
y juntas, dejando su culo terso y depilado en pompa y en todo su esplendor.
Rodolfo se acerco rápidamente sin creerse el culazo que tenía ante sí, lo
acaricio suavemente al principio, pero enseguida empezó a apretarlo, estrujar
las nalgas, chuparlas, besarlas, propinarles azotes, mientras gritaba:
-Joder, que pedazo de
culo, el mejor que he visto, todo depilado, todo firme, sin grietas ni
celulitis, que gozada, puta, te lo voy a reventar. Ufff.
Rápidamente se coloco
un condón lubricado, pero antes empezó a abrir el ano con una par de dedos
ensalivados. Adela aguardaba pacientemente con las manos agarrándose los
tobillos y manteniendo las piernas rectas. Al poco rato Rodolfo empezó a
meterle la polla, pero le costaba dado el grosor, y Adela empezó a gemir de
dolor, pidiéndole que se la sacara y la lubricara mejor, pero Rodolfo, ciego de
deseo no la escuchaba.
- Calla, Adelita, que
enseguida te la meto, que la estas deseando, como todas vosotras, que sois
todas unas putas calentorras, venga poneros vestiditos para ponernos las pollas
a tope y luego queriendo ir poco a poco, zorras. Si me has calentado la polla
ahora te jodes y aguantas, cabrona, no te voy a soltar hasta reventarte el culo
del todo, puta, que luego os encanta.
Rodolfo empezó a
bombear y meter la polla poco a poco a cada embestida, mientras el ano de Adela
sufría y se dilataba a regañadientes por la presión de la polla y las manos de
Rodolfo agarradas a la cintura de Adela. Adela solo sentía un dolor intenso que
la taladraba y recorría todo su cuerpo, parecía que la estaban partiendo por la
mitad, y gritaba y bufaba de verdadero dolor, mordiéndose los labios. Tanto que
José le cuchicheo a Sergio que tenían que salir a ayudarla, que la iba a
reventar. Pero Sergio le detuvo, recordándole que se jugaban el aprobado, y que
Adela se lo había buscado también. Finalmente la polla entro del todo,
pero Adela no dejaba de sentir ese dolor. Tras 5 minutos bombeando, Rodolfo
saco la polla, y Adela se desplomo en el suelo, mientras de su ano surgía un
hilo de sangre. El ver eso hizo que Rodolfo se volviera más loco aún , y
gritando:
- Te he petado el
culo, zorra, jajaja, joder, nunca habías metido una polla como la mía por ahí,
eh?? Jajaja, PUTA!!! Ahora te vas a tragar el premio.
Y cogiendo la cabeza
de Adela, que estaba medio inconsciente debido a los minutos de dolor extremo
que había sufrido, le metió la polla sin el condón y empezó a follarsela por la
boca, moviendo salvajemente la cabeza de Adela como si de una muñeca se
tratase. Los rizos de la peluca se agitaban violentamente en el aire en un
ritmo frenético, mientras Rodolfo aullaba de placer y lujuria. En un par de
minutos empezó a correrse en la boca de Adela, a quien se se escapo la mitad de
la corrida babeante por la boca, totalmente abierta con la polla de Rodolfo.
Tras terminar de correrse, Rodolfo vio a Adela como una muñeca de trapo tirada
en el suelo, y viendo como se le escapaba su leche por la boca la empezó a
gritar:
-Puta de mierda, que
cojones haces? Trágatelo todo, zorra. No desperdicies tu premio, zorra de
mierda, desagradecida, Idiota!- mientras empezaba a pegarle patadas en el
estomago con gran furia.
Tras 6 patadas,
Rodolfo se calmó y fue a sentarse al coche sin dejar de murmurar lo subnormal y
puta que era Adela.
Tras veinte minutos
llorando, sufriendo el dolor del culo reventado, y las patadas en el estomago,
y grandes cardenales apareciendo, Adela se levanto e intentó empezar a
vestirse. Cuando Rodolfo la vio salió del coche la agarro del cuello y la echo
sobre el capó del coche de un empujón. En una mano llevaba una linterna
alargada que Adela llevaba en la guantera. Era alargada y casi del mismo grosor
que la polla de Rodolfo. Ya estaba anocheciendo, y los chavales ya no
fotografiaban, pero si se mantenían grabándolo todo. Rodolfo se ensalivo los dedos
y empezó a meterlos en el dolorido ano de Adela. Esta no se quejaba por miedo a
la reacción de Rodolfo, pero en su cara podía verse el sufrimiento. Tras
dejar el culo de Adela bien abierto, empezó a introducirle la linterna
encendida, hasta que en un par de minutos estaba casi entera adentro.
Entonces Rodolfo le
dijo:
-Escucha Adelita, a
mi edad me cuesta recuperarme después de una corrida, pero ahora tienes una linterna
encendida en el culo. Seguramente estarás sintiendo ya el calor de la bombilla,
y en unos minutos empezara a quemarte las paredes del recto, lo cual debe ser
muy doloroso. Así que será mejor que con tu boca me hagas estar a punto de
correrme de nuevo. Solo entonces te quitare la linterna y regare tu escocido
ano con mi leche.
Alarmada, Adela se
dio la vuelta, pero no podía erguirse con la linterna en el culo, así que con
el culo en pompa y el calor creciendo en su ano, se lanzó con
desesperación sobre la flácida polla de Rodolfo. Con las manos le acaricio rápidamente
los huevos y los muslos mientras su boca engullía la polla y su lengua
jugaba con ella a un ritmo de locura. Succionando la polla empezó a ponerse
morcillona dentro de la boca de Adela, quien hacia todo lo que podía para
que el cabron se corriera enseguida. Acuciada por el dolor en el ano, se chupo
un dedo y se lo metió por el culo de Rodolfo, quien grito de sorpresa, pero a
su polla pareció gustarle pues aumento rápidamente de tamaño, Con un dedo
taladrando el culo del profesor, con la otra acariciando los testículos, y la
boca a todo tren chupando, a Adela ya se la caían lagrimones del dolor causado
por el calor de la linterna en su culo. Rodolfo empezó a gemir cada vez más
fuerte, mientras Adela no sentía dolor en su mandíbula súper forzada por el
calibre de ese pollón, acallada por el tremendo dolor que crecía en su pobre
recto. Por fin, Adela oyó las palabras que más ansiaba:
-Ahhh, zorra, para
que me corro.-
Rodolfo saco su polla
totalmente ensalivada por Adela de su boca y corrió detrás de ella a quitarle
la linterna y meterle la polla a punto de reventar. Adela sintió un alivio
increíble al retirarse la ardiente linterna, pero la zona quemada protesto al
verse restregada por la polla de Rodolfo, aunque el dolor fue mucho menor
que el anterior. Tras 20 segundos de embestidas con Adela a cuatro patas, la
cara en la tierra, y el maquillaje totalmente corrido por sus lagrimones, los
chorros de espeso semen empezaron a inundar el ano de Adela, el cual se vio
aliviado en su dolor por el viscoso y templado liquido. Rodolfo termino de
vaciar sus huevos y cayo rendido de rodillas.
-Uffff, joder... así
si, arrrff, que corrida. Que culazo que tienes, hija de puta. Eres una perra
asquerosa, ahh, y has tenido tu merecido por
Calientapollas,
cabrona!!.
Tras diez minutos
descansando, se arreglaron y vistieron como pudieron y sin cruzar palabra se
metieron en el coche, donde Adela sufrió horrores para sentarse a pesar del
mullido asiento. Rodolfo le tendió los 10 euros diciéndole:
-Te los has ganado,
aunque creo que en el fondo tenias que pagarme tu a mi porque seguro que nadie
te ha hecho lo de hoy, jajaja.
-No vuelva a hablarme
en toda tu vida, hijo de puta - respondió Adela, aunque cogiendo el billete. En
verdad se lo había ganado con creces y no iba a regalárselo a ese
cabron.
Adela llevó a Rodolfo
a la ciudad, y finalmente regreso a casa a ducharse y a ponerse hielo en el
estomago, y untarse de refrescante vaselina el ano.
Al cabo de cinco días
recibió la llamada de José. Le habían mostrado la cinta al profesor y amenazado
con mandarla a la policía, y al director del instituto.
Al día siguiente, Adela encontró un sobre en su buzón con 400 euros de Rodolfo, y los 10 euros prometidos por los chavales, y una nota de lo chicos agradeciéndole el trabajo y el sufrimiento. Adela guardo el dinero junto a los 20 euros que les cobro a los chavales en sus primeros polvos como Adela, y los 10 de Rodolfo. En total, 440 euros por sus servicios de travesti prostituto. ¿Aumentaría esa cifra? La verdad es que después de la experiencia con Rodolfo tenía miedo de volver a convertirse en Adela, la puta viciosa.
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